Sarkozy da un giro social frente a la crisis
El presidente franc¨¦s, en horas bajas, anuncia un plan de ayudas de 2.600 millones - Los sindicatos consideran insuficientes las medidas y amenazan con m¨¢s huelgas
"Me estoy jugando el mandato". Nicolas Sarkozy dijo esto hace unos d¨ªas a sus colaboradores refiri¨¦ndose al periodo cr¨ªtico que atraviesa su presidencia. Su figura cotiza a la baja en los sondeos, la crisis de aliento planetario se ceba en Francia, las medidas econ¨®micas de rescate no han calado en la poblaci¨®n y el 19 de marzo hay anunciada ya otra jornada de protesta en la calle que se antoja multitudinaria. Por eso la reuni¨®n que se celebr¨® ayer en el El¨ªseo entre el presidente, un buen ramillete de ministros, representantes de los sindicatos y la patronal era crucial.
Sarkozy lleg¨® con una bater¨ªa de medidas puramente sociales encaminadas a dar un golpe de tim¨®n y de paso calmar los ¨¢nimos y convencer a los sindicatos y a los trabajadores. Entre estas medidas se cuenta una prima de 500 euros para desempleados que hayan trabajado un m¨ªnimo de dos meses, otra de 150 euros para familias modestas con hijos en edad escolar y la reforma del impuesto sobre la renta para beneficiar a los contribuyentes con menos ingresos. El Estado franc¨¦s destinar¨¢, seg¨²n comunic¨® ayer el presidente, 2.600 millones de euros a medidas sociales.
?Bastar¨¢ para remontar?
A primera vista, no. A la salida de la reuni¨®n, Bernard Thibault, el secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos franceses, manifest¨® que las divergencias subsisten y que la jornada de protesta del 19 de marzo sigue en pie. Jean-Claude Mailly, l¨ªder del sindicato Force Ouvri¨¨re, calific¨® las propuestas de Sarkozy de escasas y critic¨® sobre todo "lo que se ha olvidado de hacer".
La reuni¨®n de ayer se gest¨® en una jornada de protesta parecida a la prevista en marzo. Ocurri¨® el 29 de enero. Ocho sindicatos convocaron una jornada de huelga general. No paralizaron Francia, ni siquiera Par¨ªs. Pero sacaron a m¨¢s de un mill¨®n y medio de personas a la calle. Tras las manifestaciones, el presidente de la Rep¨²blica entendi¨® que la partida hab¨ªa quedado en tablas, asegur¨® que hab¨ªa "que escuchar" y anunci¨® la denominada "cumbre social" de ayer.
Desde el d¨ªa de la manifestaci¨®n, la proyecci¨®n de Sarkozy no ha hecho sino bajar a los ojos de los franceses. En un sondeo llevado a cabo la semana pasada por el semanario Le Nouvel Observateur, el 57% de los encuestados aseguraba que las medidas econ¨®micas tomadas por Sarkozy hasta ese momento no eran buenas. Es decir, los millonarios planes de reactivaci¨®n econ¨®mica, centrados sobre todo en la inversi¨®n, en la ayuda a sectores estrat¨¦gicos necesitados de ox¨ªgeno financiero, como los bancos y la industria del autom¨®vil, no consiguen convencer a la poblaci¨®n.
Ni siquiera gracias al continuo despliegue medi¨¢tico de Sarkozy. El 5 de febrero, en una entrevista televisada de m¨¢s de una hora y media, Sarkozy trat¨® de explicar lo que estaba haciendo para superar la crisis. Ayer, en una alocuci¨®n grabada que dur¨® 15 minutos, el presidente volvi¨® a salir en televisi¨®n en horario de m¨¢xima audiencia para anunciar a los franceses las medidas adoptadas, advertirles que la crisis es dura pero que "Francia est¨¢ mejor situada que otros para salir antes", y recordarles que "el trabajo y el esfuerzo es la mejor manera de actuar".
De cualquier forma, las solemnes declaraciones p¨²blicas ya no son suficientes. En el sondeo citado, el 58% de los preguntados considera que Sarkozy "habla mucho pero no hace gran cosa".
Hay otro peligro que ronda actualmente el mandato de Sarkozy. Que los disturbios que hunden actualmente Guadalupe se extiendan a otras zonas de ultramar o que salten a la metr¨®poli. Las im¨¢genes que llegan a los televisores franceses en las que j¨®venes encapuchados rompen y queman coches por la noche en las calles de la capital de la isla caribe?a recuerdan a los disturbios de 2005 en los que los adolescentes de la banlieue de Par¨ªs pusieron en jaque al Gobierno.
Ayer, el presidente de la Rep¨²blica, al final de su alocuci¨®n televisada, adelant¨® que hoy se reunir¨¢ con los diputados de las Antillas y que anunciar¨¢ otra bater¨ªa de medidas encaminadas a sofocar la explosiva (y tal vez contagiosa) situaci¨®n de Guadalupe.
Revuelta en ultramar
La incendiaria situaci¨®n de la isla de Guadalupe (450.000 habitantes), en las Antillas francesas, ha acabado por explotar. Tras un mes de huelgas y de protestas en las que los habitantes de este territorio franc¨¦s del Caribe se han quejado de su situaci¨®n econ¨®mica y de la escalada de precios, todo ha degenerado en dos d¨ªas: ayer un sindicalista muri¨® de un disparo que sali¨® de una barricada en Pointe-¨¤-Pitre, la ciudad m¨¢s importante de la isla.
Los comercios est¨¢n cerrados, incluidas las farmacias, las carreteras cortadas, con ¨¢rboles y muebles atravesados en el asfalto formando barreras, hay coches incendiados, disturbios y pillaje. Seis polic¨ªas han resultado heridos por disparos. A los turistas, fuente de ingresos de la isla, les han pedido que no salgan del hotel y que no pisen la calle. Un miembro de un sindicato policial de Guadalupe confes¨® ayer que las fuerzas de seguridad "se sienten desbordadas". Par¨ªs ha enviado casi 300 gendarmes de refuerzo. El presidente del consejo regional de la isla, el socialista Victorin Lurel, fue m¨¢s tajante: "Estamos a un paso de la revuelta". Las protestas por la crisis tambi¨¦n se han extendido a la vecina Martinica, y amenazan con desatarse en la Guyana francesa y en Reuni¨®n (?ndico).
Desde hace 30 d¨ªas, los habitantes de Guadalupe salen a la calle para protestar por su asfixia econ¨®mica. Se quejan de que los productos (muchos importados de Francia) cuestan mucho y que los sueldos son muy bajos, de una tasa de paro que ronda el 20% (en la metr¨®poli se sit¨²a en el 8%) y, sobre todo, se quejan de que Par¨ªs haya mirado para otro lado, esperando que la protesta remitiese sin ruido, confiando en que ¨¦ste, adem¨¢s, llegase amortiguado a la lejana metr¨®poli. En la ra¨ªz del asunto se encuentra tambi¨¦n el sentimiento de discriminaci¨®n de una poblaci¨®n que no ve que Guadalupe sea tratada como un territorio franc¨¦s.
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