M¨¦xico, sin defensa contra el paro
Dice un adagio popular que es un mal s¨ªntoma cuando la poblaci¨®n de un pa¨ªs incorpora de manera cotidiana a su l¨¦xico t¨¦rminos econ¨®micos relativamente t¨¦cnicos. De tal forma que no podemos menos que ser un tanto pesimistas cuando vocablos como inflaci¨®n, tipo de cambio, devaluaci¨®n, subprime, recesi¨®n o riesgo pa¨ªs se empiezan a escuchar en los caf¨¦s, el metro y en los medios no especializados.
Pero si bien todos estos t¨¦rminos suelen invocarse con una connotaci¨®n negativa, ninguno es tan temido como el "desempleo" (el paro). La recesi¨®n nos afecta cuando disminuye la actividad econ¨®mica, cuando nuestro poder adquisitivo cae, cuando las ventas se reducen, pero nunca se manifiesta con mayor rigor y de una manera tan personal como cuando se pierde el empleo.
Esto est¨¢ pasando en Estados Unidos de manera muy dram¨¢tica, la tasa de desempleo para enero alcanz¨® el 7.6 por ciento, una cifra no vista desde 1992 (y entonces le cost¨® la reelecci¨®n a Bush padre, recordemos la frase que el equipo de campa?a de Clinton repet¨ªa sin cesar, "is the economy, stupid"); ?pero como traducimos un n¨²mero como 7,6 por ciento a t¨¦rminos m¨¢s humanos?
Hace un a?o la tasa de desempleo en Estado Unidos era del 4,9 por ciento, esto quiere decir que en el ¨²ltimo a?o poco m¨¢s de ?4 millones de personas perdieron su empleo! Tan solo en enero se perdieron m¨¢s de medio mill¨®n de plazas laborales.
Las cifras en Estados Unidos presentan el patr¨®n caracter¨ªstico del desempleo en una recesi¨®n. Abril fue el ¨²ltimo mes en que el desempleo disminuy¨®, desde entonces mes a mes se pierden puestos de trabajo.
Las malas noticias en Estados Unidos, suelen ser malas noticias para M¨¦xico; esto es natural, entre otras razones porque el ochenta por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos. Por ello, no es sorprendente que el desempleo en M¨¦xico est¨¦ siguiendo una trayectoria similar a la de su vecino del norte.
Al igual que en Estados Unidos la tasa de desempleo en M¨¦xico toc¨® su punto m¨¢s bajo en mayo cuando lleg¨® al 3,24 por ciento, desde entonces pr¨¢cticamente ha venido subiendo todos los meses llegando en enero al 5 por ciento; este es el nivel m¨¢s alto desde el a?o 2000 cuando se empez¨® a aplicar la nueva encuesta Ocupaci¨®n y empleo. Es decir, de mayo a enero la tasa de desempleo creci¨® en un 1,76 por ciento adicional.
?Qu¨¦ significa esto? La poblaci¨®n econ¨®micamente activa en M¨¦xico es cercana a los 45 millones de personas, lo cual implica que de mayo para ac¨¢ 792 mil mexicanos ingresaron a las filas del desempleo. M¨¢s a¨²n, M¨¦xico tiene una poblaci¨®n de 106 millones de habitantes y cerca de 21 millones de hogares, es decir, el hogar promedio en M¨¦xico est¨¢ formado por cinco personas; as¨ª pues, el desempleo adicional de los ¨²ltimos nueve meses afecta a cerca de cuatro millones de mexicanos.
A pesar de ello, ?estamos mejor en M¨¦xico que en Estados Unidos dado que aqu¨ª la tasa es del 5 por ciento y all¨¢ del 7,6? No, y existen dos razones para ello.
En primer lugar la metodolog¨ªa internacional se?ala que desempleado es el que no trabaj¨® cuando menos una hora la semana anterior; ?una hora? S¨ª, una hora. En M¨¦xico es mucho m¨¢s com¨²n que en Estados Unidos o Europa que los trabajadores est¨¦n en el sector informal o en sectores donde solo encuentran trabajo de vez en cuando, de una hora a la semana por ejemplo, y sin embargo, estos trabajadores no se contabilizan como "desempleados".
La otra, igualmente importante es que en M¨¦xico a diferencia de Estados Unidos y Europa occidental no existe el seguro de desempleo, no contamos con una red de protecci¨®n social formal, organizada por el Estado para proteger a sus ciudadanos en los momentos m¨¢s dif¨ªciles. Quienes pierden su empleo, no solamente dejan de percibir sus ingresos, tienen adem¨¢s que enfrentar un horizonte muy incierto, en el que no esta claro cuando podr¨¢n encontrar un nuevo trabajo y en el que su ¨²nica red de protecci¨®n esta formada por su familia y sus ahorros.
Por ello, si la crisis en M¨¦xico no es el leve "catarrito" del que el Gobierno hablaba hace meses, si no una crisis seria y preocupante como la que se est¨¢ viendo en el resto de las econom¨ªas. Se necesita pensar en construir una red social de protecci¨®n; cuando menos necesitamos empezar a debatir la pertinencia o no del seguro de desempleo u otras medidas similares.
Urge este debate, pues aunque los signos de la recesi¨®n hace rato que aparecieron en M¨¦xico, su cara m¨¢s cruel, la que afecta a las familias directamente, la del desempleo, apenas se est¨¢ mostrando.
Arturo Herrera es economista por la Universidad de Nueva York, trabaja en la banca privada en M¨¦xico y fue secretario de Finanzas en el gobierno de la Ciudad de M¨¦xico durante la gesti¨®n de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
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