La transformaci¨®n europea del Bayern
Klinsmann recupera a lo grande en la 'Champions' el cr¨¦dito perdido en la Bundesliga
Zurr¨® de lo lindo el Bayern de M¨²nich al Sporting de Lisboa, que se llev¨® una docena de goles en los octavos de final de la Copa de Europa. Cinco en Portugal y siete en la vuelta, en el Allianz Arena. "Hemos dado se?ales claras de que hay que contar con nosotros", reivindic¨® el t¨¦cnico, J¨¹rgen Klinsmann; "y queremos m¨¢s". Reluce en Europa el Bayern en la misma medida que divaga y recibe cr¨ªticas en la Bundesliga. Klinsmann, revolucionario por decreto, las absorbe todas.
Apuesta de Karl-Heinz Rummenigge, director general del club, Klinsmann aterriz¨® en el Bayern con las ideas claras. Exigi¨® ampliar los campos de la ciudad deportiva y cre¨® una biblioteca para que los jugadores pudieran estudiar idiomas o leer. Tambi¨¦n dio charlas con int¨¦rpretes simult¨¢neos en cabinas, como si de la ONU se tratara, e instal¨® un comedor en la sede del club con estatuas budistas, algo que origin¨® una pol¨¦mica religiosa en Baviera, donde predomina el catolicismo. Ahora, casi nada de esto se utiliza. Con el f¨²tbol tambi¨¦n lo retoc¨® todo.
"El jugador alem¨¢n se desprende de la pelota un segundo m¨¢s tarde que el ingl¨¦s", asegur¨® como idea fundamental de su librillo. Se esmer¨® en cambiar el ritmo de juego, con un guirigay t¨¢ctico que le dej¨® al borde del abismo en los primeros 10 partidos de Liga, donde naufragaba en el ecuador de la tabla. Un pecado para el Bayern, que ha ganado 9 de las ¨²ltimas 15 disputadas. Uli Hoeness, director deportivo, le critic¨® p¨²blicamente y Klinsmann retrocedi¨® en sus m¨¦todos. El equipo respondi¨® a trompicones -antes de medirse al Sporting en Lisboa se presum¨ªa la destituci¨®n del entrenador- y ha escalado hasta la segunda plaza, a cuatro puntos del l¨ªder, el Hertha.
En M¨²nich, la afici¨®n celebr¨® con tanto estupor como alborozo los siete goles europeos del martes, pero no se escuch¨® grito alguno de apoyo a Klinsmann. El ex seleccionador germano ni siquiera cuaj¨® en Baviera como ariete, cuando marcaba goles a pares. El episodio m¨¢s agrio, sin embargo, se dio con el norteamericano Landon Donovan, futbolista que Klinsmann trajo cedido en noviembre de Los ?ngeles Galaxy. Jug¨® s¨®lo seis partidos y el t¨¦cnico quiso retenerle, pero el Bayern le neg¨® la posibilidad. "Bueno, espero llevarme parte de la prima por la Liga...", sugiri¨® ir¨®nico Donovan al despedirse del club.
Las otras apuestas personales de Klinsmann tampoco han salido muy bien. Como recuperar al mejor Podolski, al zurdo que hizo triunfar con la selecci¨®n junto a Klose en la punta de ataque. O como suplir a Kahn y su sombra alargada con Rensing, un portero discutido por sus fallos sucesivos. "?Klinsmann vete ya!" fue el grito de la grada cuando el equipo perdi¨® en la Copa (4-2) ante el Leverkusen. Pero Franz Beckenbauer, presidente del club, decidi¨® darle continuidad al proyecto a largo plazo pedido por el t¨¦cnico, al modelo cultural revolucionario. En Europa funciona de maravilla. "Esto generar¨¢ respeto entre los rivales", augur¨® Hoeness. "Tenemos licencia para so?ar", remarc¨® Van Bommel.
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