La ola imparable del 1-M
Los resultados de las elecciones vascas se han convertido en un damero maldito para Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Pero desde la misma noche del domingo se ha levantado una ola imparable en la que participan no nacionalistas y nacionalistas desencantados, que arrastra a Patxi L¨®pez a liderar el cambio tras casi 30 a?os de hegemon¨ªa nacionalista. L¨®pez, pese a la mayor¨ªa ajustada del 1-M de los no nacionalistas sobre los nacionalistas, est¨¢ decidido a presentar su candidatura a la investidura como lehendakari.
Su apuesta ha ganado terreno desde la noche electoral en la medida en que Basagoiti (PP) se ha comprometido a darle facilidades para gobernar, en que UPyD no ser¨¢ necesaria para conformar la mayor¨ªa -el PSE lograr¨¢ el esca?o 38, que le da la mayor¨ªa parlamentaria s¨®lo con el PP, a costa de EA- y la ejecutiva del PSOE, reunida ayer, ha anunciado que le dejar¨¢ manos libres para intentarlo. Si estas premisas se mantienen, dentro de mes y medio L¨®pez batir¨ªa a Ibarretxe en la votaci¨®n de investidura en el Parlamento vasco y se proclamar¨ªa lehendakari con el apoyo de la mayor¨ªa no nacionalista. Adem¨¢s, es muy posible que EB-IU retire su apoyo a Ibarretxe. Si el PP retirase su apoyo a L¨®pez tendr¨ªa que asumir la responsabilidad de que Ibarretxe gobierne.
El PSE cuenta con que el PNV, que le ha ganado por 5 esca?os, no se quedar¨¢ de brazos cruzados ante la decisi¨®n de L¨®pez de presentarse como lehendakari. Utilizar¨¢ estas semanas su victoria para presionar sobre el PSOE con la amenaza de retirar su apoyo a Zapatero en las Cortes y de rebelarse en Euskadi frente a un Ejecutivo de L¨®pez. Alternativamente, es muy probable que prometa a Zapatero estabilidad con un pacto de legislatura a cambio de la retirada de L¨®pez.
El PSOE asume con relativa facilidad la amenaza de retirada de apoyo en las Cortes porque pueden buscar una alternativa a ese repliegue del PNV en CiU u otros partidos.
El problema que m¨¢s preocupa a Zapatero y al PSOE es el nuevo escenario que se abrir¨ªa en Euskadi con un Gobierno de L¨®pez. Tendr¨ªa enfrente a todo el nacionalismo, a los sindicatos nacionalistas ELA y LAB, con una econom¨ªa en recesi¨®n y con ETA en activo. Adem¨¢s, el sector m¨¢s radical del PNV ya se uni¨®, desde ayer mismo, al discurso de la izquierda abertzale de considerar ileg¨ªtimas las elecciones del 1-M por la prohibici¨®n judicial de participaci¨®n de las marcas de Batasuna.
En ese damero maldito est¨¢n metidos Zapatero y el PSOE. Su apoyo a L¨®pez para que sea lehendakari es a costa de una apuesta muy arriesgada de repercusi¨®n nacional. Pero no tienen alternativa. Ni siquiera es viable, como se especulaba en la campa?a, que el PNV sacrifique a Ibarretxe y presente un candidato alternativo que sirva para que L¨®pez se retire. El PNV no se puede permitir el sacrificio de Ibarretxe, tras su victoria con 5 esca?os sobre L¨®pez, porque se romper¨ªa.
Pero, sobre todo, los socialistas han comprobado que si es un problema la arriesgada apuesta de un Gobierno de L¨®pez en solitario con el nacionalismo enfrente, m¨¢s problema es a¨²n defraudar a un electorado que clama por el cambio porque ve la oportunidad hist¨®rica de lograrlo. La idea de un relevo que entierre la d¨¦cada de Ibarretxe, del frente nacionalista y de los planes soberanistas se ha convertido en una ola imparable para el PSE, en la que participan nacionalistas desencantados con el soberanismo, y, si no la cumple, puede verse arrollado por ella.
El ¨²nico modo que L¨®pez tiene de suavizar el escenario de riesgo es conformar un Gobierno amplio, muy abierto a la sociedad vasca, lejos de frentismos, incluso con gentes de procedencia nacionalista moderada y con un programa pol¨ªtico integrador. Ayer aludi¨® a ello Zapatero cuando, en la ejecutiva, pidi¨® al PSE "coherencia" con su discurso.
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