El chiste de Bacon

Llevo dos d¨ªas esperando que F¨¦lix de Az¨²a nos explique el chiste. Ya s¨¦ que un chiste no se explica, pero es que no consigo pillarle la gracia. Su art¨ªculo del lunes d¨ªa 16 sobre Francis Bacon a prop¨®sito de la antol¨®gica de El Prado sin duda fue le¨ªdo por muchos de los que estos d¨ªas aguantan el fr¨ªo mientras hacen cola frente a las taquillas antes de pagar los ocho euros.

No s¨¦ a qu¨¦ altura del art¨ªculo se empez¨® a mosquear cada lector, si en la diarrea catalana o en los despachos de la aseguradora Lloyd's. Confieso que iba de susto en susto y que s¨®lo me di por vencido al descubrir una nueva dimensi¨®n en la ciencia de don Carlos Marx, la de especialista en artes primitivas. Empec¨¦ a re¨ªrme de m¨ª mismo, de mi papanatismo, y supuse que el autor del art¨ªculo humor¨ªstico no aguantar¨ªa la carcajada antes de terminar. Pero termin¨® tan serio.

Dos d¨ªas despu¨¦s, me sigo preguntando contra qui¨¦n disparaba F¨¦lix de Az¨²a en su particular monter¨ªa. ?Considera indigno a Bacon de una antol¨®gica en El Prado?, ?puso una trampa al editor de opini¨®n para demostrar que le cuelan cualquier cosa?, ?quer¨ªa hacer ver a sus lectores que se tragan todo lo que est¨¢ escrito?, ?alertaba sobre la plaga de mentiras en que se est¨¢ convirtiendo Internet?, ?esperaba encontrar un antagonista suicida?, ?o era un ajuste de cuentas con alg¨²n colega empe?ado en fundar los avances de la cultura en bases biol¨®gicas y an¨¦cdotas biogr¨¢ficas?

Por favor, que alguien lo explique.