El inventor de eventos
En estos tiempos en los que el trabajo escasea y el corpus laboral excreta excedentes en forma de ERE para purgarse, hay que buscar soluciones imaginativas, propuestas creativas que incrementen las opciones de empleo con la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo. Puesto a sacar consecuencias positivas y ¨²tiles del caso Correa, una labor similar a la de escarbar en las basuras m¨¢s hediondas con un palito para rescatar algo reciclable, me ha llamado la atenci¨®n la extraordinaria pujanza del sector eventos en numerosos municipios, muchos de ellos enclavados en esta comunidad donde toda esperanza est¨¢ perdida. Incalificables recalificaciones de terrenos, sospechosas adjudicaciones de obras y organizaci¨®n consuetudinaria de eventos p¨²blicos, ¨¦sos son los polos b¨¢sicos del desarrollo de la trama de empresas en las que el empresario Francisco Correa sirvi¨® de transmisi¨®n, enlace, nudo gordiano en una red tupida de intrigas y corruptelas que empieza a deshacerse tras los primeros mazazos judiciales y a mostrar sus inmundicias y miserias.
Correa sirvi¨® de transmisi¨®n y enlace en una red tupida de intrigas y corruptelas
Aprovechemos, pues, lo ¨²nico que parece reciclable bajo las inmundas tapaderas de empresas como Tecnology Management Consulting y algunas de sus hijas y herederas en el expolio. Los tecn¨®logos, los managers y los consultores que trabajaron duro y en negro, que blanquearon capitales y emborronaron expedientes al servicio de sus amos, esos tipos, a veces adornados con simp¨¢ticos motes como El Albondiguilla, La Rata o El Bigotes, se merecen ser reinsertados, sobre todo los que, dentro de la amplia gama de empresas delictivas a su disposici¨®n, optaron por la organizaci¨®n de fastuosos eventos.
El inventor de eventos, o event¨®logo, es una figura que no deber¨ªa faltar en ning¨²n ayuntamiento, comunidad o ministerio que se precie. La organizaci¨®n de eventos crea anualmente miles de puestos de trabajo, eventuales como su propio nombre indica, pero no tanto, porque muchos de ellos se repiten anualmente. La eventolog¨ªa tambi¨¦n proporciona generosos sobresueldos a los intermediarios que los perciben en forma de sobornos y los agradecen en forma de cohechos y prevaricaciones. Adem¨¢s, para que el dinero del departamento de festejos del Ayuntamiento de Balconcillos del Jarama acabe en una cuenta del Gran Caim¨¢n se precisa una legi¨®n de contables y de ingenieros financieros expertos en fugas.
Montadores de carpas, electricistas y sonidistas, transportistas, attrezzistas y decoradores, espectadores contratados para rellenar huecos y enarbolar banderas, azafatas, camareros, maestros de ceremonias, oradores, famosos de alquiler, artistas, guardaespaldas, asesores y consultores... Cada evento genera una n¨®mina impagable de jornales a cuenta de un presupuesto, mejor p¨²blico que privado, aunque los partidos pol¨ªticos en sus campa?as y las grandes marcas en sus promociones sean tambi¨¦n magn¨ªficos clientes. Pero a la cabeza del sector eventos deber¨ªan figurar siempre sus creadores, los inventores de eventos, una profesi¨®n sin tipificar pero que debe emplear a los mejores talentos del sector, tipos creativos expertos en vender al concejal de turno la magn¨ªfica y lucrativa idea de organizar desde un homenaje a la tercera edad local, que siempre resulta muy agradecida, hasta el d¨ªa de la cabra hisp¨¢nica, a celebrar con periodicidad anual mientras la sufrida especie a¨²n se encuentre en v¨ªas de extinci¨®n.
El inventor de eventos ya no se conforma con las fiestas de la vendimia y los festivales folcl¨®ricos, le dejan indiferente las fiestas patronales, que est¨¢n muy trilladas, y no ve demasiados alicientes en los previsibles m¨ªtines de las campa?as pol¨ªticas. Extralimit¨¢ndose un tanto en sus funciones, un inventor de eventos an¨®nimo cre¨® en una localidad madrile?a una oficina de informaci¨®n al ciudadano en un lugar escasamente visitado por una ciudadan¨ªa que al parecer ya se consideraba suficientemente informada. Ni un solo ciudadano lleg¨® a visitar sus instalaciones despu¨¦s del d¨ªa de la inauguraci¨®n, en el que seguramente dar¨ªan un copet¨ªn a cuenta del erario. Unos meses despu¨¦s, la oficina ser¨ªa clausurada, sin copas ni discursos; aunque se supone que las instalaciones ser¨ªan desmontables y habr¨¢n sido utilizadas para otra iniciativa digna de inter¨¦s, como el centro de interpretaci¨®n del cerdo ib¨¦rico o la oficina de informaci¨®n del senderismo en Los Monegros. El Correa, La Rata, El Bigotes y El Albondiguilla deber¨ªan montar al menos un taller penitenciario de su especialidad all¨¢ donde vayan.
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