Una receta de pol¨ªtica fiscal
La aprobaci¨®n en el Consejo de Ministros del pasado viernes 16 de enero del cuadro macroecon¨®mico actualizado para Espa?a ha oficializado, aunque s¨®lo sea a efectos de reconocimiento gubernamental, la situaci¨®n de recesi¨®n profunda en la que nos encontramos.
La desfavorable coyuntura macroecon¨®mica, unida a nuestra limitada soberan¨ªa en temas monetarios, ha colocado la pol¨ªtica fiscal en el centro de la discusi¨®n acerca de las posibles v¨ªas de actuaci¨®n que puedan ayudar a remediar nuestros problemas econ¨®micos.
En particular, son muchos los ¨¢mbitos desde los que se reclama una pol¨ªtica fiscal agresiva de incrementos de consumo y, especialmente, de la inversi¨®n p¨²blica que cree empleo e incremente la productividad en el largo plazo de la econom¨ªa. El reciente plan de los 8.000 millones de euros a repartir entre los ayuntamientos no ser¨ªa, en la visi¨®n de muchos, m¨¢s que el comienzo de un largo camino de expansi¨®n fiscal.
Nuestra propuesta consiste en reducir los impuestos sobre las rentas del trabajo e incrementar el IVA
Una subida de impuestos especiales nos permitir¨ªa aprovechar la bajada de precios del petr¨®leo
Nuestros c¨¢lculos nos recomiendan no aumentar el consumo p¨²blico o las transferencias
La propuesta permite avanzar hacia un sistema fiscal que premia el trabajo, el ahorro y la inversi¨®n
Dos motivos de precauci¨®n
Pero quiz¨¢ ser¨ªa conveniente, antes de lanzarnos a esta expansi¨®n fiscal, que realiz¨¢semos un esfuerzo de evaluaci¨®n cuantitativa de las distintas combinaciones presupuestarias posibles. Esto es necesario por varias razones. Primero, porque existen motivos para sospechar que los efectos de la pol¨ªtica fiscal pueden ser muy diferentes de los sugeridos por una aplicaci¨®n ingenua de unos multiplicadores fiscales muy a menudo mencionados, y que nadie sabe muy bien de d¨®nde han salido, pero que son esgrimidos con un alto grado de certeza.
En particular, los efectos ricardianos de una expansi¨®n fiscal pueden ser notables. Podemos encontrarnos con que las familias respondan a incrementos de gasto elevando su tasa de ahorro (por ejemplo, para cubrirse con respecto a una posible bajada de pensiones futuras o un deterioro de la sanidad p¨²blica en el medio plazo), con lo cual una parte considerable del supuesto efecto expansivo desaparece y nos encerramos en una situaci¨®n a¨²n peor que la original. La experiencia de Jap¨®n (en sentido negativo) y la experiencia de las consolidaciones fiscales en varios pa¨ªses europeos (en sentido positivo) durante la ¨²ltima d¨¦cada del pasado siglo sugieren que estos efectos ricardianos son en muchos casos importantes, en especial si la pol¨ªtica fiscal a corto plazo se?aliza cambios en la situaci¨®n de sostenibilidad presupuestaria en el medio plazo.
En segundo lugar, porque una pol¨ªtica fiscal expansiva puede tener unas consecuencias notables en funci¨®n de la prima de riesgo de la deuda p¨²blica en los mercados de bonos internacionales, prima de riesgo que se ha disparado en las pasadas semanas y que a¨²n puede depararnos sorpresas muy desagradables. Estas dos razones, efectos ricardianos y prima de riesgo, sugieren un manejo cuidadoso de la pol¨ªtica fiscal y, m¨¢s en concreto, el dise?o de un plan que ayude a la econom¨ªa espa?ola manteniendo la sostenibilidad de nuestras cuentas p¨²blicas en el medio plazo.
Una propuesta de pol¨ªtica fiscal
Nuestra propuesta consiste en reducir los impuestos sobre las rentas del trabajo en un 2% del tipo medio, incrementar el IVA un 1% del tipo medio y subir de manera importante los impuestos especiales. Nuestros c¨¢lculos, que explicaremos con m¨¢s detalle en los siguientes p¨¢rrafos, indican que este paquete tendr¨ªa un efecto expansivo de un 2% del PIB con respecto al escenario de mantener el statu quo fiscal con un coste desde el punto de vista del d¨¦ficit p¨²blico de aproximadamente algo menos del 0,2% del PIB.
La motivaci¨®n de nuestra propuesta es sencilla. La bajada del impuesto sobre las rentas del trabajo, especialmente si se dise?a de tal manera que favorezca a los asalariados de rentas m¨¢s bajas, incrementar¨ªa los incentivos a trabajar y el consumo de las familias de manera notable. Estos dos mecanismos son la principal correa de transmisi¨®n de los efectos expansivos de nuestra propuesta.
La bajada en los impuestos al trabajo se puede implementar por medio de reducciones de IRPF o de cotizaciones sociales. Modificar las cotizaciones sociales es peligroso, ya que puede generar conflictividad con los agentes sociales e incrementar el peligro de la sostenibilidad del sistema p¨²blico de pensiones. Por tanto, puede ser m¨¢s adecuada una rebaja del IRPF. Adem¨¢s, en el caso de una rebaja concentrada en los niveles de renta m¨¢s bajos, esta reducci¨®n del tipo puede ser utilizada como un incentivo a los sindicatos para la moderaci¨®n salarial durante el 2009.
La subida del IVA ayuda a contrarrestar los efectos sobre la recaudaci¨®n de la bajada de los impuestos sobre el trabajo. Hemos calculado que, mientras la bajada del impuesto sobre las rentas del trabajo supone una p¨¦rdida de recaudaci¨®n del 0,5% del PIB, la subida del IVA nos compensa el 0,38%. Adem¨¢s, la subida del IVA abarata relativamente la inversi¨®n privada, lo que nos permite sentar las bases de una recuperaci¨®n m¨¢s sana en el medio plazo. La subida de impuestos especiales nos permite aprovechar la bajada de precios del petr¨®leo, incrementar la recaudaci¨®n y mantener los incentivos, por medio de precios, a la incorporaci¨®n de nuevas energ¨ªas.
Una manera alternativa de pensar acerca de nuestra propuesta es que, por medio de cambios en los impuestos, sintetizamos un cambio en los precios relativos muy similar al de una devaluaci¨®n competitiva (bajar el coste de factores e incrementar el coste del consumo y de la energ¨ªa), medida que hab¨ªa sido tradicionalmente uno de los instrumentos b¨¢sicos de salida de las crisis anteriores de la econom¨ªa espa?ola.
Nuestros c¨¢lculos tambi¨¦n nos recomiendan no aumentar el consumo p¨²blico o las transferencias, ya que estas partidas presupuestarias tienen un efecto expansivo menor (en el caso de transferencias, incluso potencialmente negativos). Adem¨¢s, debemos ser conscientes de que expansiones de consumo p¨²blico o transferencias son dif¨ªciles de revertir en el medio plazo, lo que incrementa el problema de los efectos ricardianos a los que nos refer¨ªamos anteriormente. La muy negativa experiencia de Portugal, que utiliz¨® el consumo p¨²blico y las transferencias para intentar salir de la recesi¨®n de 1992, es un aviso especialmente relevante para Espa?a. Nuestra postura s¨®lo cabe matizarse en aquellas propuestas que sirvan para ayudar, de manera muy concreta y limitada, a grupos especialmente perjudicados por la crisis.
El bajo coste en funci¨®n de los ingresos de nuestra propuesta es el motivo por el cual es importante, desde el punto de vista pol¨ªtico, presentar este plan de pol¨ªtica fiscal a la opini¨®n p¨²blica como una propuesta moderada que aprovecha los r¨¦ditos acumulados por nuestra prudencia fiscal en las anteriores legislaturas, y que no contradice la solidez fundamental de las cuentas p¨²blicas en el medio plazo.
Una ventaja adicional
La propuesta esbozada es tambi¨¦n coherente con mayor crecimiento econ¨®mico a medio y largo plazo. Al sustituir impuestos sobre la renta del trabajo, especialmente de las clases bajas y medias, por impuestos al consumo y especiales, avanzamos hacia un sistema fiscal que premia el trabajo, el ahorro y la inversi¨®n. De igual manera, la subida de impuestos especiales ayuda a reducir el consumo de petr¨®leo e impulsar la adopci¨®n de nuevas energ¨ªas.
Jes¨²s Fern¨¢ndez-Villaverde y Juan F. Rubio Ram¨ªrez son profesores de las universidades de Pensilvania y Duke, respectivamente. Este art¨ªculo forma parte de una serie de reflexiones de un grupo de economistas sobre los or¨ªgenes y efectos de la crisis que NEGOCIOS publica en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (FEDEA). Sus autores aportan propuestas espec¨ªficas para que Espa?a salga de la crisis fortalecida y con la mayor rapidez posible.
Un modelo de evaluaci¨®n cuantitativa
Con el fin de evaluar cuantitativamente los efectos de distintos planes de pol¨ªtica fiscal para 2009, hemos construido un modelo neokeynesiano de equilibrio general din¨¢mico estoc¨¢stico de tama?o medio que captura las l¨ªneas maestras de comportamiento de la econom¨ªa espa?ola y que cuenta con una descripci¨®n relativamente detallada de la pol¨ªtica fiscal. En particular, modelamos tres tipos de impuestos (impuestos a las rentas del trabajo, impuestos a la renta del capital y el beneficio de las empresas e impuestos al consumo), consumo p¨²blico e inversi¨®n p¨²blica.
Los par¨¢metros del modelo est¨¢n estimados por medio de un m¨¦todo de los momentos. La versi¨®n b¨¢sica presenta un nivel de rigideces nominales moderado, en consonancia con la m¨¢s reciente evidencia microeconom¨¦trica.
Un simple ejercicio consiste en evaluar los multiplicadores de impacto asociados a una bajada del tipo efectivo (no del nominal) de un impuesto de un 1%. Por ejemplo, si el tipo medio sobre las rentas del trabajo (IRPF m¨¢s cotizaciones sociales) es, como estimamos en el modelo, del 40%, evaluamos los efectos de reducirlo al 39%. De igual manera, simulamos una subida del consumo p¨²blico de un 1% del PIB y de la inversi¨®n p¨²blica de un 1% del PIB.
Los multiplicadores a impacto en el PIB son, en orden de magnitud:
- Impuesto sobre el trabajo: +1,076%.
- - Consumo p¨²blico: +0,422%.
- - Impuesto sobre el consumo: +0,175%.
- - Impuesto sobre el capital: +0,059%
- - Inversi¨®n p¨²blica: -1,124%.
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