EL 'FLOW' HACE LA UNI?N
Entran en una cafeter¨ªa del barcelon¨¦s barrio del Born tres j¨®venes. Uno es peruano; otro, ecuatoriano, y el tercero es nigeriano. Visten ropa hiphopera y se mueven con el tumbao que tienen los chulos al caminar, como cantaban Rub¨¦n Blades y Gato P¨¦rez. Los camareros detr¨¢s de la barra se miran y, de inmediato, les inquieren: "?Qu¨¦ quer¨¦is?". No es una pregunta de cortes¨ªa, es m¨¢s bien inductiva. Detr¨¢s de los j¨®venes entran en el bar dos barceloneses. Les saludan y se sientan con ellos en la barra. "?Qu¨¦ tomar¨¢ el se?or?", le preguntan a uno de ellos, mientras miran de reojo a los j¨®venes de la gorra y los pantalones cagaos. Los chicos no saben si quedarse, salir corriendo o vaciar los bolsillos sobre la barra y apoyar las manos donde todos puedan verlas. "Cinco caf¨¦s". Al camarero no le salen los n¨²meros. "Esto pasa bastante, pero uno se acostumbra, qu¨¦ le vamos a hacer", comenta Benny Bull Terrier, peruano de 18 a?os. "La polic¨ªa agobia, pero yo s¨¦ que no he hecho nada. Al contrario de lo que mucha gente piensa, a m¨ª los ?etas me dieron estabilidad y responsabilidad, sentido com¨²n. Quiero dedicarme a la m¨²sica y todo esto me ha dado la oportunidad de aprender mucho".
"Hay que respetar. Y tener fe. Antes robaba. Hasta que entr¨¦ en la organizaci¨®n"
El "todo esto" es Unidos por el Flow (UPF), una iniciativa nacida hace tres a?os en el barrio de Roquetas que est¨¢ integrada por ?etas, Latin Kings y j¨®venes de la capital catalana. Esta aventura surgi¨® como intento de atraer a una serie de inmigrantes hacia las actividades e instalaciones de un casal popular, que no eran nada aprovechadas por los reci¨¦n llegados al barrio, en su mayor¨ªa suramericanos, que vagaban por parques y plazas. Pronto, los responsables de este equipamiento municipal descubrieron que lo que realmente interesaba a estos chicos era la m¨²sica. Se organiz¨® un festival en el que se produjo la primera aproximaci¨®n entre ?etas y Latin Kings, los dos colectivos alrededor de los que se encontraba la mayor¨ªa de estos j¨®venes, muchos de ellos padres de familia, obreros sin tiempo libre o trabajadores en paro cuyos m¨®viles ya tienen las llamadas restringidas, pues no se recargan desde hace meses. Muchos no pueden bajar hasta el Born para ensayar cada s¨¢bado porque no les llega ni para la tarjeta del bus.
Mientras las p¨¢ginas de los diarios se llenaban de historias sobre ajustes de cuentas y dem¨¢s tragedias de una inmigraci¨®n mal asimilada, estos j¨®venes se un¨ªan por el flow y pon¨ªan los cimientos para la recuperaci¨®n de los valores esenciales del colectivo ?eta, surgido en 1979 en Puerto Rico —los Latin datan de la d¨¦cada de los cuarenta y su origen se halla en la ciudad de Chicago— con el fin de proteger a ciertos presos y dictar normas de comportamiento en las c¨¢rceles. El fundador, Carlos La Sombra, fue asesinado por el Grupo 27, otra banda formada en el penal y para nada dispuesta a abandonar sus actividades. Los ?etas vengaron su muerte. Y el resto ya es historia. "Esto ha pasado mucho y sigue pasando", comenta en el bar uno de los ?etas, ecuatoriano, que mira hacia otro lado cuando se habla de crimen y baja la cabeza cuando la palabra venganza aparece en la conversaci¨®n. Lleg¨® hoy con un enorme sobre en el que se certifica oficialmente la conversi¨®n de Unidos por el Flow en asociaci¨®n cultural. "La naturaleza de esta asociaci¨®n no es la que defienden los que roban o matan. ?stos no son ?etas, han sido expulsados y duele que cometan actos violentos en nombre de la asociaci¨®n", insiste. La declaraci¨®n parece haberle dolido. Hoy ya no volver¨¢ a hablar. "A m¨ª me duele especialmente ver a gente que lleg¨® aqu¨ª con sus padres, que hicieron un esfuerzo por darles mejor vida, y se dedica a delinquir", interviene Bull Terrier, que se mueve como un rapero y habla como un profeta. "Hay que tener respeto. Hay que tener fe. Hay que creer en algo. Yo antes robaba, hasta que un amigo me habl¨® de la organizaci¨®n, entr¨¦ y empec¨¦ a entender mejor muchas cosas". Desde el bando Latin Kings se insiste en la misma filosof¨ªa: "Quien mate o cometa un delito, ¨¦se no es un latin king; y si lo es, lo expulsamos, porque nuestra filosof¨ªa es de ayuda a la sociedad", comenta el portavoz de la organizaci¨®n, King Manaba.
Entran en una cafeter¨ªa de un centro comercial de Barcelona una brasile?a de pelo revuelto y bufanda colorida y su amigo de Barcelona. "Estos chicos no son delincuentes, son j¨®venes que han pasado por situaciones muy duras y que hoy comparten una pasi¨®n, que es la m¨²sica, y son parte de algo, que es Unidos por el Flow". Pat¨² Antunes, periodista carioca de 35 a?os, es una de las fuerzas catalizadoras de este movimiento. Se implic¨® desde aquel primer concierto y afirma no haber visto en ning¨²n momento ning¨²n tipo de rencor entre ?etas y Latin Kings. Ayud¨® en la confecci¨®n de la obra de teatro que los chicos escribieron y estuvo all¨ª cuando surgi¨® la posibilidad de grabar un disco con el sello K Industria (lo han producido Ragatek y Dinky) y de editar tambi¨¦n un documental sobre el movimiento, tan potente hoy que parece que los chicos est¨¢n ya m¨¢s identificados con UPF que con sus originarias bandas. "Las asociaciones locales nos han ayudado, pero ha sido dif¨ªcil. La burocracia es complicada y los estereotipos han prevalecido. De cualquier modo, creo que esto en Madrid hubiese sido imposible, all¨ª hay una cultura m¨¢s de castigo que de integraci¨®n con respecto a este tipo de colectivos", opina. Y con la idea del arte y la creaci¨®n como veh¨ªculos integradores y de las asociaciones culturales y de barrio como entes indispensables para convertir los espacios comunes en realidades compartidas, UPF podr¨ªa ser tanto la cantera del hip-hop latino estatal como la refundaci¨®n de los principios asociativos de estos colectivos.
www.unidosporelflow.org
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/5CKRSXTVMJWHBPF6I3UJDU3ACM.jpg?auth=e6323b91aacb702f84293585c1b5ac816c3f8e701ae88fc6f4e8de75e5f47d13&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.