Gafas de sol y mucho sue?o
En la vetusta aula 20 de la Facultad de Derecho, en la planta baja, 150 aspirantes intentaban dominar los nervios. Algunos se estrenaban en suelo universitario. "Manda narices que a mi edad [treinta?ero] est¨¦ haciendo un examen en la Complu", bromeaba un candidato con barba de varios d¨ªas y con apariencia de no haber dormido, al lado de uno de los dos periodistas de EL PA?S que se presentaron al examen. Se sentaron a responder preguntas junto a hombres cuyos brazos, de imponentes tatuajes, med¨ªan lo mismo que las piernas de los redactores.
La consigna inicial del jefe de la sala provoc¨® el primer resoplido de los asistentes. "Apaguen los tel¨¦fonos m¨®viles y d¨¦jenlos en el suelo. Si les pillamos hablando con alguien del exterior, ser¨¢n inmediatamente suspendidos y expulsados del aula", advert¨ªa, micr¨®fono en mano. Un murmullo inund¨® la sala. Una hom¨®loga suya, en la Escuela de Caminos, hablaba con un tono tan pausado que parec¨ªa que se dirig¨ªa a ni?os. Cada tres o cuatro palabras hac¨ªa una pausa.
La hora que dur¨® la primera prueba se caracteriz¨® por un silencio sepulcral, s¨®lo roto por el paso de las p¨¢ginas del test. Una vez concluida, los futuribles controladores rompieron la solemnidad. Un buen momento para chequear las respuestas con los compa?eros de zona y cambiar alguna. La forma de anfiteatro de la sala 20 facilitaba la manida t¨¦cnica de echar un vistazo al examen del vecino y comprobar las respuestas.
Y eso pese a que tres miembros del tribunal no paraban de controlar. En Caminos, los vigilantes acompa?aron a algunos aspirantes al servicio, que se convirti¨® en un lugar improvisado para fumar. Un denso humo invad¨ªa la estancia. Adem¨¢s, algunos se dijeron las respuestas de las preguntas del primer ejercicio gracias a que los cuidadores del examen se quedaban en la puerta.
El jefe de la sala 20, que vest¨ªa traje azul marino, se hizo eco del estado de alguno de los examinados ante la carcajada general: "Como veo que alguno no ha pegado ojo les recuerdo que tienen sus m¨®viles y dem¨¢s pertenencias en el suelo".
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