El PP se muestra euf¨®rico pero cree que Rajoy tendr¨¢ que hacer limpieza

"Es una gran victoria. Es la primera vez que se retira en campo abierto ante nuestro ataque. Hay que saber rentabilizarla". Con esta frase de un dirigente cercano a Mariano Rajoy se puede resumir la sensaci¨®n que recorri¨® el partido tras la dimisi¨®n de Mariano Fern¨¢ndez Bermejo.

Era la pieza m¨¢s codiciada. Sobre ¨¦l pivotaba toda la estrategia de contraataque de un Rajoy que ha logrado darle la vuelta a la tortilla acosado por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, una vez m¨¢s, como en 2003, cuando el PP, presionado por la crisis del Prestige, logr¨® que dimitiera un diputado socialista de Madrid, Antonio Carmona, por decir en broma "si hace falta hundimos otro barco".

S¨®lo 20 minutos antes de que hablara Bermejo, Rajoy hab¨ªa dejado claro que ¨¦l quer¨ªa cobrarse esa pieza y pensaba cubrir con ella cualquier asunto de corrupci¨®n durante toda la campa?a electoral: "Son las 12.40 y Zapatero no ha cesado a Bermejo", dijo en Baralla (Lugo). Ayer se limit¨® a decir: "Es una buena noticia, era una dimisi¨®n anunciada".

Rajoy hab¨ªa dejado claro que pensaba tapar con Bermejo toda la corrupci¨®n

En G¨¦nova, la sede central del partido, estall¨® la euforia. Como en los buenos tiempos de la legislatura 93-96, cuando los populares lograban, con su presi¨®n y los esc¨¢ndalos, dimisiones de ministros, Federico Trillo, uno de los protagonistas de aquella ¨¦poca, compareci¨® para exhibir su satisfacci¨®n y anunciar que no se conforma. Ahora, explic¨®, exigir¨¢n a Zapatero que explique "sus relaciones con el Poder Judicial".

Los populares van a mantener la presi¨®n y el victimismo al menos hasta el domingo, d¨ªa de las elecciones vascas y gallegas. No s¨®lo contra Zapatero, sino contra el juez Garz¨®n, a quien amenazan con presentar hoy mismo una querella por prevaricaci¨®n si no se inhibe. El PP conf¨ªa en que el juez, enfermo, no les d¨¦ una mala sorpresa antes del domingo.

Sin embargo, los m¨¢s reflexivos tanto en el entorno de Rajoy como en las direcciones regionales asumen que, tras la dimisi¨®n de Bermejo, la pelota est¨¢ en el tejado de Rajoy. Todo el partido entiende que el l¨ªder estire la estrategia del contraataque hasta las elecciones, sobre todo porque el juez insiste en mantener el secreto del sumario, pero a nadie se le escapa que este caso de corrupci¨®n, y el otro del espionaje revelado por EL PA?S, no pueden quedar en nada.

"Esta decisi¨®n de Zapatero, por mucho que haya llegado tarde y nos haya concedido 10 d¨ªas preciosos para recuperarnos de un golpe como el de Garz¨®n, puede servir tambi¨¦n para legitimar cualquier medida dr¨¢stica interna que tenga que tomar Rajoy", sentencia otro dirigente.

En el PP se est¨¢ instalando la idea de que despu¨¦s de las elecciones Rajoy tendr¨¢ que concentrarse en hacer limpieza interna. De momento, los tres m¨¢s claramente implicados en la presunta corrupci¨®n en Madrid, el alcalde de Boadilla, el consejero de Deportes y el ex alcalde de Majadahonda han dimitido de sus puestos institucionales, pero el partido no les ha suspendido cautelarmente de militancia, paso previo a la expulsi¨®n. De hecho, el ex alcalde de Boadilla, Arturo Gonz¨¢lez Panero, sigue siendo jefe del PP local y concejal, y Alberto L¨®pez Viejo, ex consejero de Deportes, sigue siendo diputado de Madrid.

Mientras, en la crisis del espionaje no ha habido a¨²n ni una sola dimisi¨®n, y el entorno de Rajoy asegura que, cuando termine la comisi¨®n de investigaci¨®n, el l¨ªder est¨¢ dispuesto a pedir algunas.