Mujeres en el callejero
El D¨ªa Internacional de la Mujer, que celebramos ma?ana, nos llega este a?o con un alt¨ªsimo ¨ªndice de paro laboral en madrile?as, catalanas, vascas y ciudadanas de los m¨¢s variados or¨ªgenes geogr¨¢ficos residentes en la Villa y Corte. En las fechas anteriores a la Guerra Civil, Pablo Neruda resid¨ªa en Madrid y escribi¨® en su espl¨¦ndido libro Tercera residencia estos versos: "La pobreza era por Espa?a / como caballos llenos de humos".
Hoy la pobreza, por fortuna, est¨¢ a a?os luz de la pobreza de los a?os treinta del siglo pasado. Pero la desesperaci¨®n y la humillaci¨®n de las personas que pierden su trabajo se parecen mucho en todas las ¨¦pocas. La inmigraci¨®n nos ha tra¨ªdo de los pa¨ªses del Este un tipo de mendigos especialmente derrotados. Los mendigos de los pa¨ªses del Este se clavan de rodillas en el suelo y piden ayuda desde esa postura ultracristiana. En una esquina pr¨®xima a la calle de Ortega y Gasset, 100, sede de la Concejal¨ªa de Familia y Asuntos Sociales, una mendiga joven, descalza, con un brazo amputado y con el otro brazo desnudo, en d¨ªas de un fr¨ªo terror¨ªfico, pide limosna. Es una escena que parte el alma. A partir de esa mujer, mortalmente sentada en una acera helada, la mente vuela a la masiva destrucci¨®n de empleo en todos los municipios de la Comunidad de Madrid.
De los 11.000 top¨®nimos del callejero, casi 3.000 son para varones y menos de 700 para mujeres
El D¨ªa Internacional de la Mujer es tambi¨¦n un buen momento para, por ejemplo, informarse de la presencia de las mujeres en el callejero madrile?o. Hace cinco a?os, la Concejal¨ªa de Gobierno de Empleo y Servicios al Ciudadano -antiguo nombre de la actual Concejal¨ªa de Familia y Asuntos Sociales-, del Ayuntamiento de Madrid, bajo la ¨¦gida de Ana Botella, public¨® el libro Memoria de mujeres en el callejero de Madrid. El libro no comienza bien por no citar en la cubierta los nombres de las autoras. En la presentaci¨®n del libro, la entonces concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano, Ana Botella, escribe que solemos reconocer la discriminaci¨®n de g¨¦nero en algunas situaciones de la vida. La percibimos en el empleo o en el desequilibrio en el reparto de responsabilidades familiares. Pero, escribe Ana Botella, viejos h¨¢bitos nos impiden detectar esta desigualdad de g¨¦nero en otras situaciones. No sab¨ªa Ana Botella hasta qu¨¦ punto su ¨²ltima frase era aplicable a la publicaci¨®n de este libro. Se publica este libro muy recomendable para dejar clara la insuficiente visibilidad de la mujer en los r¨®tulos de las calles y luego, como digo, en la mism¨ªsima cubierta del libro no aparece ni un solo nombre de las autoras de los textos.
Reparemos ya este delito de edici¨®n. En la portada del libro -o sea, en la p¨¢gina cinco del libro; la cubierta del libro es lo que casi todo el mundo suele llamar err¨®neamente portada- leemos por fin los nombres de las autoras. Y son ¨¦stos: direcci¨®n del libro, Valentina Fern¨¢ndez Vargas; redactoras de las biograf¨ªas, Valentina Fern¨¢ndez Vargas, Estrella Garrido Arce, Martha Zein. Las autoras glosan, en una p¨¢gina, las biograf¨ªas de 118 mujeres ilustres de las profesiones y actividades m¨¢s diversas: reinas, santas, escritoras, cient¨ªficas o actrices, entre otras profesiones.
He le¨ªdo con el mayor inter¨¦s esta obra. Son apasionantes las biograf¨ªas de Agustina de Arag¨®n, Ana Mariscal, Blanca de Navarra, Carmen Conde -la primera mujer que ingres¨® en la Real Academia Espa?ola-, Clara Campoamor -la gran defensora de reconocer el derecho al voto de las mujeres- o Gabriela Mistral, la primera mujer hispanoamericana que obtuvo el Premio Nobel. Con Emilia Pardo Baz¨¢n, el Ayuntamiento cometi¨® el delito de honrarla con una calle llamada Pardo Baz¨¢n y no Emilia Pardo Baz¨¢n (es decir, el Ayuntamiento le amput¨® el nombre de pila), y con el nombre de Pardo Baz¨¢n encontramos esta calle, a dos pasos de Ram¨®n y Cajal y Alfonso XIII. La gran Gloria Fuertes tuvo un gran ¨¦xito con sus versos y cuentos infantiles, y fue tambi¨¦n magn¨ªfica en su poes¨ªa digamos para adultos (ah¨ª est¨¢ su espl¨¦ndido libro Ni tiro, ni veneno, ni navaja).
A Emilia Pardo Baz¨¢n el Ayuntamiento le amput¨® el nombre de pila en el r¨®tulo de la calle. ?Ese grave olvido ha ocurrido con alguna calle dedicada a varones? Ser¨ªa interesante saberlo. Las autoras citan dos obras pr¨®ximas a sus planteamientos: Madrid se escribe con "m" de mujer, de P. Celdr¨¢n Gomariz -un t¨ªtulo involuntariamente c¨®mico, porque la m, que Celdr¨¢n Gomariz entrecomilla, en castellano es predominantemente escatol¨®gica- y Toponimia madrile?a. Proceso evolutivo, una obra de Luis Miguel Aparisi Laporta, seg¨²n las autoras, exhaustiva sobre el tema. Dicen las autoras que, de los alrededor de 11.000 top¨®nimos existentes en 2004 en el callejero madrile?o, casi 3.000 corresponden a varones, mientras que a las mujeres les corresponden menos de 700.
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