Insuficiencia
Dicen que Orson Welles pod¨ªa encerrarse una noche en la oficina con una m¨¢quina de escribir, una botella de brandy y una caja de puros y salir por la ma?ana con un gui¨®n magn¨ªfico bajo el brazo. Puede ser, porque era Orson Welles. Y, pese a serlo, necesit¨® el talento de Mankiewicz, el orden de Houseman y un mont¨®n de notas, cambios y meses para tener un gui¨®n provisional de Ciudadano Kane.
Muchos argumentos decentes han salido de una borrachera inspirada. Un buen gui¨®n, en cambio, conlleva sudor, fastidio, rectificaciones, des¨¢nimo y, la mayor¨ªa de las veces, un complejo trabajo en equipo. Un guionista asume el papel de Dios: decidir qu¨¦ ocurre, qui¨¦n gana y qui¨¦n pierde, qui¨¦n vive y qui¨¦n muere. La tarea es tremenda.
Gran parte de la producci¨®n audiovisual espa?ola padece de insuficiencia guion¨ªstica, un mal devastador que devora desde dentro el conjunto de la obra. Tampoco hace falta tener guiones firmados por Valle-Incl¨¢n, que hac¨ªa brillantes incluso las indicaciones (un ejemplo de Luces de bohemia: en lugar de escribir "suena el tel¨¦fono en la oficina", escribe "el grillo del tel¨¦fono se orina sobre el regazo burocr¨¢tico"); basta un texto ¨²til. Comparen los di¨¢logos de Doctor en Alaska con los de Doctor Mateo y nos entenderemos.
La insuficiencia guion¨ªstica se hace evidente en la versi¨®n espa?ola de Saturday night live, que Cuatro (Grupo PRISA, como EL PA?S) emite los jueves por la noche. Pens¨¦ que tras el primer programa, el equipo se rodar¨ªa y tomar¨ªa una l¨ªnea ascendente. Ha ocurrido lo contrario. Pese a contar con los guiones originales del programa neoyorquino, tramos "propios" como la introducci¨®n y las noticias van adoptando un tono grueso, con m¨¢s bufido que inteligencia, habitual en cualquiera de las pantallas espa?olas.
Los guionistas suelen quejarse de sus condiciones de trabajo: poco dinero, poco tiempo, poco respeto por lo que hacen. Como la insuficiencia guion¨ªstica es un mal extendido, deduzco que el problema procede de la industria. No es un fen¨®meno raro: tambi¨¦n algunas empresas est¨¢n haciendo lo posible para fabricar peri¨®dicos sin periodistas.
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