Contra el hambre y la pobreza

M¨¢s del 14% de la poblaci¨®n de nuestro planeta padece hambre extrema y m¨¢s de 50.000 personas se mueren de hambre cada d¨ªa viendo en la vitrina del primer mundo la abundancia y el despilfarro, y seguimos bostezando ante esas personas muertas, seres que expresan el sufrimiento m¨¢s all¨¢ de su figura inerte, m¨¢s all¨¢ del color de su piel.

Tan s¨®lo con una parte de lo ya entregado a las entidades m¨¢s poderosas de nuestro primer mundo, y a sus sabios directivos, habr¨ªamos acabado con la indignidad del hambre y la pobreza extrema, cientos de miles de seres humanos seguir¨ªan viviendo y para millones de personas la esperanza de vida tomar¨ªa otra dimensi¨®n en los pa¨ªses m¨¢s pobres, tambi¨¦n habr¨ªamos acabado con la repugnante corrupci¨®n que rompe a los pa¨ªses m¨¢s pobres mientras engorda a los que no debieran lucir sus riquezas.

Basta ya de tanta insensatez, recordemos que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos; seamos cuerdos y primero dediquemos el dinero a la vida. Podemos evitar la muerte por falta de alimento y la pobreza extrema. Este objetivo, que ya es prioritario para Naciones Unidas en sus Objetivos del Milenio, tambi¨¦n debe ser prioritario para todos los Gobiernos democr¨¢ticos, as¨ª como a la hora de ejercer nuestro derecho al voto.