La d¨¦cada en que el acero y el titanio se alearon
El Euskalduna cumple 10 a?os - Jon Ortuzar reivindica el palacio que dirige como generador de cultura y riqueza
Visto su curr¨ªculo, se podr¨ªa deducir que en su m¨¢s tierna infancia, devorada entre Portugalete y Getxo, Jon Ortuzar (Bilbao, el a?o pertenece al secreto del sumario) so?aba con ser m¨¦dico, o periodista, o futbolista. Forjado en la empresa privada, ha gestionado un hospital, ha liderado un peri¨®dico y, mucho antes, en aquellas tardes de transistor a la sombra del Puente Colgante, admir¨® a Arieta I, delantero del Athletic que se hinch¨® a meter goles en los a?os cincuenta y sesenta. Pero no. Ni el bistur¨ª, ni la Olivetti Lettera, ni el bal¨®n de reglamento hurtaron una sola hora a su sue?o. ?l siempre quiso ser gestor.
"S¨ª, gestor", repite Ortuzar, como si necesitase convencer a su interlocutor de que, pese a sonar extravagante, tal fue su vocaci¨®n m¨¢s genuina. La gesti¨®n. En la persecuci¨®n de ese sue?o curs¨® estudios de Econ¨®micas y Derecho en la Comercial de Deusto, asomado a la R¨ªa. Y por la rama de la gesti¨®n se encaram¨® a la cima de Editorial Iparraguirre, empresa editora del diario Deia, y de all¨ª a la gerencia del Hospital de Basurto, escalas previas a su desembarco en el Euskalduna a finales de 1996. No era entonces el Palacio de Congresos y de la M¨²sica de Bilbao m¨¢s que un inmenso solar, vestigio de los emblem¨¢ticos astilleros hom¨®nimos, ruina de la traum¨¢tica reconversi¨®n industrial, que estaba salpicado por unos cuantos hierros. Un buque oxidado y varado junto a la R¨ªa (de nuevo la R¨ªa) que emerg¨ªa clandestino, casi de espaldas a los bilba¨ªnos, eclipsado por el brillo del titanio del vecino Museo Guggenheim, m¨¢s emblem¨¢tico y medi¨¢tico, m¨¢s cacareado. "Recuerdo que la gente me preguntaba: 'Oiga, se?or, ?y esto del Euskalduna para qu¨¦ va a ser?", evoca ahora Ortuzar con la seguridad que s¨®lo el tiempo pasado y el aplauso general proporcionan. El Palacio Euskalduna festeja este fin de semana su d¨¦cimo aniversario: desde las siete de la tarde de hoy, con un espect¨¢culo de luz y sonido; ma?ana, desde las 19.30, con una gala que contar¨¢ con los mismos protagonistas que la del estreno, en la que actuar¨¢n la BOS, dirigida por Yaron Traub, la Coral de Bilbao, Asier Polo, Igor Yebra -lesionado, no pudo bailar en 1999- y Oxana Kucheruk, presentados todos por Anne Igartiburu; y el domingo, con una jornada de puertas abiertas de 10.00 a 19.00.
Cost¨® 81 millones de euros. Su aportaci¨®n al PIB vasco se cifra ya en 612 millones
Ortuzar: "El Euskalduna y el Guggenheim se complementan"
En 2008, con una ocupaci¨®n del 94%, acogi¨® 861 eventos y 495.000 asistentes
Las celebraciones arrancan esta tarde con un espect¨¢culo de luz y sonido
La efem¨¦ride enfoca un Euskalduna rebosante de salud, actividad y reconocimiento, un¨¢nimemente aceptado como uno de los iconos m¨¢s caracter¨ªsticos del nuevo Bilbao. Un elemento, en opini¨®n de su director, tan emblem¨¢tico como puedan serlo el Guggenheim, el Athletic o la R¨ªa (siempre la R¨ªa). "Ahora la gente nos dice: 'Oiga, qu¨¦ importante es esto, qu¨¦ cosas m¨¢s importantes se organizan aqu¨ª, cu¨¢nta riqueza genera", destaca Ortuzar. No siempre fue as¨ª.
Fundada en 1900 por los principales navieros de la villa, la Compa?¨ªa Euskalduna de Construcci¨®n y Reparaci¨®n de Buques fue durante d¨¦cadas un motor de la prosperidad industrial de Bilbao. En 1988, carcomido por una crisis terminal, escenario de feroces batallas entre trabajadores y polic¨ªas, el astillero baj¨® la persiana. Una voladura lo borr¨® del mapa en febrero de 1993. Seis meses antes, los arquitectos Federico Soriano y Dolores Palacios hab¨ªan ganado el concurso de ideas convocado para construir en aquel inmenso solar de Abandoibarra un Palacio de Congresos y de la M¨²sica. "El buque fantasma... de Wagner, naturalmente", bautizaron su propuesta. El edificio fue concebido, seg¨²n sus autores, como "un buque en permanente construcci¨®n". El edificio-buque, cuyo coraz¨®n encierra el auditorio con el mayor escenario de Espa?a, tiene 90 metros de eslora, 40 de manga, 52 de puntal y un doble casco de acero corten, cuyo bajo contenido de carbono forma en su superficie una delgada capa de ¨®xido, genial gui?o al pasado de Bilbao y Vizcaya, tan ligado al acero y al hierro. La primera piedra fue colocada en junio de 1994, y Ortuzar se subi¨® a la nave a fines de 1996, aupado por el entonces diputado general vizca¨ªno, Josu Bergara.
"Tuvimos mucha suerte, porque fuimos creciendo a la sombra del Guggenheim. Sencillamente, no exist¨ªamos, y eso nos proporcion¨® la tranquilidad necesaria para trabajar bien. Si hab¨ªa que criticar algo o a alguien, ya estaba all¨ª el Guggenheim, un paraguas estupendo para nosotros", rememora el director del palacio. "Pero abre el Guggenheim, un a?o antes que nosotros, y resulta que es un ¨¦xito deslumbrante. ?Y qu¨¦ ocurre entonces? Que ya nadie se atreve a criticar al Euskalduna, no fuera que luego resultase otro gran ¨¦xito". El 19 de febrero de 1999, Sebasti¨¢n P¨¦rez, antiguo operario de los astilleros, estrellaba una botella de champ¨¢n contra el edificio-buque. Hab¨ªa nacido el Palacio Euskalduna.
Ortuzar ilustra con una met¨¢fora el proceso de crecimiento, asimilaci¨®n y aceptaci¨®n del Euskalduna: "Si el Guggenheim fue probar de la cucharilla y decir '?qu¨¦ delicia!', el Euskalduna ha requerido una digesti¨®n m¨¢s lenta, pero al final muy placentera". La casi inevitable comparaci¨®n con el museo concebido por Frank O. Gehry, recurrente a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada, e incluso antes, no irrita a Ortuzar. No se atisba en sus comentarios el menor poso de celos. "El Guggenheim ha sido y es, sin ninguna duda, el gran impulso transformador de Bilbao", concede categ¨®rico e inequ¨ªvoco. "Somos complementarios. Nosotros no vendemos un edificio, sino un destino que es Bilbao. Y, al hacerlo, al vender nuestro producto, nos aprovechamos del museo, pero tambi¨¦n le devolvemos el favor: quien viene al Euskalduna visita ineludiblemente el Guggenheim", incide.
Las cifras avalan el ¨¦xito del Euskalduna, designado Mejor Palacio de Congresos del Mundo en 2003. Su construcci¨®n cost¨® 81 millones de euros; la consultora Deloitte ha calculado su impacto en el PIB vasco a lo largo de esta d¨¦cada en 612 millones (7,5 veces la inversi¨®n inicial). Con una facturaci¨®n cercana a los siete millones de euros, el Euskalduna elev¨® el a?o pasado su r¨¦cord de ocupaci¨®n al 94% tras acoger 861 eventos, guarismos que lo elevan al primer puesto entre los palacios de congresos espa?oles. De esos 861 actos, que captaron a un total de 494.994 asistentes -tambi¨¦n plusmarca hist¨®rica-, 515 fueron reuniones y congresos, frente a 346 representaciones culturales (conciertos, ¨®pera, zarzuela, danza, ballet, teatro...). La ABAO (Asociaci¨®n Bilba¨ªna de Amigos de la ?pera) y la Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao (BOS) tienen su sede en su auditorio, con capacidad para 2.164 personas y una ac¨²stica un¨¢nimemente aplaudida. "En ninguna otra sala la filigrana musical alcanza mayor gloria", declar¨® la soprano Montserrat Caball¨¦ en 1999. All¨ª han actuado, entre otros, Sting, Diana Ross, Ainhoa Arteta o Woody Allen.
Las cifras del palacio, mastod¨®nticas, contrastan con la ligereza de su andamiaje. S¨®lo 22 personas integran la n¨®mina del Euskalduna. "Tiene que ser as¨ª para no generar d¨¦ficit. Debo recordar que el Euskalduna jam¨¢s ha percibido un solo euro de subvenci¨®n p¨²blica", presume Ortuzar, quien al mando del Hospital de Basurto lleg¨® a tener a m¨¢s de 3.000 profesionales a su cargo. La viabilidad financiera del palacio se basa, seg¨²n un plan trazado por su propio director, en un sistema mixto de concesiones (restaurantes, catering, aparcamiento), contratas estables (mantenimiento esc¨¦nico y general, seguridad, limpieza) y empresas colaboradoras a demanda (montaje de audiovisuales o azafatas). "Contribuimos al mantenimiento de m¨¢s de 1.150 empleos", precisa Ortuzar.
Con el fin de doblar con id¨¦ntica robustez la esquina de la pr¨®xima d¨¦cada, el Euskalduna ya prepara su ampliaci¨®n. Sufragada por la Diputaci¨®n de Vizcaya y con un coste estimado en 16 millones de euros, la obra le permitir¨¢ ganar 5.000 metros cuadrados de espacio expositivo, posiblemente su tal¨®n de Aquiles, probablemente el ¨²nico.
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