Teor¨ªa de la ceguera
En una escena en apariencia intrascendente de Vals con Bashir, dos soldados israel¨ªes encogidos tras las metralletas de un tanque circulan por un Beirut fantasmag¨®rico, en plena noche de verano de 1982. "?Qu¨¦ hacemos? ?Por qu¨¦ no nos dicen qu¨¦ tenemos que hacer?", pregunta el primero. "?T¨² dispara!", responde el segundo. "Pero, ?a qui¨¦n? ?No se ve nada! ?No ser¨ªa mejor rezar?", clama el interrogador. "?Pues reza y dispara!".
Este di¨¢logo podr¨ªa resumir no s¨®lo la actitud b¨¦lica del Ej¨¦rcito israel¨ª de aquellos d¨ªas, sino tambi¨¦n buena parte de la actitud estrat¨¦gica, geopol¨ªtica e incluso moral de los distintos gobernantes del Estado jud¨ªo durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Hablar est¨¢ bien, rezar est¨¢ bien, pero si se dispara al mismo tiempo, est¨¢ mejor. Vals con Bashir, tercer largometraje de Ari Folman, es un proyecto verdaderamente ¨²nico. Un documental de animaci¨®n con toques de ficci¨®n y reminiscencias autobiogr¨¢ficas sobre las matanzas perpetradas en los campos de refugiados de Sabra y Chatila, durante la primera guerra del L¨ªbano, a manos de los falangistas cristianos libaneses, con la responsabilidad indirecta de Israel.
VALS CON BASHIR
Direcci¨®n: Ari Folman.
Intervienen (voces): Ari Folman, Ronny Dayag, Dror Harazi.
G¨¦nero: documental de animaci¨®n.
Israel, 2008.
Duraci¨®n: 90 minutos.
Folman estuvo all¨ª como soldado y, como muchos otros compa?eros, decidi¨® olvidar. Pero s¨®lo durante un tiempo. Ahora ha querido entrevistar a algunos de sus compa?eros militares de entonces con el objetivo de salir de esa amnesia colectiva que podr¨ªa ser la de todo un pa¨ªs. As¨ª, seis entrevistas reales a distintos testigos y dos m¨¢s con personajes ficticios son las que forman el tremebundo paisaje dram¨¢tico de la pel¨ªcula, rodada con una mezcla de animaci¨®n tradicional, formato flash, 3-D y rotoscopia (en la que se parte de una referencia filmada en vivo).
Lo olvidado m¨¢s o menos conscientemente. Lo recordado, transcurrido un tiempo, de lo vivido. Y lo recordado partiendo de cierta impostura. Todo ello forma un conglomerado que no parece m¨¢s que un sue?o. Una pesadilla. Una vivencia atroz que, al ser rememorada en una pel¨ªcula animada de apariencia hiperrealista, va tomando poco a poco un cariz surrealista. Eso s¨ª, tras la espesa niebla de los recuerdos, tras la ceguera f¨ªsica y mental, hubo una lamentable realidad: m¨¢s de un millar de muertos, asesinados a golpe de disparo, cuchillo y hacha.
Desde la demoledora escena inicial, cargada de simbolismo, en la que uno de los soldados cuenta su pesadilla recurrente (26 perros lo persiguen por las calles), Folman ha conformado una pel¨ªcula ¨²nica por su novedosa mezcla de formatos y g¨¦neros, y por su apabullante capacidad para evocar la realidad del drama mediante elementos nada realistas (la animaci¨®n, los sue?os, las met¨¢foras). Quiz¨¢ por ello la decisi¨®n final de incluir im¨¢genes documentales grabadas por las televisiones, con las consecuencias de la matanza, pueda ser la ¨²nica decisi¨®n discutible del autor. Esas im¨¢genes funcionan a favor de la concienciaci¨®n, pero puede que en perjuicio del empaque de la obra art¨ªstica.
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