Mora y fresa salvaje

S¨®lo elogios merece la labor desarrollada por Vi?as del C¨¢mbrico en su empe?o por recuperar la variedad Rufete y dignificar vitivin¨ªcolamente las tierras salmantinas de la Sierra de Francia. All¨ª, a unos 900 metros de altura, en parajes de arrebatadora belleza, sobre escarpados bancales gran¨ªticos y pizarrosos, dejadas de la mano de Dios y menospreciadas por los agricultores, vegetan entre la nada y el olvido viejas cepas de una uva de dif¨ªcil cultivo, sensible a la botrytis, de taninos recios, que exige rendimientos cortos para mantener la frescura, pero capaz de regalar una personal¨ªsima y fascinante gama arom¨¢tica.

La bodega es ejemplar tambi¨¦n por el rigor ecol¨®gico con el que cultiva la vi?a: no se emplean herbicidas, insecticidas ni abonos qu¨ªmicos, se ara con caballos, y se vendimia en peque?as cajas. La selecci¨®n, una a una, de las mejores uvas, la cuidada elaboraci¨®n, la fermentaci¨®n malol¨¢ctica en barrica y la crianza de 14 meses en roble franc¨¦s, hacen el resto. ?ste es un vino para los amantes de lo singular: frutas silvestres (moras, pero tambi¨¦n fresas salvajes) ligeramente maceradas en alcohol, con un perfumado recuerdo floral y una exquisita aportaci¨®n de especias y minerales. La boca, ba?ada en fruta fresca, resalta la suavidad de su paso gr¨¢cil y ligero, pero cargado de sensaciones persistentes, que terminan en un entra?able regusto a regaliz.