"No soy un Don Quijote, porque mis molinos de viento son reales"
Ling¨¹ista revolucionario, activista tenaz y sempiterno idealista. Noam Chomsky (Filadelfia, 1928) es uno de los intelectuales estadounidenses m¨¢s conocidos y mejor valorados fuera de su pa¨ªs. Pero en EE UU s¨®lo quienes est¨¢n vinculados a los c¨ªrculos pol¨ªticos de izquierdas no descafeinadas saben su nombre.
A ¨¦l no le sorprende: por algo es el autor de libros como Los guardianes de la libertad. En ¨¦l, junto a Edward Herman, desmenuz¨® en los ochenta el modelo de propaganda que impera en los grandes medios de comunicaci¨®n estadounidenses, analizando c¨®mo y por qu¨¦ determinadas informaciones y opiniones -como la suya- se silencian sistem¨¢ticamente. Ahora, cuando acaba de cumplir 80 a?os, coinciden en las librer¨ªas espa?olas un libro suyo, Sobre el anarquismo (Laetoli) y Entrevista a Noam Chomsky, de Vicen? Navarro (Anagrama).
Anarquista declarado y tan optimista como para seguir apostando por un futuro donde el socialismo libertario vuelva a hacerse realidad, como ocurri¨® durante la Guerra Civil espa?ola, a¨²n ocupa un despacho en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), donde ha sido profesor de ling¨¹¨ªstica desde los a?os cincuenta. Oficialmente se jubil¨® a principios del siglo XXI, pero sigue acudiendo a diario al edificio de formas sinuosas y colores chillones dise?ado por Frank Gehry que alberga el departamento de filosof¨ªa y ling¨¹¨ªstica del MIT en Cambridge (Massachusetts). Se dir¨ªa que su luminosa estancia, llena de libros y presidida por una enorme foto de Bertrand Russell, es su segunda casa.
La otra parte de su vida, la de activista pol¨ªtico, tampoco apunta hacia la jubilaci¨®n. Tras haber publicado decenas de libros, la mayor¨ªa para criticar la pol¨ªtica exterior estadounidense Chomsky sigue escribiendo y recorriendo el mundo dando conferencias. La nula respuesta de Obama a la invasi¨®n israel¨ª de Gaza, la lluvia de millones para salvar a los bancos de su pa¨ªs o el resultado de las recientes elecciones estadounidenses son temas que siguen haciendo pensar a este octogenario sereno, que no aparenta su edad y que recibe a EL PA?S en vaqueros y zapatillas deportivas.
Pregunta. El modelo econ¨®mico de la prensa tradicional atraviesa sus horas m¨¢s bajas. ?Cree que los cambios que se est¨¢n produciendo, motivados en parte por el peso que ha tomado Internet favorecen la irrupci¨®n de grupos sociales con menos poder en el ¨¢mbito de la comunicaci¨®n?
Respuesta. Las fuentes de informaci¨®n todav¨ªa est¨¢n en la prensa tradicional. Internet te da m¨¢s variedad de opiniones, pero si realmente quieres saber los hechos, qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando en los sitios, las opciones siguen siendo las mismas. No hay tantas fuentes de informaci¨®n como parece. Yo creo que la prensa tradicional va a sobrevivir. Encontrar¨¢n una manera de entender y utilizar la Red en su propio beneficio. Eso s¨ª, la calidad sigue disminuyendo. La informaci¨®n es hoy m¨¢s homog¨¦nea que nunca.
P. ?No cree que las puertas que ha abierto la Red constituyen una amenaza para ese sistema de poderes del que usted hablaba en Los guardianes de la libertad?
R. Internet es un sistema muy valioso, pero tambi¨¦n est¨¢ amenazado. La pr¨®xima batalla es la lucha por la net neutrality. El acceso a Internet ya est¨¢ restringido porque hay que pagar por ¨¦l, pero ahora las empresas quieren que sea m¨¢s f¨¢cil llegar a unas webs que a otras, en detrimento de quienes no pueden pagar por estar entre las de acceso r¨¢pido. Hay que evitar que eso ocurra.
P. Usted es uno de los mayores cr¨ªticos con la pol¨ªtica internacional de su pa¨ªs, pero, curiosamente, sus opiniones raramente aparecen en la prensa estadounidense.
R. Estados Unidos probablemente sea el pa¨ªs con el mayor grado de libertad de expresi¨®n del mundo, el Estado tiene capacidades muy limitadas para reprimirla porque en 1964 aboli¨® el llamado acto de sedici¨®n. Pero la libertad tiene muchas dimensiones y otras formas de control, por ejemplo a trav¨¦s del impacto de la concentraci¨®n de capital. Por eso usted ver¨¢ mis art¨ªculos en Johanesburgo, pero no en The New York Times.
P. Europa sigui¨® las pasadas elecciones presidenciales con detalle casi enfermizo. ?Por qu¨¦ cree que Estados Unidos sigue fascinando a los europeos?
R. El mundo de las relaciones internacionales es bastante parecido a la mafia. Y si tienes una tienda peque?a, te preocupa lo que piense el padrino, porque es peligroso. Europa se preocupa de lo que el padrino piensa, pero no creo que en realidad siguiera la campa?a. Sigui¨® todo lo que es superficial, sin entrar en los programas.
P. ?Cree que la crisis econ¨®mica podr¨ªa provocar una crisis de valores que lleve a un cambio en la forma de organizarnos social y pol¨ªticamente?
R. Ya est¨¢ ocurriendo, creo que est¨¢ bajo la superficie, y la mayor¨ªa de la gente la est¨¢ empezando a sentir de forma instintiva. En la literatura popular del siglo XIX, uno de los temas principales es que quien trabaja el molino deber¨ªa poseerlo. Hay muchos escritos de la revoluci¨®n industrial de campesinos que dicen: 'El sistema industrial nos ha quitado nuestra cultura, nuestra individualidad, nos ha convertido en herramientas en manos de otros'. Esas cosas las escribi¨® gente que jam¨¢s hab¨ªa o¨ªdo hablar del anarquismo o del marxismo, pero lo pensaba de forma instintiva. Esta crisis vuelve a impulsar esas ideas.
P. Seg¨²n los pol¨ªticos, la mayor amenaza para la seguridad mundial ya no es el terrorismo, sino la inestabilidad provocada por la crisis. ?C¨®mo interpreta usted ese mensaje?
R. Inestabilidad tiene un significado t¨¦cnico: subordinaci¨®n a EE UU. ?Qu¨¦ ha hecho Obama para lidiar con la amenaza? Rodearse de gente que contribuy¨® a crear esta crisis, como Timothy Geithner, Laurence Summers, los banqueros, y encontrar una f¨®rmula para rescatar el sistema que ellos dominan y controlan. Todos los millones que Occidente est¨¢ volcando para salvar sus instituciones financieras no sirven de nada frente a una crisis mucho mayor: hay mil millones de personas al borde de la muerte por inanici¨®n. ?sa es la crisis verdaderamente grave, y ese dinero no hace nada por ellos. Curiosamente, no lo he le¨ªdo en un peri¨®dico americano, sino en uno de Bangladesh. Lo que m¨¢s me sorprende, adem¨¢s, es que los periodistas de aqu¨ª nunca mencionen que todas las medidas que ha tomado Obama son exactamente las contrarias que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomiendan a los pa¨ªses pobres para salir de sus crisis.
P. Acaba de cumplir 80 a?os, ?qu¨¦ le hace seguir luchando?
R. Im¨¢genes como ¨¦sa. [Chomsky indica un cuadro que cuelga de su despacho en el que se ve al ¨¢ngel exterminador junto al cardenal Romero y seis intelectuales jesuitas asesinados en El Salvador en los ochenta por los escuadrones de la muerte]. Uno de mis fracasos es que ning¨²n estadounidense sepa qu¨¦ significa ese cuadro.
P. ?Se ha sentido alguna vez como un Don Quijote?
R. No, porque los molinos son reales y algunos incluso los hemos abatido."La prensa tradicional hallar¨¢ la forma de usar la Red en su beneficio" "La calidad de la informaci¨®n sigue bajando: cada vez es m¨¢s homog¨¦nea"
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