Cumbre mundial de negacionistas
73 personalidades que minimizan el cambio clim¨¢tico exponen sus ideas en Nueva York - Aznar, estrella de la reuni¨®n, excusa su asistencia a ¨²ltima hora
Se ha terminado acu?ando el t¨¦rmino "negacionista" a quien discute la gravedad del cambio clim¨¢tico. Porque detractores de la teor¨ªa del calentamiento global los hay y difunden sus argumentos en distintos foros, sobre todo en Internet. Esta corriente, llam¨¦mosla cr¨ªtica, celebra este fin de semana en Nueva York una cumbre en la que participan toda suerte de pol¨ªticos, analistas y tambi¨¦n cient¨ªficos.
El cartel anunciador del evento, organizado por el Instituto Heartland, muestra los rostros de los 26 m¨¢s prestigiosos de un total de 73 conferenciantes. Dir¨ªase que son, de alguna manera, los l¨ªderes del negacionismo, t¨¦rmino que les molesta (prefieren el calificativo de esc¨¦pticos). Hasta hace escasamente unos d¨ªas, la figura m¨¢s relevante era Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero se ha ca¨ªdo del cartel en el ¨²ltimo momento.
La participaci¨®n del ex presidente caus¨® incomodidad en un sector del PP
Critican que el ecologismo sea considerado como una nueva religi¨®n
El Gobierno de Bush apoy¨® activamente a los esc¨¦pticos
Su conclusi¨®n es que el desarrollo econ¨®mico mejora la contaminaci¨®n
El Instituto Heartland estaba muy orgulloso de contar con Aznar. Tanto, que figuraba como actor principal en el cartel, por delante incluso de V¨¢clav Klaus, presidente de la Rep¨²blica Checa y presidente de turno de la UE. Para tener Aznar la condici¨®n de ex presidente, su valoraci¨®n era muy alta, lo cual hace suponer que se esperaba mucho de ¨¦l. Sin embargo, Aznar no aparece ya en el cartel. Ha sido una retirada de ¨²ltima hora que no explican ni la organizaci¨®n ni el entorno del ex presidente. "Los problemas de agenda" no parecen excusa suficiente para una participaci¨®n largamente publicitada. Otras instancias aluden a la incomodidad que le produc¨ªa al PP su presencia en este acto.
Aznar ha sido uno de los ¨²ltimos pol¨ªticos en incorporarse a esta corriente, cuyos or¨ªgenes datan de 2000. Nacida en EE UU, promovida por fundaciones, institutos y think tanks de ideolog¨ªa neoconservadora, no parec¨ªa haber tenido suerte en su intento de sembrar ra¨ªces en Europa. Ciertamente, los principales partidos conservadores europeos, buena parte de ellos en el poder, no s¨®lo no discuten la necesidad de promover pol¨ªticas medioambientales sino que en algunos casos se han mostrado especialmente activos en esta materia.
Salvo alg¨²n caso aislado, como el de V¨¢clav Klaus, dirigentes de primera l¨ªnea (Sarkozy o Merkel entre los m¨¢s destacados) est¨¢n lejos de discutir el cambio clim¨¢tico. Ni siquiera el siempre sorprendente Berlusconi ha criticado abiertamente el Protocolo de Kioto. Para remate, la llegada de Obama ha significado un evidente cambio de pol¨ªtica en la capital de los esc¨¦pticos.
Est¨¦ o no Aznar, la cumbre es un hecho. El argumento de quienes discuten el cambio clim¨¢tico critica el rigor cient¨ªfico con el que est¨¢n elaboradas algunas predicciones "catastrofistas" tamizado por un barniz ideol¨®gico: los negacionistas critican la existencia de una idea dominante (el ecologismo) que debe ser obedecida como si fuera una religi¨®n, de tal forma que quien la discuta es enviado al averno. Comparan a los cr¨ªticos con los librepensadores y al resto como absolutistas o fascistas. ?se es su juego.
Y como ejemplo, algunas de las frases estelares de Aznar: "Muchos campeones de la idea del apocalipsis clim¨¢tico nada tienen que ver con la ciencia. Es algo m¨¢s, es como una nueva religi¨®n que condena a la hoguera p¨²blica a todo aquel que critique las previsiones y las alarmas". O cuando se?al¨® que cierto ecologismo "restringe la libertad individual en nombre de una noble causa... como hicieron los comunistas". Comparar el ecologismo con lo peor del comunismo fue un flaco favor al PP, m¨¢xime cuando la esposa de Aznar, Ana Botella, es concejal de Medio Ambiente en Madrid.
El final del mandato de Bush no ha sido una buena noticia para los esc¨¦pticos, puesto que fue su Gobierno el que m¨¢s cooper¨® en la difusi¨®n de estas teor¨ªas cr¨ªticas. A falta de apoyo oficial, sus militantes se han ido integrando en torno a numerosas instituciones privadas. Una de ellas es el Instituto Heartland, criticado por financiarse con fondos procedentes de las compa?¨ªas petroleras, con la misma ausencia de pruebas con que los esc¨¦pticos acusan a Al Gore de estar financiado por intereses privados y de haberse montado un enorme negocio alrededor de su campa?a ambiental.
El cruce de acusaciones tuvo su momento cr¨ªtico en 2005, cuando el diario brit¨¢nico The Guardian public¨® que algunas fundaciones ofrec¨ªan 10.000 d¨®lares a todo aquel que se mostrara cr¨ªtico y fuera capaz de escribir un art¨ªculo manteniendo su posici¨®n. En su defensa, los esc¨¦pticos argumentan que aquel cient¨ªfico que critique el cambio clim¨¢tico es represaliado con la p¨¦rdida de subvenciones p¨²blicas.
Entre los l¨ªderes de los negacionistas est¨¢ el dan¨¦s Bjorn Lomborg, director del Instituto Medioambiental de Dinamarca, autor de El ecologista esc¨¦ptico. Sostiene que la mano del hombre no s¨®lo no ha empeorado el clima, sino que lo ha mejorado. Pone como ejemplo el aire que se respira en Londres, si se comparan las cifras actuales de contaminaci¨®n con las de hace 400 a?os. La conclusi¨®n es que el desarrollo econ¨®mico mejora el planeta. Por tanto, hay que defender la libre econom¨ªa de mercado.
Igual tesis sostuvo en Espa?a hace tres a?os el abogado conservador nortamericano Christopher Horner: "Con la base de un modelo falso, no es momento de poner a nadie en riesgo de perder el empleo". Horner visit¨® FAES (que preside Aznar) y asisti¨® a la inauguraci¨®n del Instituto Juan de Mariana, las dos instituciones que acogen a los negacionistas espa?oles.
El Panel Intergubernamental de Cambio Clim¨¢tico, en el que participan 3.500 cient¨ªficos y cuyos informes son avalados por los Gobiernos de Naciones Unidas, considera que con m¨¢s de un 90% de probabilidades se puede decir que el cambio clim¨¢tico es responsabilidad del hombre por la quema de combustibles f¨®siles, como el carb¨®n y el petr¨®leo.
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