El precio del propano

Parece razonable que las empresas suban el precio de sus productos cuando el coste de las materias primas con las que los fabrican se incrementa de manera significativa, pero resulta abusivo que, una vez que los precios de las materias primas bajan y vuelven a sus costes anteriores, las empresas mantengan o incluso incrementen los precios inflados. Sobre todo si se trata de consumos de primera necesidad, como es el gas para las calefacciones.

?ste es el caso de Repsol, que suministra sus botellas grandes de propano para calefacciones -a d¨ªa de hoy- a un precio pr¨¢cticamente doble que a principios de 2005, cuando el petr¨®leo estaba a un precio similar al actual, habiendo aplicado una subida de un 10% respecto de los precios de diciembre. El precio actual de estas bombonas es m¨¢s o menos el mismo que hace un a?o, cuando el coste del barril de petr¨®leo estaba entre 90 y 100 d¨®lares, pero resulta que el petr¨®leo ahora vale la mitad que entonces y sin embargo nos sigue imponiendo sus desorbitados precios anteriores por un suministro del que no podemos prescindir. Cuando se habla con Repsol para plantear una queja, los operadores de atenci¨®n al cliente te informan de que "los precios est¨¢n liberalizados por el Ministerio de Industria" y que, por tanto, pueden poner el precio que m¨¢s les convenga.

En conclusi¨®n, gracias a la pol¨ªtica liberalizadora del Gobierno para estos consumos de primera necesidad, en un mercado que funciona pr¨¢cticamente como un c¨¢rtel (dado que Cepsa hace exactamente la misma pol¨ªtica de precios), los consumidores nos encontramos completamente indefensos. El ministro Sebasti¨¢n querr¨¢ presentar su gesti¨®n como progresista, pero lo cierto es que ni tenemos un mercado donde exista realmente competencia ni un regulador que nos proteja (con las botellas de butano -que s¨ª tienen un precio legalmente regulado- ocurre algo similar, aunque sin llegar a los extremos del propano). As¨ª son las cosas. Claro que uno siempre puede apagar la calefacci¨®n y pasar fr¨ªo, al fin y al cabo estamos en un pa¨ªs libre.