El exilio, ante la inc¨®gnita del raulismo
Los disidentes piensan que el nuevo rumbo no supondr¨¢ apertura pol¨ªtica
La in¨¦dita remodelaci¨®n gubernamental decretada el lunes por el presidente cubano, Ra¨²l Castro, y el desembarco de ocho generales en la c¨²pula dirigente suscitan entre la disidencia el convencimiento de que Ra¨²l se ha hecho con el control del aparato, al desprenderse de importantes cuadros fidelistas y rodearse de leales para imponer su propio modelo. Un modelo que prev¨¦ algunas reformas econ¨®micas para aliviar las penurias de la poblaci¨®n, pero que no permite vislumbrar ninguna apertura pol¨ªtica. "Lo que llama la atenci¨®n es que Ra¨²l ha constituido una junta militar", afirma el escritor Antonio Jos¨¦ Ponte, codirector de la revista Encuentro de la Cultura Cubana, con sede en Madrid. "No cabe aqu¨ª hablar de cambios generacionales, ni de gerontocracia. S¨ª cabe hablar de gente dura, de militares".
Con estos cambios, opina Carlos Alberto Montaner, presidente de la Uni¨®n Liberal Cubana, "Fidel se convierte en un ancianito dedicado a escribir reflexiones que casi nadie lee. Y Ra¨²l se prepara para llegar al VI Congreso del Partido Comunista, despu¨¦s del verano, con su gente asentada en el Gobierno, para fijar el nuevo rumbo". ?Pero hacia d¨®nde?
"Ah¨ª estamos, como siempre, en la inc¨®gnita sobre Ra¨²l, que siempre ha hecho el papel de polic¨ªa bueno, mientras su hermano le correg¨ªa", comenta Ponte. "Ahora, sin el poli malo, no sabemos qu¨¦ papel va a desempe?ar ¨¦l". Para Montaner, "lo que Ra¨²l quiere es mejorar las condiciones de vida de la poblaci¨®n, que est¨¢ desmoralizada, para reforzar la legitimidad ideol¨®gica del sistema".
P¨ªo Serrano, exiliado en Madrid y director de la editorial Verbum, comparte esta opini¨®n. "Si Ra¨²l ha movido a los chicos de Fidel, es porque quiere hacer algo distinto. Esto apunta a un cambio del modelo fidelista por un modelo raulista, para llevar a cabo no las reformas que todos deseamos, sino las que ¨¦l preconiza, que se ci?en al terreno econ¨®mico". Pero Serrano no oculta cierto optimismo. "Todo lo que sea desmontar el aparato fidelista siempre es sano. Frente a estas cinco d¨¦cadas inm¨®viles y tremendas, cualquier movimiento de p¨¢rpados es bueno. Y es l¨®gico pensar que Ra¨²l desee tener un sello propio".
La inc¨®gnita se extiende tambi¨¦n a la relaci¨®n que estos cambios pueden tener con el nuevo escenario en EE UU. "Puede ser un movimiento ante Washington, y m¨¢s ahora que se habla del cierre de Guant¨¢namo. Hay negociaciones desde hace tiempo entre mandos militares de ambos pa¨ªses", se?ala Ponte. "Habr¨¢ que esperar a la pr¨®xima Cumbre de las Am¨¦ricas, en abril". Carlos Alberto Montaner no cree que EE UU vaya a mover ficha, m¨¢s all¨¢ de levantar las restricciones impuestas por George Bush. Pero s¨ª reconoce que, "a diferencia de Fidel y Hugo Ch¨¢vez, a Ra¨²l no le interesa seguir con la bronca ideol¨®gica con EE UU. Es pragm¨¢tico, quiere llevarse bien con Washington". Montaner destaca que dos de los fidelistas defenestrados, el ministro de Exteriores, Felipe P¨¦rez Roque, y el vicepresidente Carlos Lage hab¨ªan defendido con ardor la asociaci¨®n con Ch¨¢vez.
Entre la disidencia en la isla, el ¨¢nimo es sombr¨ªo. "No vamos a entrar en el juego de politolog¨ªa e interpretaciones. La realidad es que ¨¦sos no son los cambios que pide el pueblo cubano, que son la democracia y la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos", dice Carlos Pay¨¢, representante en Espa?a del Movimiento Liberaci¨®n. Para Elizardo S¨¢nchez, de la Comisi¨®n Cubana de Derechos Humanos, "se trata de un reajuste en la alta nomenclatura pol¨ªtico-militar del r¨¦gimen totalitario". Es decir, "m¨¢s de lo mismo".
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