El d¨ªa que Juan Ram¨®n Jim¨¦nez se puso flamenco
Carmen Linares encandila en el teatro de la Zarzuela con su homenaje al poeta
Era un acto de amor. Y de coraje. De pasi¨®n hacia la obra de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, uno de los m¨¢s grandes poetas que ha dado la lengua castellana. Y de valent¨ªa porque nadie se hab¨ªa atrevido antes a ponerle m¨²sica a sus versos. No se puede, diagnosticaron los m¨¢s conspicuos sanedrines del arte flamenco. No encaja con los palos, no se puede acompasar. Vaya si se pod¨ªa. Al menos, si es la inmensa Carmen Linares quien afronta el reto y su guitarrista, Juan Carlos Romero, el que garabatea en las partituras.
Le faltaba el de Moguer para hincarle el diente. A lo largo de los a?os se hab¨ªa atrevido con Lorca, Machado, Borges, Miguel Hern¨¢ndez o Jos¨¦ ?ngel Valente, pero no con el autor de Animal de fondo. Con Ra¨ªces y alas, el disco que presentaba anoche en el honorable teatro de la Zarzuela, se ha desquitado a base de bien. Una obra completa meciendo las palabras de Juan Ram¨®n, perfil¨¢ndolas y a?adiendo salaz¨®n entre verso y verso, echando a volar el legado inabarcable de nuestro antepen¨²ltimo Premio Nobel.
'Ra¨ªces y alas' obtuvo el Premio de la M¨²sica al mejor disco flamenco
A do?a Carmen Pacheco Rodr¨ªguez, la corajuda, le ha salido redonda la jugada. El disco obtuvo hace unos d¨ªas el Premio de la M¨²sica a la mejor grabaci¨®n flamenca del a?o y el p¨²blico la aplaudi¨® con devoci¨®n anoche. Y eso que no hubo lleno, qui¨¦n sabe si porque hasta que escampe no estamos para muchos desembolsos.
L¨¢stima para quienes se quedasen con las ganas. En torno a Ra¨ªces y alas ha construido la de Linares un espect¨¢culo sobrio, emocionante y contenido, acaso por mantener el paralelismo con el poemario. Carmen es una Zenobia dolorosa y contrita con la voz tostada por la sabidur¨ªa. Tiene 57 a?os y ah¨ª la tienen: toda la vida sobre las tablas, toda la sensaci¨®n de que le quedan a¨²n muchas lecciones por impartir. Y que sean cuantas veces guste.
Dec¨ªa Juan Ram¨®n que no cre¨ªa en el arte para la mayor¨ªa. Le bastaba con que el poco ducho en materia po¨¦tica "se llene de su honda emanaci¨®n". Al flamenco le sucede algo parecido. Se requiere una cierta familiaridad para comprender que Llanto es un canto por buler¨ªas o que el escalofriante Con tu voz se rige por los patrones del martinete. Pero es imposible no conmoverse ante, por ejemplo, la belleza de ?lamo blanco, con independencia del apellido estil¨ªstico que la autoridad le adjudique.
Sobria fue tambi¨¦n la escenograf¨ªa, con los m¨²sicos de negro (menos Romero, presumiendo de violeta), la iluminaci¨®n tenebrista y las casas encaladas de Moguer. Linares, otras veces m¨¢s dada a la ch¨¢chara, ni siquiera toma la palabra; habla por boca del poeta, igual que el actor Miguel Palenzuela, responsable de los recitados. Pero no pierde ocasi¨®n para innovar, como con el delicioso d¨²o de violonchelos en Mares y soles. Juan Ram¨®n era poco hombre de alegr¨ªas, pero puede que anoche se le escapara alguna fugaz sonrisa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.