Mercedes pide una oportunidad
Con su chabola a punto del derribo, nadie le alquila una casa porque es gitana - "Quiero irme de este poblado"
Se llama Mercedes Garc¨ªa Jim¨¦nez, pero todo el mundo la conoce por Lola. Cuando era peque?a no paraba de bailar y cantar, por eso le pusieron el apodo de la matriarca de los Flores. Ese esp¨ªritu alegre todav¨ªa la acompa?a, pero cada vez le cuesta m¨¢s mantenerlo. Y es que su chabola va a ser derribada y nadie quiere alquilarle una vivienda porque es gitana.
Desde hace 25 a?os Mercedes vive en Penamoa, un aut¨¦ntico gueto a s¨®lo tres kil¨®metros del centro de A Coru?a que se ha convertido en el mayor punto de venta de drogas del norte de Espa?a. Est¨¢ separada y vive con tres de sus hijos y una sobrina. Desde hace m¨¢s de seis meses se ha entregado a la b¨²squeda de un hogar para su familia. El tiempo apremia. Las obras de la Tercera Ronda ya han comenzado, y algunas chabolas han sido derribadas. La pr¨®xima podr¨ªa ser la suya. Ahora las m¨¢quinas trabajan a un metro escaso de las paredes de su casa, separadas ¨²nicamente por una valla met¨¢lica que ella, en un arranque de supervivencia, ha empezado a utilizar como tendal para la colada.
Un casero indicaba en el anuncio de su piso: "No perros, no gitanos"
Las cuentas le salen y cree que podr¨ªa asumir el pago de un alquiler
Su poblado de Penamoa se ha convertido en un gueto
"Quiero irme cuanto antes porque este sitio nos est¨¢ destruyendo". Mercedes est¨¢ deseando abandonar Penamoa. Pero en su huida ha tropezado con muchos obst¨¢culos. El m¨¢s doloroso, el de la discriminaci¨®n. "Al principio, los propietarios me dicen que s¨ª, pero cuando ven que soy gitana me ponen disculpas para no alquilarme el piso", asegura. Recuerda una ocasi¨®n en la que llam¨® por tel¨¦fono a una propietaria y puso "voz dulce" para que creyese que era paya. La mujer le dijo que estar¨ªa encantada de alojarla. Pero cuando fue a ver el piso, su aspecto la delat¨® y la casera le dio con la puerta en las narices.
Mercedes es vicepresidenta de Nosotras Intramuros, una asociaci¨®n que apoya a las mujeres de la prisi¨®n de Teixeiro. Empez¨® a trabajar con ellas desde dentro de la c¨¢rcel, y ahora que ya ha cumplido su condena sigue colaborando como voluntaria. La presidenta de la asociaci¨®n, Pilar Mingote, colabora con su compa?era y amiga en la b¨²squeda de un hogar. Tambi¨¦n ella se acuerda de una situaci¨®n desagradable. "Un d¨ªa, en una agencia inmobiliaria, nos encontramos con el anuncio de un piso en el que el propietario hab¨ªa indicado claramente: 'no perros, no gitanos".
A pesar de su situaci¨®n desesperada, no quiere que le regalen nada. S¨®lo pide una oportunidad: que le den la opci¨®n de cambiar de vida. Recibe una pensi¨®n de 300 euros y sus hijos colaboran econ¨®micamente trabajando en la chatarra. Cree que podr¨ªa hacer frente a un alquiler sumando sus ingresos y la ayuda que le ofrece el ayuntamiento. El programa de realojos creado por Servicios Sociales ofrece apoyo econ¨®mico a los evacuados: 40.000 euros para la adquisici¨®n de una vivienda o 130 euros mensuales para alquiler. La filosof¨ªa consiste en implicar a los futuros realojados en su propia integraci¨®n exigiendo que sean ellos los que busquen su vivienda. A trav¨¦s de este procedimiento ya han conseguido reubicar a 20 familias. Pero el sistema no est¨¢ funcionando en el caso de Mercedes. Una de las t¨¦cnicas de Servicios Sociales tiene una explicaci¨®n para esto: "Para cualquier ciudadano es dif¨ªcil encontrar una vivienda". Pero tambi¨¦n reconoce que los gitanos "tienen m¨¢s dificultades que otros grupos ¨¦tnicos, existen muchos prejuicios contra ellos". Su situaci¨®n podr¨ªa resolverse pronto, seg¨²n la versi¨®n de Santiago Gonz¨¢lez, director en Galicia de la Fundaci¨®n Secretariado Gitano. La actitud positiva que est¨¢ demostrando la ayudar¨¢, seg¨²n Gonz¨¢lez.
Pero ella sigue sin ver claro su futuro. Es consciente de la mala imagen del poblado, y se queja de que paguen justos por pecadores. Penamoa es sin¨®nimo de miseria. Est¨¢ a solamente tres quil¨®metros del centro de A Coru?a, pero aquello es otro mundo. El poblado se cre¨® para realojar a los gitanos procedentes del asentamiento de La Gaiteira, desmantelado para construir El Corte Ingl¨¦s. El entonces alcalde, Francisco V¨¢zquez, prometi¨® que el poblado ser¨ªa provisional. De eso hace ya veinticinco a?os, y con el paso del tiempo Penamoa se ha convertido en un gueto. Un informe de M¨¦dicos del Mundo lo sit¨²a como el mayor punto de venta de drogas del norte de Espa?a. Pero no todos los que viven all¨ª son iguales. Traficantes y drogadictos comparten espacio con chatarreros y vendedores ambulantes. Gente honrada que espera el momento de abandonar un lugar que se les cae encima.
El paso de los d¨ªas hace mella en el ¨¢nimo de Mercedes. Con la fuerza que le queda recorre la ciudad en busca de un techo. Un hogar donde poder empezar una nueva etapa de su vida. Quiz¨¢s as¨ª recupere las ganas de cantar y de bailar que le hicieron ganarse el apodo de Lola.
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