Se vende el tesoro de Al¨ª Bab¨¢
Unas 700 piezas de arte de Yves Saint Laurent y Pierre Berg¨¦ salen a subasta
Un experto en pintura de la casa de subastas Christie's visit¨® el piso para evaluar el contenido. Y cuando entr¨® en el sal¨®n de Yves Saint Laurent s¨®lo pudo pensar que aquello que ve¨ªa en ese momento era lo m¨¢s parecido al tesoro de Al¨ª Bab¨¢ que hab¨ªa conocido y que conocer¨ªa jam¨¢s en su vida de marchante de arte. Descubri¨® el picasso, el matisse y el goya en las paredes, y la gran escultura de inspiraci¨®n africana de Brancusi en medio de la sala, pero tambi¨¦n la mesa, los sillones, las l¨¢mparas, las alfombras, los espejos... O dos enormes jarrones negros que valen un mill¨®n de euros.
Los cuadros, esculturas, tapices, sillas, broches, copas, los objetos art¨ªsticos de todas las ¨¦pocas, tama?os y tipos que reunieron a lo largo de toda su vida el dise?ador de moda franc¨¦s Yves Saint Laurent y su pareja y socio Pierre Berg¨¦ comenzar¨¢n a venderse al mejor postor ma?ana y acabar¨¢n el mi¨¦rcoles. Ocurrir¨¢ bajo la c¨²pula de vidrio del Grand Palais de Par¨ªs, entre el Sena y los Campos El¨ªseos, en lo que ya se ha calificado como la subasta del siglo y en la que participar¨¢n sentadas m¨¢s de un millar de personas.
Son m¨¢s de 700 objetos que valen entre 200 y 300 millones de euros. Lo m¨¢s barato es un pu?al mongol del siglo XIX que alguien se podr¨¢ llevar por 800 euros. Lo m¨¢s caro, el ¨²nico cuadro de la etapa cubista de Picasso que a¨²n queda en manos privadas, Instrumentos sobre una mesa, que se adjudicar¨¢ por m¨¢s de 25 millones de euros. Ha habido hasta l¨ªos diplom¨¢ticos: China reclama dos cabezas de bronce que a su juicio fueron robadas hace m¨¢s de 100 a?os y Berg¨¦ replica que se las enviar¨¢ cuando el Gobierno chino respete los derechos humanos.
Todo empez¨® por la escultura de Brancusi. "Cuando la compramos sent¨ª que por primera vez compr¨¢bamos algo grande. Antes, una tarde que ¨ªbamos paseando por Par¨ªs, Yves se qued¨® embobado delante de una galer¨ªa que ten¨ªa una escultura africana de madera de un gran p¨¢jaro. ?sa fue la primera pieza que compramos juntos. Esa escultura no sale a la venta. La guardar¨¦ yo", confes¨® Berg¨¦ a Le Figaro hace unas semanas.
La historia de esta colecci¨®n, en el fondo, es la historia de una pareja. Yves Saint Laurent, el dise?ador de las gafas de concha que revolucion¨® la moda del siglo pasado al vestir a la mujer con esmoquin o con dibujos inspirados en Mondrian, conoci¨® al mecenas, editor, hombre de negocios y, sobre todo, apasionado del arte, Pierre Berg¨¦, en 1958.
Vivieron juntos hasta 1978. Fueron amigos y compartieron la colecci¨®n siempre, hasta la muerte del modista, en 2008. Fue entonces cuando Berg¨¦ pens¨® en deshacerse de ella. "Si ¨¦l no estaba, ya no ten¨ªa sentido", manifest¨®. Durante todos esos a?os compraron con un olfato certero, gui¨¢ndose sobre todo por su impulso, sin obedecer a criterios hist¨®ricos ni mercantiles. Jam¨¢s revendieron un objeto.
Saint Laurent era m¨¢s impulsivo que su amigo, m¨¢s dado a arramblar en las tiendas de antig¨¹edades como "el que visitaba un supermercado", seg¨²n Berg¨¦. ?ste siempre se ha definido como una persona que, sin ser un artista, persigue el arte se encuentre donde se encuentre, ya sea en un aria de Maria Callas (a la que adoraba) o en un taburete (hay uno que se vende en la exposici¨®n por 6.000 euros).
Convirtieron su casa de Par¨ªs, de 400 metros cuadrados y dos pisos, en un museo vivo donde imperaba la mezcolanza de estilos y fechas, en un pastiche hechizante, seg¨²n los curtidos expertos de Christie's que la visitaron. Todos estos especialistas, desde el encargado de calibrar los muebles antiguos hasta el de los objetos de plata, coincidieron ayer en se?alar la exquisitez de los objetos adquiridos, fueran lo que fueran.
"?Que por qu¨¦ compr¨¦ todo? A lo mejor para intentar convertir mi vida en una obra de arte en s¨ª misma, para vivir lo m¨¢s cerca del arte posible", se explicaba en la entrevista citada Berg¨¦. Saint Laurent era igual de obsesivo, aunque m¨¢s impaciente: una vez prestaron el goya a una exposici¨®n temporal en el Prado y el dise?ador coloc¨® en el lugar que ocupaba el cuadro una r¨¦plica fotografiada de id¨¦ntico tama?o con el mismo marco. Aun as¨ª se pas¨® todo el tiempo preguntando en voz alta, para fastidiar a su pareja: "?Y cu¨¢ndo nos devuelven el goya?". Ahora, el cuadro, el Retrato de Jos¨¦ Mar¨ªa de Cistue y Mart¨ªnez, pasar¨¢ a la colecci¨®n del Louvre. Berg¨¦ lo ha donado para siempre.
Muchos le han preguntado al socio de Saint Laurent, dado que no hace esto por dinero y que la mayor¨ªa de los fondos se destinar¨¢n a la lucha contra el sida, que por qu¨¦ no crea una fundaci¨®n y as¨ª evita que se dispersen y se desperdiguen los objetos que han rodeado su vida y su casa. ?ste responde siempre que no tiene ni tiempo ni dinero para crear una fundaci¨®n y que no hay que sentir pena por deshacerse de casi todo. "El destino de las obras de arte es pasar de mano en mano", asegura. Y luego a?ade que cuando ya hab¨ªa tomado la decisi¨®n se top¨® con una frase del escritor Edmond de Goncourt: "No quiero que ninguno de mis dibujos, mis muebles, mis libros, en fin, los objetos de arte que han hecho mi vida m¨¢s feliz, acaben en la fr¨ªa tumba de un museo, sino desperdigados por los golpes de martillo del subastador. Y que el goce que me procur¨® la compra de alguno de ellos se repita en otra persona, heredera de mi gusto".
La frase le impresion¨® tanto a Berg¨¦ que la ha colocado en la primera p¨¢gina del cat¨¢logo, al lado de una fotograf¨ªa de unas gafas de concha."El destino de las obras es pasar de mano en mano", dice el mecenas Los objetos han sido valorados entre 200 y 300 millones de euros
Babelia
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