Ra¨²l Castro da un pu?etazo en la mesa
El presidente cubano forma un Gobierno con m¨¢s militares tras expulsar a Lage y P¨¦rez Roque
Despu¨¦s de un a?o y medio de presidencia interina, y de un a?o m¨¢s como presidente elegido formalmente por el Parlamento, Ra¨²l Castro acaba de realizar su primera acci¨®n pol¨ªtica de envergadura. La destituci¨®n de 11 de sus ministros y altos dirigentes -entre ellos el encumbrado canciller, Felipe P¨¦rez Roque, y el secretario del Comit¨¦ Ejecutivo del Consejo de Ministros, Carlos Lage D¨¢vila- ha sido un pu?etazo encima de la mesa y una se?al clara de que, para bien o para mal, en Cuba manda el presidente y general Ra¨²l Castro.
Desde el 31 de julio del 2006, cuando su hermano Fidel estuvo a punto de perecer debido a una grave hemorragia intestinal, se comprob¨® que todos los planes sucesorios estaban engrasados y listos para que no hubiera el m¨ªnimo desorden, ni en los despachos oficiales ni en las calles m¨¢s bravas del pa¨ªs.
No se vislumbra un relevo generacional en el congreso del PC cubano
Otra vez toca esperar. Algunos sue?an con un cambio que llegue desde EE UU
Los primeros d¨ªas se increment¨® la presencia policial en los barrios m¨¢s levantiscos, y hasta el propio Ra¨²l dio a conocer un plan especial que ten¨ªa como prop¨®sito poner a raya el delito y las ilegalidades, que se ha hecho sentir en la poblaci¨®n.
Discretamente, Ra¨²l asumi¨® el mando hasta que, en febrero del 2008, Fidel admiti¨® que la fragilidad de su estado de salud le imped¨ªa asumir sus funciones. El ex ministro de Defensa se dedic¨® a administrar la revoluci¨®n siguiendo los preceptos b¨¢sicos de su hermano, eso s¨ª, imprimiendo un cierto pragmatismo en su forma de ejercer el poder d¨ªa a d¨ªa.
Entre julio de 2006 y el 24 de febrero de 2008, Ra¨²l pag¨® las deudas contra¨ªdas por el Estado con los campesinos privados, aument¨® los precios de algunos alimentos -como la leche, la carne de cerdo y algunas viandas que se pagaban a los productores privados- y elimin¨® las restricciones aduaneras para determinados art¨ªculos el¨¦ctricos, que los cubanos ahora pueden importar cuando regresan de viaje.
M¨¢s importante a¨²n fue que Ra¨²l Castro admiti¨® que los sueldos cubanos no alcanzaban para vivir decentemente -un m¨¦dico gana aproximadamente 25 euros al mes- , y abog¨® por eliminar los topes salariales, introduciendo un concepto revolucionario en Cuba: quien m¨¢s vale y m¨¢s trabaja, mejor vivir¨¢.
El 24 de febrero de 2008, al asumir la presidencia del pa¨ªs, el general Ra¨²l Castro dijo que su objetivo era mejorar la vida espiritual y material de los cubanos arreglando la econom¨ªa y pidi¨® levantar prohibiciones innecesarias que hac¨ªan la vida dif¨ªcil a los habitantes de la isla.
Tambi¨¦n se declar¨® decidido a realizar cambios estructurales y de concepto para reactivar la producci¨®n interna, incluyendo la entrega de tierras en usufructo a los campesinos privados y a los de cooperativas. Aproximadamente, el 50% de los cuatro millones de hect¨¢reas cultivables en Cuba siguen hoy bald¨ªas o est¨¢n infrautilizadas.
Con Ra¨²l lleg¨® el acceso a los tel¨¦fonos m¨®viles, a los hoteles tur¨ªsticos, a poder alquilar desde un autom¨®vil hasta una moto, y a poder adquirir electrodom¨¦sticos elementales como el reproductor de DVD. Pero de la gran reforma econ¨®mica que la gente esperaba, nada. Ni se flexibilizaron los tr¨¢mites para entrar y salir del pa¨ªs; ni se permiti¨® la ampliaci¨®n de los m¨¢rgenes de la iniciativa privada; tampoco se dio la oportunidad a los particulares para cogestionar, junto con el Estado, servicios de hosteler¨ªa y de otro tipo, que la Administraci¨®n no parece haber sido capaz de administrar.
Cuando el 26 de julio de 2006 Fidel cay¨® gravemente enfermo, despu¨¦s de dar dos maratonianos discursos en Holgu¨ªn y Camag¨¹ey, y los m¨¦dicos le operaron a vida o muerte, todos sus allegados entendieron que era demasiado pronto para pedir a Ra¨²l que tomara las riendas del poder. Un a?o despu¨¦s, a la vista de los cambios m¨ªnimos realizados dentro de la isla, muchos dijeron que mientras su hermano estuviera vivo o no renunciara formalmente a su cargo, poco se podr¨ªa hacer para que la modernidad llegara a Cuba.
El 24 de febrero del 2008, Ra¨²l Castro fue elegido presidente y se dispuso a formar nuevo Gobierno a fin de a?o, algo que, debido a las p¨¦rdidas millonarias provocadas por los tres huracanes que azotaron consecutivamente la isla, tuvo que retrasar dos meses. Esta semana, el general Ra¨²l Castro anunci¨® un nuevo Ejecutivo integrado por m¨¢s militares y por hombres de su confianza. Del Gabinete desaparecieron figuras consideradas fidelistas y pol¨ªticos expertos, como Carlos Lage y Felipe P¨¦rez Roque.
Ahora la siguiente etapa es la celebraci¨®n del congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba, previsto para octubre. No se vislumbra un relevo generacional en el horizonte.
Parece que a los cubanos de nuevo les toca esperar, esperar y esperar. Algunos sue?an con que, m¨¢s temprano que tarde, se abran de una vez las alamedas que hace presagiar la llegada a la Casa Blanca del presidente Barack Obama.
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