UN DELF?N EN LA GRAN MANZANA
hay viajes cuyo punto de partida resulta inesperado. El de David Delf¨ªn a Nueva York empez¨® en Jap¨®n hace cuatro meses, en una visita que mezcl¨® placer con negocios. A su vuelta a Madrid, sobre una mesa de casa, la fot¨®grafa Diane Arbus le miraba desde la cubierta del libro de su ¨²ltima exposici¨®n, Revelations. "Enseguida supe que ¨¦se ser¨ªa el t¨ªtulo de este desfile", explica el dise?ador, mientras espera su comida sentado en un diner neoyorquino. "Es como si hubiera aprendido un mont¨®n de cosas de golpe, sobre qu¨¦ quer¨ªa y qu¨¦ no, sobre las posibilidades de hacer las cosas de otra manera, sobre atreverme a salir, mirar fuera y que me vean. De repente, todo hizo clic, tuve una revelaci¨®n".
"Tenemos que ser constantes. Hemos venido a Nueva York para quedarnos. Volvernos ahora no tendr¨ªa sentido"
Una visi¨®n que se hizo tangible el viernes pasado en una galer¨ªa industrial del distrito Meatpacking, ante medios como Visionaire, Purple o The New York Times. La responsable de tal convocatoria internacional, la relaciones p¨²blicas Kelly Cutrone, de People's Revolution, la agencia que tambi¨¦n representa en EE UU a Vivienne Westwood, Alexandre Herchcovitch o Jeremy Scott. El propio Delf¨ªn justifica la curiosidad ante un desconocido atendiendo a la coyuntura econ¨®mica. La Semana de la Moda de Nueva York ha achicado esta temporada gastos reduciendo grandes desfiles a presentaciones en showrooms y borrando buena parte de sus fiestas nocturnas del calendario —Delf¨ªn celebr¨® la suya en el hotel Room Mate Grace, propiedad del empresario Kike Sarasola—. Lo dec¨ªa el propio Miguel Bos¨¦ minutos antes del desfile: "Los momentos de crisis son tambi¨¦n momentos de muchas oportunidades".
La de Davidelfin tuvo, en general, una buena acogida. Laird Borrelli-Persson resum¨ªa en Style.com: "Puede que Delf¨ªn haya virado radicalmente de lo hortera al buen gusto, pero tiene una visi¨®n personal fuerte, y eso vale su precio en oro". La comunidad intern¨¢utica The Fashion Spot recog¨ªa opiniones diversas. "?sta es una colecci¨®n que se sale de lo habitual en la Semana de la Moda de Nueva York", escrib¨ªa Kala Dev. "Al principio result¨® muy emocionante, pero despu¨¦s se volv¨ªa sosa", dec¨ªa Romantics.
El desembarco de Davidelfin —que vino acompa?ado por 20 personas de su equipo— trajo consigo un aire muy espa?ol reflejado en toreras, volantes geom¨¦tricos o sombreros cordobeses. Un recurso habitual en otros dise?adores que han probado suerte en el extranjero, como Josep Font con su primera colecci¨®n en Par¨ªs inspirada en Carmen o Amaya Arzuaga en su incursi¨®n londinense. ?Por qu¨¦ todos los espa?oles acaban reivindicando sus ra¨ªces cuando salen fuera? "En mi caso ha sido una casualidad", defiende Delf¨ªn. "Cuando decid¨ª venir a Nueva York, en diciembre, ya ten¨ªa la colecci¨®n medio hecha. Lo del sombrero cordob¨¦s, por ejemplo, se me ocurri¨® mientras hac¨ªa el vestuario de Hamlet [la obra de teatro que protagoniza ahora en Madrid Blanca Portillo]. Hicimos muchas pruebas de sombreros y el cordob¨¦s, s¨¦ que parece una tonter¨ªa, pero me pareci¨® muy Bauhaus. Y tambi¨¦n nuestro planchador habitual ha trabajado en una sastrer¨ªa cl¨¢sica de toreros. Es algo que me atrae desde hace tiempo, aunque se haya plasmado ahora".
Dice Delf¨ªn que la idea es que su desfile traiga un pedacito de la Madrid Fashion Week, que arranca hoy en Ifema, a la Gran Manzana. No ser¨¢ por falta de apoyo institucional. El malague?o ha contado con financiaci¨®n de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Cultura y el ICEX. Lo que comenz¨® como una aventura cifrada en 150.000 d¨®lares (unos 120.000 euros) acab¨® rebasando el presupuesto inicial. "Ya sabes que aqu¨ª, en EE UU, todo pasa por caja", resume. La pregunta es: ?lograr¨¢n rentabilizarla? "Por el momento, la idea es darnos a conocer, salir en editoriales de moda. Esperamos que las ventas lleguen con el tiempo. Pero para eso tenemos que ser constantes. Hemos venido a Nueva York para quedarnos, volvernos ahora no tendr¨ªa sentido".
La rueda final del desfile, con Bimba al frente. b>Talles altos, sombreros cordobeses y juegos bicolor durante las pruebas en el backstage.
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