Frentismos
Cuando parece que las Bolsas se reaniman como si la crisis ya hubiera tocado fondo, la pol¨ªtica espa?ola se desliza de nuevo hacia el frentismo polarizador, tal como ya ocurriera durante la legislatura pasada. El caso m¨¢s evidente es el vasco, donde el nuevo lehendakari in pectore, Patxi L¨®pez, se ver¨¢ empujado por tirios y troyanos a enfrentarse quieras que no al despechado nacionalismo en la oposici¨®n. Pero no es ¨¦ste el ¨²nico frente pol¨ªtico que se le abre al socialismo en el poder, pues hay otros quiz¨¢ m¨¢s graves, entre los que destacar¨¦ tres.
Uno de ellos es el frente auton¨®mico, de inmediata reapertura ante la urgente necesidad de renegociar la financiaci¨®n. Aqu¨ª el Gobierno acaba de perder una ficha esencial, pues tras recuperar Galicia el PP vuelve a ser mayoritario en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera. De modo que s¨®lo cabe aguardar la reactivaci¨®n del frente catal¨¢n que enfrenta a Zapatero y Solbes con Montilla y Castells, sobre todo si tenemos en cuenta la esperada sentencia del Tribunal Constitucional que se propone recortar el ya refrendado Estatut.
Tenemos la ¨²nica oposici¨®n del mundo que se niega a cooperar con el Gobierno contra la crisis
En cuanto al frente parlamentario, aqu¨ª la soledad del minoritario Grupo Socialista que apoya al Gobierno se ha hecho absoluta, dada la in¨¦dita pinza opositora que van a formar contra natura los nacionalistas vascos y catalanes con el Grupo Popular. De ah¨ª la fuerte sequ¨ªa legislativa que cabe esperar de esta segunda legislatura de Zapatero, en fuerte contraste con la hipertr¨®fica legislativitis de la anterior (in¨²tilmente denunciada por juristas sensatos como el premiado Laporta).
Y qu¨¦ decir del frente econ¨®mico, donde la incapacidad del Gobierno espa?ol (y de todos los dem¨¢s occidentales) para enfrentarse a la crisis global ha propiciado que la oposici¨®n desate sus diatribas m¨¢s demag¨®gicas. Todo ello a pesar de que, seg¨²n el FMI de Strauss-Kahn, Espa?a es el ¨²nico pa¨ªs europeo (con EE UU, Arabia Saud¨ª, China y Australia) que ha hecho sus deberes con un plan de est¨ªmulo fiscal superior al 2% del PIB.
Pero es que aqu¨ª tenemos la ¨²nica oposici¨®n del mundo occidental que se niega a cooperar con el Gobierno en su lucha contra la crisis. Mientras el Titanic espa?ol se hunde tras chocar con el iceberg inmobiliario (edificado bajo los mandatos de Aznar y Zapatero), su capit¨¢n debe sofocar un mot¨ªn a bordo mientras intenta salvar al pasaje. Pues en lugar de concertar unos nuevos Pactos de la Moncloa para unir fuerzas contra una crisis peor que la del 79, aqu¨ª la oposici¨®n hace boicot esperando que la nave zozobre y naufrague.
Y es que tambi¨¦n el PP est¨¢ desgarrado por su propio frentismo interior. La desesperada Aguirre prosigue su pol¨ªtica nihilista de tierra quemada, arrasando la comunidad madrile?a tras expropiarla, recalificarla y privatizarla. Como muestra ah¨ª est¨¢ la reedici¨®n del Tamayazo que ha montado con flagrante impunidad en la comisi¨®n del espionaje. Si todo era una falsificaci¨®n, como sostiene, ?a qu¨¦ ven¨ªa cerrar en falso la investigaci¨®n? ?No hubiera sido m¨¢s consecuente con sus propios intereses proseguir investigando a los presuntos falsificadores? Es tan incoherente su falacia que ella misma se delata.
Y eso por no hablar del caso Correa de corrupci¨®n que ha venido enfangando al PP desde Valladolid en los 80 y G¨¦nova en los 90 hasta Madrid y Valencia en pleno siglo XXI. Ante lo que a Rajoy no se le ocurre nada mejor que montar un auto da fe quemando la efigie de Garz¨®n como chivo expiatorio. Sin duda pretende tapar la corrupci¨®n de su partido descargando sus responsabilidades sobre las espaldas del juez instructor, para lo que espera contar con la connivencia de la magistratura conservadora que domina los ¨®rganos jurisdiccionales.
En fin, que Espa?a se enfrenta de nuevo a una creciente polarizaci¨®n pol¨ªtica, desgarrada por frentismos irreductibles. Justo como en las legislaturas anteriores, desde que Aznar abriera las hostilidades en el escenario de las Azores. Pero entonces ten¨ªamos el consuelo de que s¨®lo era cosa de los pol¨ªticos profesionales, que les gustaba pegarse como cr¨ªos en el patio del colegio enfrentados a cara de perro en su ciega lucha por el poder. Pues, mientras tanto, la sociedad espa?ola permanec¨ªa en calma, unida y confiada, sin dejarse afectar ni contagiar por las agrias divisiones que enfrentaban a su clase pol¨ªtica.
Pero ahora ya no sucede as¨ª. Ahora la crisis econ¨®mica est¨¢ creando peligrosas fracturas en la sociedad espa?ola que podr¨ªan llegar a romper su paz social. Por eso no deber¨ªamos permitir que esas fracturas se vean tr¨¢gicamente agravadas por el fr¨ªvolo frentismo al que juegan nuestros irresponsables representantes pol¨ªticos.
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