Las comunidades aut¨®nomas ante la crisis
Dentro del debate existente en Espa?a alrededor de las causas de la crisis econ¨®mica que nos azota y las medidas necesarias para hacerle frente, creo que deber¨ªa alcanzar m¨¢s relevancia uno espec¨ªfico: el relativo al papel de las diferentes pol¨ªticas puestas en marcha desde las comunidades aut¨®nomas. Discusiones sobre ello existen dentro de cada comunidad, pero falta una visi¨®n de conjunto que contraste y ponga en evidencia tanto los fallos del pasado como las mejores pr¨¢cticas para encarar los retos que tenemos ante nosotros.
Es evidente que la crisis es mundial, e incluso que sus efectos pueden no estar territorialmente repartidos en funci¨®n de la contribuci¨®n de cada uno a su g¨¦nesis. Por ejemplo, una regi¨®n especializada en la producci¨®n de bienes duraderos puede sufrirla m¨¢s que otra especializada en productos b¨¢sicos, aunque la primera haya tenido un comportamiento intachable, simplemente porque la demanda de sus productos se reduce m¨¢s. A¨²n con estas salvedades, lo cierto es que en Espa?a el peso de las diferentes Administraciones en el gasto p¨²blico total ha variado dr¨¢sticamente en los ¨²ltimos 15 a?os, en los que el peso de la Administraci¨®n Central (excluida la Seguridad Social) en el gasto p¨²blico total se ha reducido a la mitad (m¨¢s del 40% hasta 1993 y el 20% desde 2005) mientras que el de las comunidades aut¨®nomas casi se ha doblado (de poco m¨¢s del 20% al inicio de los noventa a casi el 40% en los ¨²ltimos ejercicios). Por otro lado, la descentralizaci¨®n de las competencias no s¨®lo se aprecia en el gasto, sino que la propia actividad reguladora y normativa tambi¨¦n ha reflejado un desplazamiento similar.
El futuro depende en buena medida de las pol¨ªticas de oferta desarrolladas en el ¨¢mbito auton¨®mico
Es dif¨ªcil precisar el papel que juega la descentralizaci¨®n en las causas y consecuencias de la crisis. La Comunidad Valenciana (con una ca¨ªda interanual del 8,74% en afiliados a la Seguridad Social en enero), Canarias (-8%) y la Regi¨®n de Murcia (-7,1%) se suceden mes a mes en el dudoso honor de encabezar las tasas de destrucci¨®n de empleo, con niveles que han llegado a doblar la media nacional (-5,1 en ese mismo mes). Es probable que ello pueda deberse a la libre elecci¨®n de un fallido modelo de crecimiento por parte de sus gobernantes.
Los datos de la EPA tambi¨¦n muestran que la respuesta de las comunidades ante la crisis est¨¢ siendo bastante variable, dado que la variaci¨®n anual de la ocupaci¨®n en las comunidades aument¨® en s¨®lo un a?o su dispersi¨®n (medida como desviaci¨®n t¨ªpica) desde 1,42 en el ¨²ltimo trimestre de 2007 hasta 2,24 al final del pasado 2008.
Podemos concluir de estos datos que lo que los Gobiernos regionales hicieron en el pasado est¨¢ siendo importante, pero desde luego lo que hagan a partir de ahora lo ser¨¢ mucho m¨¢s.
El papel de las comunidades en pol¨ªticas paliativas de demanda es reducido, por las limitaciones de su recurso al endeudamiento. Sin embargo, ellas tienen el grueso de competencias en los aspectos que configuran el modelo de sociedad y de econom¨ªa que se pretende alcanzar: educaci¨®n, ordenaci¨®n del territorio, fomento de la actividad investigadora e industrial, pol¨ªticas activas de empleo y un largo etc¨¦tera.
La crisis actual tiene important¨ªsimos efectos a corto plazo, y el m¨¢s dram¨¢tico de todos es la ca¨ªda en la ocupaci¨®n. Pero la duraci¨®n y la intensidad de este drama tendr¨¢ mucho que ver con la capacidad que tengamos de encontrar un hueco a nuestros productos en el nuevo orden econ¨®mico mundial que surja tras la crisis. Las comunidades aut¨®nomas se van a examinar en esta crisis, porque la capacidad real de Espa?a de afrontar los retos del futuro depende en buena medida de las pol¨ªticas de oferta desarrolladas en el ¨¢mbito auton¨®mico.
La parte negativa de esta autonom¨ªa puede ser la complejidad que se introduce en el marco regulador; la parte positiva deber¨ªa ser la diversidad de experiencias acumuladas. Hoy creo que es necesario aplicar a la pol¨ªtica econ¨®mica del conjunto del pa¨ªs tres conceptos aparentemente contradictorios: autonom¨ªa, evaluaci¨®n y coordinaci¨®n.
Autonom¨ªa, para que cada comunidad dise?e, como muchas est¨¢n haciendo, sus planes de choque, y asuma as¨ª en la pr¨¢ctica el protagonismo que le corresponde.
Evaluaci¨®n, entendida como an¨¢lisis, horizontal m¨¢s que fiscalizador, de las experiencias de cada territorio (por supuesto, incluyendo tambi¨¦n las experiencias internacionales), y debate acerca de qu¨¦ cu¨¢les est¨¢n funcionando y cu¨¢les no.
Y desde ese proceso evaluador, en el que el debate p¨²blico jugar¨ªa un papel central, surgir¨¢ de forma natural la necesidad de la coordinaci¨®n. El an¨¢lisis p¨²blico de las propuestas de cada comunidad induce a la coordinaci¨®n porque fomenta el aprovechamiento de las externalidades de las acciones de otros y la imitaci¨®n de las mejores pr¨¢cticas. De esta forma, el conjunto de la sociedad fomentar¨ªa la maximizaci¨®n de los efectos de nuestros esfuerzos, y ello servir¨ªa para que hagamos de la necesidad virtud y, en este contexto, nuestra pluralidad mejore nuestra respuesta a la situaci¨®n econ¨®mica.
Pedro Saura Garc¨ªa es profesor titular de Fundamentos del An¨¢lisis Econ¨®mico y secretario general del PSOE en la Regi¨®n de Murcia.
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