La crisis viaja en autob¨²s

El conductor se sube las gafas de sol. "Claro que se nota", dice mientras tira el cigarro al filo de la puerta del autob¨²s. Se nota que hay muchos menos viajeros y se venden menos abonos. La crisis se ha subido al autob¨²s, al metro, al tren. As¨ª que la estampa de lata de sardinas del autob¨²s C 2 se ha convertido en un trayecto con m¨¢s sitio para estirar los brazos. El hombre explica que el mediod¨ªa es el peor momento.

El autob¨²s de la circular 2 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), una de las l¨ªneas con m¨¢s usuarios, espera parado en la cabecera de la glorieta de Embajadores. Entran siete personas. "Subo entre 100 y 200 viajeros menos cada d¨ªa", a?ade. Su turno empieza a las 6.00 y termina a las 14.00.

Los d¨ªas de lluvia, una de cada 10 personas del bus cambia de transporte

El uso del transporte p¨²blico madrile?o se ha despe?ado. Hay casi 36 millones de viajes menos que hace un a?o (casi un 3% del total). Este enero, los desplazamientos cayeron entre el 2,8% y el 10,8% respecto a 12 meses antes. La principal culpable: la crisis. Esa que preocupa tanto en los despachos de Moncloa como en la tienda de la esquina y que ya se nota tambi¨¦n (y con datos) en el vag¨®n.

Falta dinero y sobran viajes. Los primeros, los de ocio: menos cine y menos centro comercial, menos recorridos al centro y menos citas para ir de ca?as con los amigos. O eso dicen los datos oficiales. Los viajes por ocio (el 40% del total) "se han desplomado los fines de semana y los festivos", seg¨²n el gerente del Consorcio Regional de Transportes, Jos¨¦ Manuel Pradillo. Y pone un ejemplo. Los viajeros de la l¨ªnea 12 (Metrosur) que sal¨ªan de marcha por Madrid ahora vienen menos, un 15% menos. "Esto es un cambio tremendo de h¨¢bitos de viaje, casi una revoluci¨®n", resume Pradillo.

Los efectos de fin de semana ya tienen medici¨®n y diagn¨®stico. Los viajes obligados -el que pilla el metro para ir a la universidad, el empleado que cruza Madrid en tren para llegar a la oficina, la que sube temprano para las clases del instituto...- tambi¨¦n est¨¢n bajando. Hay menos trabajadores en los pol¨ªgonos del Corredor del Henares y el sur de Madrid, por ejemplo.

Pero los expertos coinciden en que es pronto para hablar de efectos claros. "Se necesitan m¨¢s datos, pero lo m¨¢s probable es que s¨ª que haya repercusi¨®n en los d¨ªas laborables", se?ala Andr¨¦s Monz¨®n, catedr¨¢tico del Departamento de Transportes de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. Para ajustar las cuentas sin que le toque pagar al usuario, buscan alternativas modificando las frecuencias o ahorrando en mantenimiento y combustible.En el metro y en el tren se?alan a la crisis como fuente de casi todos sus males. La cuesti¨®n en el autob¨²s es m¨¢s compleja. Tienen los peores datos. Casi 30 millones de viajeros menos en un a?o y la peor ca¨ªda de los tres modelos de transporte en enero de 2009, con un retroceso del 12,5%.

Crisis aparte, en el autob¨²s miran al cielo y a su propia plantilla. Lo primero que se?ala el director general de la EMT, Javier Conde, para explicar los malos datos es que este enero ha sido m¨¢s lluvioso que el anterior. "El clima nos perjudica much¨ªsimo". Y recuerda de memoria "los 11 d¨ªas de lluvia y dos de nieve" del mes de enero. Cada uno de esos d¨ªas, dejan de subir 1 de cada 10 usuarios, 150.000 personas. La inclemencia que justifica los 30 millones menos de viajeros se llama huelga. En 2008 hubo paros intermitentes en los autobuses de la EMT entre febrero y abril. "Hubo mucha gente que dej¨® de contar con nosotros y eso no se recupera r¨¢pido", a?ade Conde.

Explicadas las causas, vamos a los efectos. ?Qu¨¦ significa perder viajeros? ?Qu¨¦ consecuencias puede tener para el que a¨²n viaja en metro? "O se recortan los servicios o suben los precios", resume Monz¨®n.

Nadie admite, por el momento, aumento de tarifas. "Los precios no se tocan en tiempos de crisis", asegura el gerente del Consorcio. Quiz¨¢ porque los usuarios a¨²n no han asimilado las dos alzas del ¨²ltimo a?o (una en verano, otra en invierno), un tarifazo del 8,36% por el que todav¨ªa se recogen firmas en las asociaciones de vecinos.

As¨ª que queda la opci¨®n B: los servicios. Y tampoco hay mucho margen. "Podemos modificar algunas frecuencias en d¨ªas laborables, porque variar¨ªa s¨®lo unos segundos de tren a tren, pero los fines de semana hay menos vagones y se notar¨ªa demasiado", se?ala Pradillo. "Llevaremos los metros vac¨ªos, pero no nos queda otra". Los trenes de Cercan¨ªas tendr¨¢n menos vagones pero la misma frecuencia, a?ade ?ngel Matesanz, jefe de sistemas de Informaci¨®n de Cercan¨ªas. En los autobuses, revisar¨¢n gastos de mantenimiento y combustible "pero tenemos poco margen", reflexiona Javier Conde.

Como en el caso de las sardinas en lata, hay otro efecto de la crisis que tambi¨¦n se convierte en imagen en la cabina del autob¨²s. Lo cuenta un conductor de la 86 de la EMT. "Se me llena antes la cajetilla de las monedas". Como viajamos menos, el abono mensual de transporte ya no compensa. Ha ca¨ªdo un 5% su venta entre enero y febrero, seg¨²n datos del Consorcio.

El conductor de las gafas de sol cierra las puertas y arranca en la cabecera de Embajadores poco despu¨¦s del mediod¨ªa. La parte mala de la crisis, dice el ch¨®fer, son los siete ¨²nicos viajeros desperdigados en los asientos. La buena es que viajar¨¢n m¨¢s r¨¢pido. En las calles de Madrid tambi¨¦n salen menos coches a estas horas.