Parches laborales
El grave deterioro del empleo exige algo m¨¢s que las medidas aprobadas ayer por el Gobierno
La crisis de la econom¨ªa espa?ola, sin ser m¨¢s intensa ni registrar mayores traumas bancarios que los que sufren otros pa¨ªses, se manifiesta en un deterioro intenso del mercado de trabajo. La raz¨®n fundamental es la existencia de una proporci¨®n de empleo en el sector de la construcci¨®n que, debido al peso espec¨ªfico que tiene en el PIB, duplica la existente en el resto de Europa. La mayor parte del empleo de la construcci¨®n es de car¨¢cter temporal y el hundimiento de la vivienda simplemente lo est¨¢ expulsando. Esas dos circunstancias explican mejor que la rigidez legal del mercado de trabajo unos registros de paro en Espa?a superiores a los de otros pa¨ªses avanzados. La naturaleza del problema aconseja tratarlo no mediante el abaratamiento del despido, sino abaratando el empleo en la medida de lo posible.
Por eso son bienvenidas las decisiones adoptadas en el Consejo de Ministros de ayer, aunque conviene anticipar que s¨®lo ser¨¢n una v¨ªa de compensaci¨®n parcial de ese grave deterioro que va a seguir sufriendo el empleo y el desamparo en el que van a ir quedando muchas familias. Mitigar estas carencias, reducir la exposici¨®n de los trabajadores sometidos a los ERE mediante la reposici¨®n del derecho a la prestaci¨®n por desempleo, al tiempo que se fomenta la ocupaci¨®n mediante bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social o se facilita el aplazamiento del pago de las mismas, son algunos de los buenos prop¨®sitos del conjunto de seis medidas anunciadas por el Gobierno.
Especial relevancia tiene el impulso a los contratos a tiempo parcial como forma de aumentar las oportunidades de acceder al empleo. La escala progresiva de porcentajes de bonificaci¨®n de las cuotas a la Seguridad Social es razonable, dada la escas¨ªsima proporci¨®n de este tipo de contratos en el conjunto del empleo espa?ol. Deseable es tambi¨¦n que esa otra intenci¨®n de mejora de los servicios p¨²blicos de empleo no descarte la cooperaci¨®n con instancias privadas y, en todo caso, vaya emparejada con la muy necesaria agilizaci¨®n en el cobro del subsidio de desempleo.
Son todas ellas medidas hoy convenientes, pero no se puede aspirar a que sean soluciones a los dramas del n¨²mero cada vez mayor de desempleados en Espa?a. Como tampoco lo son las sucesivas l¨ªneas de financiaci¨®n del ICO, de lenta y burocr¨¢tica transmisi¨®n a los que las necesitan. La ¨²nica forma de reducir el da?o causado por el mayor paro de la historia es hacer frente a las razones que lo est¨¢n originando: la mortalidad empresarial derivada del grave racionamiento del cr¨¦dito y la ausencia de demanda para aquellas otras empresas que puedan funcionar sin cr¨¦dito. Y esto exige algo m¨¢s que una reacci¨®n r¨¢pida a malos datos de paro: un plan de respuesta en el que la inversi¨®n p¨²blica facilite igualmente la transici¨®n a un patr¨®n de crecimiento menos vulnerable y m¨¢s competitivo.
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