Entre la crisis y los principios

"Se?or Olabarria, usted pertenece a un partido que gobierna en una comunidad pr¨®spera, con una renta per c¨¢pita alta [...]. Yo soy muy respetuoso, yo entiendo que el Pa¨ªs Vasco y su Gobierno no tengan problema con la inmigraci¨®n. Podr¨¢ tener opini¨®n, pero no la responsabilidad de gobernar [en Espa?a]". "[Les pido que] reflexionen sobre este gesto que algunos de ustedes hacen muchas veces de estar por encima del bien y del mal y dar lecciones". As¨ª de rotundo se mostr¨® el ministro de Trabajo e Inmigraci¨®n, Celestino Corbacho, cuando el diputado peneuvista Emilio Olabarria le interpel¨® en una sesi¨®n de la comisi¨®n correspondiente en el Congreso en julio pasado, acusando al Gobierno central de endurecer su discurso migratorio al apoyar la directiva de Retorno Europea y al plantear restricciones al reagrupamiento familiar.

La crisis empuja de nuevo a la ilegalidad a muchos inmigrantes

Confebask recalca que se necesitar¨¢n inmigrantes cuando acabe la crisis

"Tenemos las competencias que tenemos", afirma el Gobierno vasco

El tripartito vasco, muy marcado por el hecho de que un partido como EB estuviera al frente de la consejer¨ªa de Asuntos Sociales, siempre ha mantenido un discurso de poli bueno frente al malo de la Administraci¨®n central. La crisis y los primeros roces de la convivencia con la inmigraci¨®n, un fen¨®meno reciente en Espa?a y reci¨¦n estrenado en Euskadi, pondr¨¢n a prueba las costuras del modelo vasco de inmigraci¨®n, que procura no distinguir entre indocumentados y regulares, y est¨¢ condicionado por la Ley de Extranjer¨ªa.

Todos los agentes implicados resaltan que par¨®n de la econom¨ªa afectar¨¢ a¨²n m¨¢s a los inmigrantes, un colectivo que vive sistem¨¢ticamente peor que los aut¨®ctonos, con peores sueldos, mayor precariedad laboral, y aguantando una tediosa carga burocr¨¢tica -las ¨²nicas colas que se siguen haciendo a la intemperie en la Administraci¨®n p¨²blica son las de los ansiados papeles-. Adem¨¢s, carecen de la red de protecci¨®n que supone la familia para afrontar las malas rachas.

Seg¨²n datos del sindicato CC OO, la tasa de paro entre los inmigrantes ha subido un 56%, frente al 43% entre los aut¨®ctonos, el pasado a?o. Otro dato esgrimido por la central es todav¨ªa m¨¢s preocupante: el 91,5% de los contratos realizados en 2008 han sido temporales.

El grueso del colectivo trabajaba hasta ahora en servicios dom¨¦sticos, hosteler¨ªa y construcci¨®n. Y aunque nadie duda de la impresionante capacidad de adaptaci¨®n de los inmigrantes -tienen mucha mayor movilidad y no hacen ascos a trabajar de camarero despu¨¦s de estar a?os como capataz en una obra-, la proporci¨®n de los que recurran a las prestaciones mientras recuperan un empleo aumentar¨¢ y, con ella, la da?ina percepci¨®n de que sobran.

A¨²n son mayor¨ªa quienes creen que en Euskadi viven muchas m¨¢s personas inmigrantes de las que realmente lo hacen. Tambi¨¦n lo son quienes mantienen estereotipos negativos en torno al fen¨®meno de la inmigraci¨®n, especialmente aquellos que siguen pensando que vienen a recibir m¨¢s de lo que dan y a beneficiarse de las ayudas sociales, aunque se las hayan ganado con el mismo sudor que los aut¨®ctonos.

Euskadi aprende sobre la marcha a lidiar con situaciones de tensi¨®n como la de los menores extranjeros no acompa?ados, en las que las instituciones se ven constantemente desbordadas por la llegada de unos chavales a los que no saben si tratar como menores o como inmigrantes, mientras la xenofobia en torno a ellos aumenta.

En algunas escuelas de la red p¨²blica se est¨¢n creando aut¨¦nticos guetos -el porcentaje de alumnado inmigrante es del 90% en el colegio p¨²blico de Primaria Santa Mar¨ªa, en Vitoria- donde el nivel educativo se resiente y se corre el riesgo de aumentar las desigualdades en el sistema educativo .

Agust¨ªn Unzurrunzaga, de SOS Racismo, recalca que la poca flexibilidad que otorga la Ley de Extranjer¨ªa est¨¢ causando "un alt¨ªsimo nivel" en las denegaciones de los permisos de trabajo de quienes no logran cotizar los meses suficientes o no consiguen un contrato m¨¢s all¨¢ de los precarios. "La crisis y el sistema les est¨¢ empujando a la irregularidad", recalca Unzurrunzaga, que tampoco admite del todo la benevolencia de las instituciones vascas y recalca que ¨¦stas tambi¨¦n tienen un discurso que no siempre es llevado a la pr¨¢ctica: "Nunca va m¨¢s lejos de lo que marca el Gobierno central, aunque en algunos casos podr¨ªa". Pone el ejemplo del empadronamiento, un simple tr¨¢mite que les abre las puertas a servicios como la sanidad, la educaci¨®n y las prestaciones sociales, como las ayudas de emergencia y la renta b¨¢sica: "Muchos inmigrantes no pueden darse de alta en el padr¨®n porque no tienen un contrato de trabajo -suelen alquilar habitaciones sin ning¨²n contrato de por medio-. Los t¨¦cnicos de inmigraci¨®n tienen la potestad para empadronarles en alguna asociaci¨®n, pero no lo hacen".

El Gobierno vasco, por su parte, insiste en que sus manos est¨¢n atadas ante el marco dise?ado por el Gobierno central, que actualmente est¨¢ elaborando una reforma que introducir¨¢ varias restricciones, entre ellas la del reagrupamiento familiar. "Tenemos las competencias que tenemos", recalca el director de Inmigraci¨®n, Roberto Marro, El Gobierno vasco aboga por que, al igual que en Catalu?a, se transfieran competencias como tramitar el permiso inicial para las contrataciones en origen, algo que requerir¨ªa una reforma estatutaria que nadie sabe si llegar¨¢ en la pr¨®xima legislatura.

A largo plazo, en paralelo, persisten las incertidumbres sobre la sostenibilidad del tejido econ¨®mico de Euskadi debido al descenso de la poblaci¨®n. La patronal calcula que en 2020 el d¨¦ficit de mano de obra podr¨ªa oscilar entre 233.000 y 330.000 trabajadores, sobre todo en el sector industrial, el de servicios a empresas, consumidores y atenci¨®n sanitaria.

Nadie piensa en hacer contratos hoy d¨ªa. No mientras no acabe la crisis, mientras los analistas sigan dando por sentado que parte del descalabro del sector de la construcci¨®n es irreversible y que cuando todo acabe nada va a ser como antes. Jon Bilbao, responsable de relaciones laborales de Confebask, a?ade que la inmigraci¨®n que reside en Euskadi no encaja del todo con el perfil requerido a medio y largo plazo, sin que est¨¦ del todo claro que con formaci¨®n se pueda propiciar una transfusi¨®n de trabajadores del ladrillo hacia otros como la industria. Y muchos de los inmigrantes que tienen la formaci¨®n adecuada encuentran incontables problemas para convalidar sus t¨ªtulos en Espa?a.

Hallar un equilibrio entre lo que piden los principios defendidos hasta ahora y la dura realidad ser¨¢ uno de los retos del pr¨®ximo Ejecutivo.