Insidiar
La trama de espionaje de la Comunidad de Madrid se fragu¨® en los s¨®tanos de esta casa. En sombr¨ªos cub¨ªculos secretos, oscuros personajes, que se hac¨ªan pasar por periodistas, redactaron sus insidiosos informes, inventando una realidad que cuadraba con sus malvados planes. Todo es una gran mentira, una conspiraci¨®n que tiene entre sus objetivos el dominio del mundo comenzando por la Comunidad de Madrid, que les pilla m¨¢s a mano. Insidiaron, dice Granados, exhumando un verbo a la medida de la situaci¨®n. Insidiaron de forma sutil, elaborando con diferentes caligraf¨ªas partes de seguimientos que nunca existieron, o si existieron nunca fueron encargados. El hecho de que algunos presuntos espiados corroboren que lo fueron, no es m¨¢s que otra artima?a, qui¨¦n sabe, a lo mejor Prada o Cobo est¨¢n siendo chantajeados por agentes del SIPA, el siniestro Servicio de Informaci¨®n de EL PA?S, un grupo de expertos, reclutados entre antiguos alumnos de la Stasi, la ominosa polic¨ªa pol¨ªtica de la antigua Alemania Oriental, expertos en insidiar al servicio de intereses bastardos y criminales.
La cadena Telemadrid es un h¨ªbrido entre el cine fant¨¢stico y la teletienda pol¨ªtica
Para conocer el verdadero intr¨ªngulis de la trama, no hay que leer este peri¨®dico insidioso que destila veneno por todas sus p¨¢ginas, su tinta mancha y contamina a los esp¨ªritus puros. Para saber de d¨®nde vienen los tiros hay que recurrir a una fuente de informaci¨®n m¨¢s fiable como Telemadrid, una cadena que no sol¨ªa visitar con frecuencia pero que a partir de ahora ser¨¢ mi favorita; mucho m¨¢s entretenida que el canal de ciencia-ficci¨®n de la televisi¨®n de pago, Telemadrid es un h¨ªbrido entre el cine fant¨¢stico y la teletienda pol¨ªtica. El canal de la Esperanza, como el tel¨¦fono de la ¨ªdem, puede convertirse en un refugio para mentes febriles y adictos a las teor¨ªas de la conspiraci¨®n de andar por casa. Seguir sus programas informativos es acceder a un limbo en el que la realidad aparece lejana y velada por una cortina de... insidias.
Hace unos d¨ªas, no me pregunten cu¨¢ntos porque mi sentido del tiempo anda un tanto perturbado desde entonces, vi en la programaci¨®n nocturna y alevosa de Telemadrid, un especial, muy especial, informativo sobre la trama que nos ocupa y se me abrieron los ojos, s¨ªntoma inicial de un insomnio que no me ha dejado todav¨ªa. En el especial¨ªsimo espacio, un equipo de profesionales, no se sabe de qu¨¦ pero profesionales, expon¨ªan los resultados a los que hab¨ªan accedido tras largas semanas de investigaci¨®n. A diferencia de otros programas del g¨¦nero en el que se sugieren dudas o se exponen hip¨®tesis m¨¢s o menos veros¨ªmiles, el especial de Telemadrid estaba presidido por las m¨¢s absolutas de las certezas, verdades a machamartillo sobre el c¨²mulo de mentiras que unos informadores de este diario, en connivencia con algunos pol¨ªticos de la oposici¨®n a Esperanza Aguirre, dentro y fuera de su partido, hab¨ªan urdido para insidiar a la presidenta regional y a los suyos.
Uno de los problemas del periodismo de investigaci¨®n consiste en que si los investigados y sus partidarios descubren un m¨ªnimo fallo en un conjunto de aciertos se sienten autorizados a negarlo todo y a exigir inmediatas excusas por haber sido insidiados. Un trastoque de fechas, un error de transcripci¨®n, una minucia, bastan para elaborar fulgurantes y tonantes desmentidos. Aportar pruebas exculpatorias es otra cosa; ya se sabe que todos somos inocentes hasta que la justicia demuestre lo contrario y que para cuando la justicia acabe de pronunciarse sobre este caso ya habr¨¢ llovido mucho y siempre sobre mojado y los insidiados y sus insidias habr¨¢n sido olvidados, enterrados bajo el peso de otros esc¨¢ndalos m¨¢s recientes.
Telemadrid investig¨® a fondo este diario, tanto lo investig¨® que el ejemplar que aparec¨ªa en pantalla se ve¨ªa muy manoseado y abarquillado en los bordes y las im¨¢genes reproducidas de sus p¨¢ginas, borrosas y arrugadas. Al enemigo ni agua, es posible que los desinformadores del informativo no tuvieran m¨¢s que un ejemplar, por no haber querido gastarse ni un euro m¨¢s en la adquisici¨®n de otros ejemplares de este peri¨®dico para no contribuir a la financiaci¨®n de su conjura mundial cuyo terreno de pruebas es la Comunidad de Madrid. A Telemadrid s¨ª que la financiamos entre todos y si quieren saber qu¨¦ es lo que estamos financiando exactamente no tienen m¨¢s que asomarse a su programaci¨®n, no sin tomar antes ciertas precauciones para no ser abducidos por los encantos de G¨¹emes, la labia de Aguirre, o el insidioso discurso de sus lacayos.
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