Cortafuegos
Si los electores esperan que los contendientes les ilustren sobre el posible sentido de su voto, pueden naufragar en un mar de confusiones. No parece ser ese el sentido de la campa?a electoral, seg¨²n los argumentos llevados a la plaza p¨²blica. Siguiendo las consignas de sus gur¨²s demosc¨®picos, la clave estar¨ªa en activar al m¨¢ximo al votante que se considera propio y conseguir la desmovilizaci¨®n del electorado del adversario.
Como este segundo objetivo resulta de m¨¢s incierta consecuci¨®n, los esfuerzos se concentran en el primero. Se trata, por tanto, de lograr que los tuyos vayan a las urnas, pero que voten lo que deben votar. Para retener su voto y evitar las temidas deserciones, los partidos concentran sus ataques en los competidores que sienten m¨¢s amenazadores, sembrando sus mensajes de trincheras y cortafuegos. El PNV ataca a los socialistas advirtiendo que van en la misma partida con los populares y la UPyD de Rosa D¨ªez. Los de Patxi L¨®pez acusan al PNV de seguir enfilados en la senda del soberanismo y mirar por el retrovisor a la izquierda abertzale.
Los populares zumban a los socialistas achac¨¢ndoles que su aspiraci¨®n consiste en volver al Gobierno de la mano del PNV. EA aguijonea al PNV por el flanco soberanista y presume que su intenci¨®n es quedar uncidos a la noria autonomista, que dir¨ªa Egibar. Los de Urkullu replican a los de Ziarreta prest¨¢ndoles la m¨ªnima atenci¨®n. Ezker Batua reprocha a L¨®pez que su cambio pasa por entenderse con los populares, y el PSE contraataca con la supeditaci¨®n de Madrazo a Ibarretxe. A su vez, la izquierda abertzale sin marca defiende su coto denunciando que los fervores autodeterministas del PNV y EA se quedan en los micr¨®fonos.
Si el votante hace caso a las advertencias cruzadas que se lanzan sobre su voto, malamente sabr¨¢ qu¨¦ es lo que vota en realidad, si decide acudir a las urnas. Sin embargo, la impresi¨®n que da una visi¨®n retrospectiva a los resultados habidos es que s¨ª parece saber lo que vota. Teniendo en cuenta lo que llega a sus ojos y o¨ªdos en la campa?a, puede deberse a un milagro o al saludable cuestionamiento de los esfuerzos que despliegan los candidatos estos d¨ªas.
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