El Atl¨¦tico se lo cree
El equipo rojiblanco, euf¨®rico tras tutear a Bar?a y Madrid, busca su segunda remontada europea ante un duro Oporto
Vive el Atl¨¦tico en la monta?a rusa siendo como es, hist¨®ricamente, un equipo que cambia de ¨¢nimo as¨ª sople o no el viento. Un equipo que queda herido cuando el Oporto le roba un 2-2 del Calder¨®n, y lo que pudo haber sido, y que renace a los cuatro d¨ªas tumbando en el mismo escenario al por entonces todopoderoso Barcelona. Un equipo que a la semana visita al Madrid y acaricia (y merece) la victoria. Un equipo, en fin, que pasa de sumergirse en lo que parece una crisis galopante, que se lleva por delante todo lo que toca, entrenador incluido, a creerse el rey del mambo, en ¨¦xtasis como viven los rojiblancos desde aquel meneo al Bar?a y la (casi) conquista del Bernab¨¦u.
As¨ª que la euforia se ha apoderado del Atl¨¦tico horas antes de un reto extraordinario: superar el nefasto resultado cosechado en su campo ante un Oporto al que no parece que afecten retos de esta envergadura, acostumbrado como est¨¢ a manejarse con soltura en la m¨¢xima de las competiciones, de la que ense?a dos premios en sus vitrinas. Un Oporto que se muestra sorprendido por el optimismo con el que el Atl¨¦tico encara el choque, bien representado por Enrique Cerezo, su presidente, que no ha dudado en declarar que con que el equipo juegue la mitad que en Chamart¨ªn "pasar¨¢ f¨¢cilmente la eliminatoria". Palabras que parecen no tener en cuenta el partido de ida, en el que el Oporto pudo, debi¨® y a ratos consigui¨® bailar al Atl¨¦tico. "Pues no les valdr¨¢ ni jugando la mitad", respondi¨® ayer Jesualdo Ferreira, el t¨¦cnico del Oporto. Por si alguien pudiera creer que el Oporto podr¨ªa especular con el resultado de la ida, ya se ha preocupado Ferreira de dejar claro que jugar¨¢ con todo: Hulk, que arm¨® el taco en el Manzanares; Lisandro, m¨¢ximo goleador de la Liga de Campeones, y el Cebolla Rodr¨ªguez.
Enfrente, Abel expondr¨¢ el esquema habitual, el mismo que utilizaba Javier Aguirre y que acab¨® mandando al mexicano a la cola del paro. Pero algo ha cambiado con Abel: am¨¦n de la recuperaci¨®n para la causa del defenestrado Pablo y que la defensa act¨²a cuatro pasos m¨¢s adelantada, el t¨¦cnico est¨¢ empe?ado en que el grupo no se rompa por la mitad aunque juegue con cuatro delanteros. De ah¨ª su apuesta por que Maxi y Sim?o no se queden descolgados en el ataque y Ag¨¹ero ayude a Forl¨¢n en el repliegue.
De momento, la apuesta le funciona. Pero el t¨¦cnico acepta ese peaje e intenta rebajar la algarab¨ªa de un Atl¨¦tico que se enfrenta a un reto may¨²sculo, pues desde 1985, en casa del Celtic, no remonta en Europa. Sin embargo, el convencimiento de los jugadores parece total: ya en el Bernab¨¦u gritaron que el Oporto pagar¨ªa los platos rotos.
Ya a la espera est¨¢ el Oporto, alucinado, quiz¨¢, tras o¨ªr a Pablo: "Ahora somos capaces de todo. Ya hemos ganado al Bar?a y el Madrid". Enseguida, eso s¨ª, se dio cuenta de su lapsus: "Bueno, con el Madrid empatamos".
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