Un pol¨ªgono en obras alberga los juzgados de violencia de g¨¦nero
Los funcionarios se quejan del trabajo acumulado y de turnos de hasta 12 d¨ªas
Cada vez m¨¢s juzgados, s¨ª, pero pocos medios para atenderlos. Personales y materiales. De eso se quejan los funcionarios de los juzgados de violencia sobre la mujer de Madrid capital en una carta que han enviado al consejero de Justicia, Francisco Granados. La firman 75 personas, que denuncian, entre otras cosas, que el edificio que acoge siete de las 10 salas de Madrid capital no est¨¢ preparado para su funci¨®n: peque?as salas de espera sin ventanas para las mujeres; v¨ªctimas y agresores cruz¨¢ndose por los pasillos, obras constantes que obligan a detener las vistas a causa del ruido... Vallas de obra, contenedores de escombros y pal¨¦s cargados de ladrillos a la entrada. El n¨²mero seis de la calle de Manuel Tovar parece cualquier cosa menos el inmueble que acoge siete juzgados de violencia machista.
Su situaci¨®n, en un pol¨ªgono industrial del distrito de Fuencarral, a 2,5 kil¨®metros de plaza de Castilla, tampoco ayuda. Y para que localizarlo sea todav¨ªa m¨¢s complicado, de la fachada -sin n¨²mero ni identificaci¨®n alguna como edificio p¨²blico- cuelgan dos carteles enormes de "en venta". Ni los abogados encuentran la sede de los juzgados, a decir de los funcionarios. El edificio, alquilado por la Comunidad de Madrid, lleva en obras desde que se inaugur¨®, en diciembre de 2007. En algunas zonas todav¨ªa se nota un fuerte olor a pintura o disolvente. En las salas de espera que usa el p¨²blico (testigos, familiares de v¨ªctimas y agresores...) no hay calefacci¨®n. La falta de mobiliario es palmaria. En uno de los juzgados, los procedimientos se amontonan en cajas en el suelo porque no hay suficientes armarios. El fax est¨¢ sobre una silla. La impresora, en otra: tampoco hay mesas auxiliares. Una de las salas de espera para v¨ªctimas es en realidad una zona de paso que comunica el despacho del secretario con el pasillo. Otra mide 3 por 2 metros y no tiene ventanas. "Se llena de mujeres, muchas veces con ni?os, que tienen que esperar hasta 8 y 10 horas", relata una funcionaria.
No existe un circuito espec¨ªfico para trasladar a los detenidos, que salen del ascensor y pasan por delante de v¨ªctimas y familiares. Mujeres y agresores, detenidos o no, se cruzan, aunque los funcionarios tratan de evitarlo. "Cuando el agresor anda por aqu¨ª, pedimos a las v¨ªctimas que nos avisen si quieren salir al ba?o o a beber agua. Nos da miedo que un d¨ªa pase algo", relata Natividad Gonz¨¢lez, funcionaria del juzgado n¨²mero 8. En ¨¦ste se encuentran con un problema a?adido. Cuando est¨¢n de guardia, dependen del n¨²mero 7, que es el que reparte los casos entre los dos. Pero el 7 sigue en plaza de Castilla, lo que ocasiona retrasos. "Detenidos, atestados policiales, las se?oras que solicitan ¨®rdenes de protecci¨®n... Todo va primero a plaza de Castilla y despu¨¦s aqu¨ª. Muchas veces no empezamos juicios se?alados a las 9.30 hasta las 12", explica.
"Terminamos la guardia hechos polvo", confiesa otra funcionaria. Desde el 1 de enero, siempre hay dos juzgados de guardia en Madrid. Trabajan tres d¨ªas seguidos de nueve a nueve. Si coincide con fin de semana, acaban enlazando 12 jornadas seguidas. Y sin libranzas. Ni compensaci¨®n econ¨®mica. Los funcionarios denuncian que Granados no cumple el acuerdo que firm¨® con los sindicatos el 27 de noviembre pasado y que ten¨ªa que regular las condiciones de su trabajo.
La Consejer¨ªa de Presidencia, Justicia e Interior admite que, efectivamente, no est¨¢ pagando las guardias, y culpa al Ministerio de Justicia por no haber aprobado la orden complementaria que fija calendario y retribuciones. Admite tambi¨¦n los "problemas de espacio", pero asegura que la saturaci¨®n se solucionar¨¢ cuando se implanten todos los juzgados que ha pedido la Comunidad. El edificio de Manuel Tovar, una "soluci¨®n temporal" hasta que se inaugure la Ciudad de la Justicia, se encuentra en la tercera fase de las cuatro de que consta la obra. "Trasladamos a los funcionarios porque en plaza de Castilla estaban en peores condiciones", explica una portavoz.
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