Datos y sentimientos
La f¨¢brica Ford, en Almussafes, exporta coches por un valor superior al de todas las exportaciones agr¨ªcolas de Valencia en su conjunto. Es un simple dato, pero puede ayudar a comprender de qu¨¦ se habla en la Uni¨®n Europea cuando se discute sobre las din¨¢micas proteccionistas de los mercados internos y sobre la recuperaci¨®n de las fronteras dentro de Europa.
Unos 64 millones de personas viven en el territorio de Europa en un pa¨ªs que no es el suyo: son inmigrantes. Alemania recibi¨® unos cuatro millones de trabajadores extranjeros entre 1990 y 2005. Las cifras tambi¨¦n pueden ayudar a comprender de qu¨¦ hablan los obreros brit¨¢nicos cuando exigen que los empleos se reserven para los nacionales. Una de las webs de la izquierda democr¨¢tica brit¨¢nica m¨¢s conocida ¨²ltimamente, Compass, www.compassonline.org.uk hizo esta semana un sondeo entre sus usuarios para saber si compart¨ªan la idea de british jobs for british people (puestos de trabajo brit¨¢nicos para los brit¨¢nicos) y se encontr¨® con que un s¨®lido 56% estaba completamente de acuerdo.
Los l¨ªderes europeos alientan un proteccionismo que es contrario a la ra¨ªz misma de la UE
La inestabilidad del liderazgo de Rajoy no afecta s¨®lo a los votantes del PP, sino al conjunto del pa¨ªs
Cada vez est¨¢ m¨¢s claro que la crisis econ¨®mica internacional va a tener consecuencias muy graves en la Uni¨®n Europea, no s¨®lo por sus efectos sobre los mercados laborales y sistemas financieros sino, sobre todo, porque est¨¢ alentando un proteccionismo econ¨®mico que es contrario a la ra¨ªz misma del proceso de construcci¨®n de la UE. Europa se ha ido levantando desde 1957 a trancas y barrancas, pero sobre la idea clara de ampliar y extender un mercado ¨²nico. No parece que, enfrentada a una crisis de proporciones tan enormes y globales como la actual, vaya a ser capaz de resistir el embate ni de defender ese principio, evitando su progresivo y encubierto deterioro. A la preocupante debilidad institucional de que ha hecho gala en los ¨²ltimos a?os, con el fracaso de tratado sobre tratado, se suma ahora una fractura que puede ser todav¨ªa m¨¢s grave y letal.
Por supuesto, los l¨ªderes pol¨ªticos europeos no hablan abiertamente de imponer aranceles o de reformar la legislaci¨®n actual, pero en la pr¨¢ctica hay claros indicios de que se est¨¢ generando cada d¨ªa m¨¢s una din¨¢mica de protecci¨®n de los mercados internos y que los grandes pa¨ªses de la UE no son ajenos a esa tendencia.
La misma ambig¨¹edad parece existir en la propia pol¨ªtica espa?ola, aunque en el caso de Espa?a quiz¨¢ ser¨ªa m¨¢s exacto hablar de confusi¨®n. En teor¨ªa, el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, es un claro defensor de la l¨ªnea ortodoxa: huir del proteccionismo y alinearse dentro de la Uni¨®n Europea con aquellos que quieran dar, incluso, nuevos pasos para garantizar el mercado ¨²nico. En la pr¨¢ctica, es evidente que la posici¨®n del ministro de Econom¨ªa no es compartida, o es compartida con muchos matices, por otros miembros del Gobierno, empezando por el ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n. Al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no se le ha o¨ªdo decir una palabra, ni en un sentido ni en otro, pero por eso mismo da la impresi¨®n de que no se encuentra inc¨®modo ante una din¨¢mica de "compre productos espa?oles".
Si la crisis fuera relativamente corta, es posible que la oleada proteccionista no causara da?os econ¨®micos ni pol¨ªticos irreversibles; pero si es larga, como muchos predicen, es posible que la UE sufra un da?o estructural grave que marque su futuro.
Lo l¨®gico ser¨ªa que en un pa¨ªs como Espa?a, amenazado por una violenta y posiblemente duradera destrucci¨®n de empleo, la discusi¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica girara, entre otros temas, en torno a qu¨¦ va a suceder en la UE, qu¨¦ vamos a defender como pa¨ªs miembro y hasta qu¨¦ punto ese proteccionismo que se anuncia puede tener efectos m¨¢s perjudiciales que de otro tipo para nuestra econom¨ªa y para nuestro mercado de trabajo.
La realidad es que ese debate es hoy d¨ªa muy dif¨ªcil, sobre todo por la crisis que atraviesa la oposici¨®n. La inestabilidad del liderazgo de Mariano Rajoy en el Partido Popular se ha convertido en un problema pol¨ªtico mayor, que no afecta solamente a los votantes populares sino al conjunto del pa¨ªs. Los espa?oles no podemos confiar en que la presi¨®n de la oposici¨®n obligue al Gobierno a aclarar posiciones ni que se ofrezca para ayudar a dise?ar las pol¨ªticas que se consideren necesarias. En otro momento quiz¨¢ no hubiera sido tan grave, pero en la situaci¨®n actual es un grave inconveniente que nos diferencia a¨²n m¨¢s de otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. -
solg@elpais.es
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