La izquierda llega al poder en El Salvador
El candidato del FMLN gana los comicios presidenciales con el 51,2% de los votos - La antigua guerrilla llama a una nueva reconciliaci¨®n y a construir el futuro
Subido a una tarima en una plaza llena de gente vestida de rojo, Mauricio Funes pregunt¨® a voz en grito: "?Quer¨¦is que sea vuestro presidente? ?Est¨¢is dispuestos a trabajar conmigo por este pa¨ªs?". La multitud, encaramada en las copas de los ¨¢rboles, en cabinas de tel¨¦fono, en postes de la luz, dec¨ªa que s¨ª y agitaba banderas del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN). El nuevo presidente de El Salvador, el joven l¨ªder de los viejos guerrilleros que acaba de arrebatarle el mando a la derecha por primera vez desde el fin de la guerra, en 1992, respondi¨®: "?Trabajaremos juntos. Se acab¨® el miedo!".
Funes sigui¨® hablando, diciendo las mismas cosas que cuando, unos minutos antes, se hab¨ªa proclamado ganador en un lujoso sal¨®n del hotel Sheraton de San Salvador. Pero ya no vest¨ªa la elegante chaqueta oscura ni la camisa blanca sin corbata. Ahora llevaba una guayabera blanca. Dos tallas m¨¢s grandes que la suya. Lo justo para poder albergar entre la piel y la tela un negro chaleco antibalas.
El ganador pidi¨® esperanza y trabajo para superar la crisis
El presidente electo, rodeado de viejos comandantes, elogi¨® al arzobispo Romero
El Salvador es un pa¨ªs peligroso (tiene la tasa de homicidios m¨¢s alta del continente), demediado pol¨ªticamente (a Funes lo vot¨® un 51,2% y al candidato de la derecha un 48,7%), desigual hasta el insulto (un 37% de la poblaci¨®n es pobre y s¨®lo un 0,3% de los salvadore?os acapara el 44% de los ingresos), dependiente de unas remesas (un tercio de la poblaci¨®n trabaja en Estados Unidos) que ahora flaquean por culpa de la crisis econ¨®mica mundial.
As¨ª que Funes, consciente de que la situaci¨®n no est¨¢ para bailes de sal¨®n, abandon¨® r¨¢pido el hotel lujo y fue a fajarse con sus votantes. Pero no les regal¨® los o¨ªdos ni quiso que se los regalaran a ¨¦l. Les pidi¨® trabajo y compromiso. Les ofreci¨® lo mismo. Fue una noche hist¨®rica en San Salvador.
Y ejemplar. La derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que ha protagonizado una campa?a de espanto, esgrimiendo el miedo al comunismo en general y a Hugo Ch¨¢vez en particular como principal arma para frenar las buenas expectativas de los ex guerrilleros, acept¨® en cambio la ajustada derrota de forma limpia y r¨¢pida. Su candidato, el ex director de la polic¨ªa Rodrigo ?vila, se apresur¨® a comparecer para lanzar un mensaje muy claro: "Funes ha ganado y le pido a Dios que lo ilumine en su nueva tarea".
Regal¨® unos cuantos abrazos, agarr¨® los trastos y se fue a su casa. Tal vez relajado por no tener que vestir un traje que a todas luces le quedaba grande, ?vila mostr¨® por primera vez una cara amable y, por fortuna para El Salvador, profundamente democr¨¢tica. De ¨¦l, tan religioso, se podr¨ªa decir que no supo ganar como Dios manda, pero que perdi¨® divinamente.
Es cierto que a esa calma contribuy¨® el propio discurso de Mauricio Funes, que la naci¨®n escuch¨® expectante. Nada m¨¢s subirse a la tribuna, y una vez que los viejos comandantes guerrilleros con sus camisas rojas formaron detr¨¢s de ¨¦l, el ya presidente electo dijo: "Esta noche debe tener el mismo sentimiento de esperanza y reconciliaci¨®n que hizo posibles los acuerdos de paz. Hoy hemos firmado un nuevo acuerdo de paz, de reconciliaci¨®n del pa¨ªs consigo mismo. Por esta raz¨®n, invito desde este momento a las diferentes fuerzas sociales y pol¨ªticas a que construyamos juntos el futuro. No me cabe ninguna duda de que este d¨ªa ha triunfado la ciudadan¨ªa que crey¨® en la esperanza y venci¨® el miedo".
Luego dijo muchas m¨¢s cosas, pero ninguna tan cierta como ¨¦sa. Los salvadore?os dictaron el domingo una gran lecci¨®n a sus pol¨ªticos y a los muchos observadores internacionales que acudieron a verlos votar con la mosca detr¨¢s de la oreja. Salvo contadas excepciones, el proceso de votaci¨®n fue ejemplar. La gente acudi¨® de forma ordenada, paciente, educada, amable. A algunos observadores les llam¨® la atenci¨®n que los simpatizantes del FMLN acudieran a los colegios con camisetas del FMLN y los de Arena con camisetas de Arena. Que hubiera m¨²sica estridente y vendedores ambulantes a la vera misma de las urnas ofreciendo de todo y un poco m¨¢s, y que el recuento se hiciera al aire libre, a la vista de todos, con el respetable aplaudiendo cada papeleta de las suyas como si se tratara de un gol de M¨¢gico Gonz¨¢lez, el gran futbolista salvadore?o que triunf¨® en la Liga espa?ola y en el C¨¢diz.
Qued¨® claro, por tanto, que El Salvador no es Suecia, pero tambi¨¦n que los salvadore?os (de uno u otro color pol¨ªtico) tienen tantas ganas de paz y democracia como cualquier ciudadano de cualquier otro pa¨ªs democr¨¢tico.
Por si fuera poco, el discurso de Funes no despert¨® en los votantes de la derecha la alarma que ya tra¨ªan de f¨¢brica. Muy al contrario. El flamante ganador no hizo ni una menci¨®n al venezolano Hugo Ch¨¢vez, al boliviano Evo Morales o al ecuatoriano Rafael Correa, y en cambio s¨ª se mostr¨® partidario de "una pol¨ªtica exterior independiente" y quiso dejar claro desde el principio: "Quiero la integraci¨®n centroamericana y el fortalecimiento de la relaci¨®n con Estados Unidos".
Luego mand¨® un mensaje de tranquilidad a las Fuerzas Armadas -los viejos rivales de los viejos guerrilleros con quienes comparte partido-, y mir¨® al cielo para recordar unas palabras del arzobispo ?scar Arnulfo Romero, asesinado por soldados en 1980 en la capilla del hospital de La Divina Providencia, en San Salvador: "?l dijo que la Iglesia ten¨ªa una opci¨®n preferencial con los pobres. Eso har¨¦ yo. Favorecer a los pobres y a los excluidos". Desgraciadamente, a Mauricio Funes, hist¨®rico nuevo presidente de El Salvador, no le va a faltar trabajo.
30 a?os de lucha
- Origen. El Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN) surgi¨® en 1980 de la fusi¨®n de cinco grupos de la izquierda revolucionaria, estimulados por Cuba y el triunfo sandinista en Nicaragua. Toma su nombre de un dirigente comunista fusilado en 1932, tras una insurrecci¨®n popular.
- La guerra. Espoleado por la crisis econ¨®mica, los fraudes y asesinatos como el del arzobispo Romero, el FMLN lanza el 10 de enero de 1981 una ?ofensiva general? para derrocar al r¨¦gimen militar e instaurar un Gobierno ?socialista revolucionario?. Fue el inicio de una guerra de 12 a?os, que dej¨® 75.000 muertos.
- La paz. El fracaso de la ofensiva guerrillera de 1989; la ca¨ªda, ese mismo a?o, del muro de Berl¨ªn, y la derrota sandinista en 1990 precipitan las conversaciones de paz, que culminan en 1992 con los Acuerdos de Chapultepec (M¨¦xico) entre la guerrilla y el Gobierno de Alfredo Cristiani, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).
- La democracia. Como partido, el FMLN ha sido derrotado en tres elecciones (1994, 1999 y 2006) y ha sufrido escisiones de las corrientes socialdem¨®cratas. El pasado enero, logr¨® la mayor¨ªa relativa (35 de 83 esca?os) en los comicios a la Asamblea Legislativa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.