?Beb¨¦s perfectos? No, gracias
Algunas cl¨ªnicas ofrecen seleccionar los rasgos f¨ªsicos de los embriones - Pero los avances gen¨¦ticos deben limitarse a evitar enfermedades
"Cuesta unos 18.000 euros y todo el proceso lleva ocho semanas. Escoger el sexo del beb¨¦ es posible, pero la opci¨®n de elegir tambi¨¦n el color de ojos y el pelo no est¨¢ disponible. Ha suscitado mucha pol¨¦mica y el doctor la ha paralizado temporalmente. Lo siento mucho". ?sta es la respuesta que le dieron a Ana (nombre supuesto). Llam¨® a la cl¨ªnica hace unos d¨ªas y dijo que ten¨ªa 35 a?os y unas ganas enormes de tener una ni?a de pelo cobrizo y ojos verdes, tras dar a luz a dos hijos varones. Ahora est¨¢ desilusionada. La cl¨ªnica estadounidense LA Fertility Institute, que anunciaba la posibilidad de elegir los rasgos de los beb¨¦s, se ha echado atr¨¢s. Ana no lo sab¨ªa. Ten¨ªa la esperanza de concertar una cita para, junto a su marido, tener a la hija de sus sue?os, y la cl¨ªnica les ofrec¨ªa escoger su beb¨¦ a la carta. Sin embargo, s¨ª podr¨¢ elegir el sexo. Una opci¨®n que, para algunos, es igual de pol¨¦mica o m¨¢s que determinar el color de pelo y los ojos del beb¨¦.
"En Espa?a es imposible tener beb¨¦s a la carta", afirma un experto
S¨®lo se puede intervenir para evitar enfermedades hereditarias graves
La modificaci¨®n gen¨¦tica permite seleccionar el sexo y otras caracter¨ªsticas
"Elegir el color de ojos es una barbaridad", dice una bio¨¦tica
Muchos han visto en la oferta de LA Fertility un futuro demasiado parecido al mundo feliz formado por alphas, betas o epsilones que ide¨® en 1932 Adolf Huxley. La cl¨ªnica estadounidense ofrec¨ªa la posibilidad de identificar -mediante un diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional- a los embriones que tuviesen los genes del color de pelo y ojos deseado e implantarlos en la madre. Para esto habr¨ªa que identificar en ellos los genes OCA2, HERC2 y MC1R, que son los que influencian el fenotipo de la pigmentaci¨®n humana (Annals of Human Genetics, 2009 Mar; 73(2):160-70). Una t¨¦cnica de pura selecci¨®n gen¨¦tica que ha suscitado las cr¨ªticas de expertos de todo tipo. Desde bio¨¦ticos hasta bi¨®logos.
Esther Busquets, del Instituto Borja de Bio¨¦tica, lo tiene claro: "Todos aquellos avances de la gen¨¦tica que puedan curar una enfermedad son leg¨ªtimos. Cuando estos avances se emplean para mejorar la naturaleza humana m¨¢s all¨¢ de algo que no es patol¨®gico, o por puro capricho, no deber¨ªan permitirse", sostiene. "La ciencia debe tener conciencia", a?ade.
Y es que el diagn¨®stico preimplantacional -que es lo que tambi¨¦n se utiliza para determinar qu¨¦ embriones son femeninos y cu¨¢les son masculinos- es una t¨¦cnica que en realidad se emplea para detectar patolog¨ªas o anomal¨ªas hereditarias y lograr que el beb¨¦ nazca sin ellas. Es m¨¢s, en Espa?a s¨®lo est¨¢ permitida esta opci¨®n. Y no desde hace mucho. En 2006, el Congreso aprob¨® la selecci¨®n gen¨¦tica para evitar al ni?o alguna enfermedad hereditaria "grave y no susceptible de tratamiento".
Tambi¨¦n para determinar si el embri¨®n es compatible como donante para solucionar un caso similar en otra persona. Es decir, lo que algunos han llamado beb¨¦s-medicamento. Como Javier, el primer ni?o tratado gen¨¦ticamente en Espa?a que naci¨® en octubre de 2008 para curar a su hermano Andr¨¦s, enfermo de una rara anemia cong¨¦nita. Hoy ya lo ha logrado. Sanidad tiene sobre la mesa 46 peticiones de padres que desean la selecci¨®n gen¨¦tica para poder tratar a un hermano con una enfermedad incurable.
Ahora la Comisi¨®n Nacional de Reproducci¨®n Asistida estudia aplicar la selecci¨®n gen¨¦tica de embriones a algunos tipos de c¨¢ncer hereditario. Esto abrir¨ªa la v¨ªa al nacimiento de beb¨¦s libres del gen responsable de tumores de mama o colon, los m¨¢s frecuentes. Algo que ya se ensaya en pa¨ªses como Reino Unido.
Un caso muy distinto a lo que hacen en Estados Unidos cl¨ªnicas como LA Fertility Institute, y que la bio¨¦tica Margarita S¨¢nchez Carazo define como "un capricho y un peligro". "Elegir el sexo y el color de ojos de un beb¨¦ es una barbaridad. No podemos dedicarnos a construir al ni?o perfecto en funci¨®n del gusto de los padres. Se puede empezar por ah¨ª y no se sabe d¨®nde se termina. ?Escogiendo ni?os m¨¢s altos o m¨¢s bajos en funci¨®n de que sean o no necesarios para determinadas profesiones? ?O m¨¢s o menos inteligentes?", dice.
Carlos Bernardo y su esposa Carolina Sanz no est¨¢n de acuerdo con el razonamiento de S¨¢nchez Carazo. Hace ya dos a?os que tuvieron a sus mellizos mediante fecundaci¨®n in vitro. "Si hubi¨¦ramos podido elegir el sexo lo hubi¨¦ramos hecho. Nos hubiera gustado tener ni?o y ni?a", asegura Sanz mirando de reojo a sus dos ni?os, que juegan completamente ajenos a la conversaci¨®n. "Ahora estoy muy contenta, pero si me hubieran preguntado al principio...", dice. "Tampoco veo tan grave tener preferencias entre un color de pelo u ojos y otro", a?ade Sanz. Pero no tuvieron oportunidad.
"En Espa?a es totalmente imposible tener ni?os a la carta", afirma Nicol¨¢s Garrido, director del laboratorio androl¨®gico y del banco de semen del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI). Ni siquiera si se utiliza el semen o los ¨®vulos de un donante. No se puede elegir. Garrido explica que, en el caso de que la pareja o la mujer que quiera inseminarse deba recurrir a una donaci¨®n, tiene que rellenar una ficha con sus caracter¨ªsticas f¨ªsicas. "Todo. Grupo sangu¨ªneo, raza, color y textura del pelo, color de ojos, estatura, peso, complexi¨®n. Si tienen un car¨¢cter tranquilo o nervioso...", explica el director del Banco de Semen del IVI. Ser¨¢ el equipo m¨¦dico quien, en funci¨®n de estas caracter¨ªsticas, escoja el donante.
"Adem¨¢s, hay que rellenar la ficha delante del m¨¦dico. No se pueden poner cosas falsas", dice Garrido. Sin embargo, "en ning¨²n caso se pueden garantizar unas caracter¨ªsticas f¨ªsicas. Hay que tener en cuenta que en ellas influye tambi¨¦n el entorno, nuestros rasgos y los de nuestros antepasados", apunta.
La fiabilidad de la t¨¦cnica empleada por LA Fertility tampoco es completa. Para una mujer con la edad de Ana (35 a?os) y que ya ha dado a luz a dos hijos gestados de forma natural (es decir, no tiene problemas de fertilidad) las probabilidades de que el proceso se complete "de manera satisfactoria" son, seg¨²n confirma LA Fertility Institute, de un 80%. "Aunque tambi¨¦n depende de la calidad del semen del padre", matizan.
En Espa?a no existe ninguna posibilidad por tanto, seg¨²n los expertos, de escoger los rasgos -o al menos algunos de ellos- del futuro beb¨¦. Ni siquiera a trav¨¦s de la carga gen¨¦tica que pueda aportarle el padre o la madre, si el ¨®vulo o los espermatozoides proceden de una donaci¨®n. La ley marca que los donantes son an¨®nimos. En otros lugares la cosa es muy distinta. En EE UU, por ejemplo, algunos bancos de semen ofrecen la posibilidad de escoger el candidato a medida. El color de ojos, la altura o la complexi¨®n por supuesto... pero tambi¨¦n dan la posibilidad de conocer sus estudios, sus notas, ver alguna fotograf¨ªa actual de ellos o, incluso, escuchar su voz digitalizada. ?Quiere un beb¨¦ mulato de un padre licenciado cum laude? Lo tiene.
Sin embargo, para elegir a ese hombre ideal no hay que irse tan lejos. Basta con volar a Dinamarca y acudir a Cyros International. O ni siquiera. Este banco de semen, que permite escoger al donante ojeando la ficha que ¨¦ste rellena antes de depositar su esperma, env¨ªa las muestras a cualquier lugar del mundo. All¨ª las mam¨¢s solas o las parejas pueden descubrir entre m¨¢s de 250 candidatos a Alte, un var¨®n de 33 a?os, casta?o y con ojos de color verde azulado, que cuenta que ya tiene un ni?o de cinco meses "muy sano, feliz y que aprende muy r¨¢pido". "Sus ojos son muy azules. Tiene mi nariz y la barbilla de mi novia. Es muy calmado", explica en la ficha que los interesados pueden consultar, incluso por Internet.
No s¨®lo eso, el documento va acompa?ado de otro con las "impresiones" del equipo m¨¦dico, que dice que Alte es "el donante m¨¢s guapo" que han tenido. Este hombre, diestro y ejecutivo en una empresa, no ha aportado ninguna fotograf¨ªa a la ficha. S¨ª lo ha hecho Bond, un puertorrique?o de raza negra y 28 a?os. Su instant¨¢nea, muestra a un chiquillo de mirada enorme escondido en un artilugio de madera. Y es que las fotos de todos los donantes son de cuando eran peque?os. Por su ficha, como por la del resto de candidatos, se pueden reconstruir las caracter¨ªsticas de sus antepasados, ya que en ella da cuenta de los rasgos de sus padres, hermanos y abuelos.
Pero, aunque en Cyros la posibilidad de elegir es bastante alta, sigue siendo cosa del destino en forma de combinaci¨®n gen¨¦tica determinar las caracter¨ªsticas del futuro beb¨¦. Algo completamente distinto a la selecci¨®n gen¨¦tica que ofrece la cl¨ªnica estadounidense. Explican que seguir¨¢n utilizando el diagn¨®stico preimplantacional para casos de albinismo o alteraciones de la pigmentaci¨®n. "Somos sensibles a la opini¨®n p¨²blica y creemos que cualquier beneficio que los estudios diagn¨®sticos pudieran ofrecer es superado por este aparente impacto negativo en la sociedad", dicen. Por tel¨¦fono informan a los interesados en la t¨¦cnica -m¨¢s de una docena han llamado para interesarse- que el par¨®n es s¨®lo "temporal".
Pero ?por qu¨¦ han frenado la opci¨®n de escoger algunos rasgos f¨ªsicos y en cambio mantienen la posibilidad de determinar el sexo del beb¨¦? Las dos opciones le parecen a Nicol¨¢s Garrido "muy discutibles". No ya s¨®lo por ¨¦tica de la elecci¨®n. Tambi¨¦n por la duda sobre qu¨¦ se har¨¢ con los embriones descartados. "Si tienes varios embriones, ?qu¨¦ haces con los que no tienen los ojos, por ejemplo, azules?", se pregunta. En Espa?a la mujer o la pareja decide qu¨¦ hacer con los embriones que sobran de una t¨¦cnica de fecundaci¨®n in vitro. Pueden donarlos a otra pareja, cederlos para la investigaci¨®n o "cesar en su conservaci¨®n". Algo que, desde el momento de la aprobaci¨®n de la ley, ha puesto en pie a la Iglesia cat¨®lica, tambi¨¦n en contra del diagn¨®stico gen¨¦tico preimplantacional para curar enfermedades.
"?Qu¨¦ suceder¨¢ en pa¨ªses como China o India donde las ni?as tienen mucho menos valor que los ni?os si se implantase esta t¨¦cnica?", se pregunta Carmen S¨¢nchez Carazo. Raz¨®n no le falta. En ese lugar del mundo tener una ni?a se considera una pesada carga econ¨®mica, debido a las dotes que deben pagar a las familias del futuro esposo. Por eso, en estos pa¨ªses es tan com¨²n el aborto selectivo. Algo que la legislaci¨®n india proh¨ªbe desde 1994. En China tampoco est¨¢ permitido conocer el sexo del beb¨¦ antes de su nacimiento. Sin embargo, es posible encontrar lugares en los que se hacen ecograf¨ªas para averiguarlo.
Pr¨¢cticas de este tipo han dado lugar a una enorme desigualdad en esa parte del mundo. En algunas zonas de China e India nacen m¨¢s de 120 ni?os por cada 100 ni?as, seg¨²n la ONU, cuando lo normal es un promedio de 103 ni?os por cada 100 ni?as.
En LA Fertility Institute no les preocupa esto. En su web muestran un reportaje con una pareja que ha tenido dos ni?os mellizos, despu¨¦s de tres hijas. "Debido al gran n¨²mero de parejas que nos visitan de fuera de EE UU tenemos ofertas de viajes. El servicio incluye billetes de avi¨®n, hotel, transporte, actividades de entretenimiento, comidas y servicio de cuidado de ni?os", dicen. Parece f¨¢cil. S¨®lo hay que disponer, seg¨²n su web de unos 14.000 euros (estancia aparte).
Luisa Rodr¨ªguez no es una de esas mujeres que acudir¨ªa a la cl¨ªnica. No hubiera elegido el sexo de su ni?a por nada del mundo. Esta mujer de 41 a?os dio a luz hace cinco meses a una beb¨¦ concebida por fecundaci¨®n in vitro y con donante an¨®nimo. Criar¨¢ a su hija sola. "Nunca me plante¨¦ que hubiera sitios donde se puede elegir. Lo ¨²nico que me preocupaba era que todo saliese bien y que mi ni?a estuviese sana. No m¨¢s", afirma. S¨ª recurrir¨ªa, en cambio, a la selecci¨®n gen¨¦tica para salvar a su hija, como en el caso de los hermanos Javier y Andr¨¦s. "No buscaba la hija perfecta. S¨®lo a mi ni?a", dice rotundamente. Autom¨¢ticamente saca su tel¨¦fono m¨®vil y muestra varias fotos de su ni?a, morenita de pelo y piel y con los ojos marrones, como ella misma. "?Los ojos azules o verdes? ?Para qu¨¦?", remata.
Pero aunque la cl¨ªnica estadounidense ya no ofrezca la posibilidad de elegir el color de ojos y el pelo, la bio¨¦tica Esther Busquets tiene muy claro que, si hay demanda, otras lo hacen o lo har¨¢n en un futuro no muy lejano. "El problema es impedirlo. Muchas veces la ciencia va m¨¢s r¨¢pido que la ley", sostiene. Busquets a?ade: "Debemos poner freno a esa tendencia de elegir porque me gusta. Cuando hay razones de salud, y tenemos los medios para solucionarlo, debemos usarlos. Ir m¨¢s all¨¢ es jugar a ser dioses".
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