El hombre que puso coto a los barones rurales
Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que logr¨® mayor¨ªa absoluta y ser¨¢ el nuevo presidente de la Xunta, asumi¨® el liderazgo del PP gallego con una m¨¢xima: no traicionar la doctrina del partido, pero tampoco ser una fotocopia. El l¨ªder de los populares gallegos acept¨® el dif¨ªcil reto de relevar al hist¨®rico l¨ªder del partido, Manuel Fraga, despu¨¦s de una derrota electoral que acababa con 16 a?os en el poder. Su bagaje en la Administraci¨®n, central y auton¨®mica, le ha permitido manejarse con comodidad como l¨ªder de la oposici¨®n esta legislatura y mantener a los suyos unidos.
Sus rivales le han acusado de tecn¨®crata distante acostumbrado a los despachos; mientras que ¨¦l presume de ser el candidato "con menos ideolog¨ªa y m¨¢s inteligencia", aunque no ha conseguido sacudirse la imagen de pol¨ªtico lejano y altivo. Se define como "t¨ªmido, leal y ordenado". ?l mismo narra una an¨¦cdota con su compa?era de partido Loyola de Palacio en el congreso en el que fue elegido sucesor de Fraga en 2006, con el 96% de los votos. La ex comisaria europea (que falleci¨® a finales de ese a?o) le felicit¨® por su habilidad ret¨®rica. Aunque tambi¨¦n le dio un peque?o tir¨®n de orejas porque su seguridad, le dijo, le otorgaba un tinte arrogante: "Cuando hablas, pareces un poco chulo", le espet¨®. En ese mismo congreso, en el que Fraga pidi¨® perd¨®n por sus errores, Feij¨®o prometi¨®: "Don Manuel, nunca ser¨¦ un judas", y asegur¨® que continuar¨ªa su "sue?o" de un partido "galleguista". Tambi¨¦n confes¨® entonces que nunca se habr¨ªa presentado si Rajoy no fuese presidente nacional. En los momentos m¨¢s amargos del l¨ªder del partido, el candidato a la Xunta le ha mostrado su incondicional apoyo, y ahora su ¨¦xito le da tambi¨¦n un poco de ox¨ªgeno.
Asumi¨® la tarea de devolver el poder al PP en Galicia tras la derrota de Fraga en 2005
Nunca habr¨ªa liderado a los populares gallegos si Rajoy no hubiese sido presidente nacional
Lo que le ha dado la campa?a es otra perspectiva sobre la herencia de su predecesor. En una entrevista a EL PA?S, hace unos d¨ªas, este orensano, soltero y de 47 a?os, confes¨®: "En mi Gobierno habr¨¢ muy poco de la Xunta de Fraga". De hecho, ya comenz¨® hace tiempo a soltar lastre de aquella ¨¦poca, y en estos comicios prescindi¨® de hasta nueve ex conselleiros de la ¨¦poca del ahora octogenario senador. Sus recetas: rebaja de impuestos o reducci¨®n de un 40% del n¨²mero de altos cargos. Y sobre todo la "lucha contra la crisis".
Licenciado en Derecho, se incorpor¨® en 1985 a la asesor¨ªa jur¨ªdica de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa. En 1991, fue nombrado secretario general t¨¦cnico del Departamento de Agricultura con el que fue su gran mentor pol¨ªtico, el ex ministro Romay Beccar¨ªa, que le traslad¨® posteriormente a Sanidad. En 1996 dio el salto a la Administraci¨®n central en el primer Gobierno de Aznar. Primero como presidente del Insalud, y despu¨¦s como director de Correos, nombrado por ?lvarez-Cascos. Fue entonces cuando se afili¨® al PP.
Volvi¨® a la vida pol¨ªtica gallega en 2003 con un encargo casi tit¨¢nico: poner coto al taifismo anacr¨®nico de los barones gallegos, los abanderados del caciquismo: los poderosos Xos¨¦ Cu¨ª?a, Jos¨¦ Luis Baltar y Francisco Cacharro. Al enviado de los birretes (renovadores) le colocaron al frente de una consejer¨ªa clave, la de Pol¨ªtica Territorial, de la que desplaz¨® a Cu¨ª?a. De ah¨ª, a vicepresidente de la Xunta, en 2004. La paz entre las dos facciones del PP gallego no lleg¨® hasta el congreso de 2006, en el que Feij¨®o tom¨® el control del partido. Fue entonces cuando desplaz¨® definitivamente a Cu¨ª?a como delf¨ªn de Fraga.
En el partido tiene una aureola de heterodoxia. En sus primeras entrevistas como l¨ªder del PP gallego no dud¨® en confesar que no consideraba descabellado que alg¨²n d¨ªa pudiese apoyarse en el BNG para gobernar o que en 1982 vot¨® al PSOE.
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