Protegiendo a Camps

El Partido Popular no necesitar¨ªa recurrir a la estrategia de desacreditar cualquier actuaci¨®n judicial en el caso G¨¹rtel si estuviera en condiciones de responder a una ¨²nica pregunta: ?puede o no puede el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, acreditar fehacientemente el pago de los trajes que, seg¨²n consta en el sumario, le fueron ofrecidos por los miembros de la trama de corrupci¨®n dirigida por Francisco Correa?

Si puede, no tiene sentido que el PP trate de obstaculizar la investigaci¨®n judicial sembrando dudas sobre el magistrado que instruye el caso o sobre los imputados cuyas declaraciones comprometen a algunos de sus dirigentes; bastar¨ªa con que Camps presentase las facturas, las liquidaciones bancarias o cualquier otro documento acreditativo del pago. Y si no puede, tanto la responsabilidad institucional como la cautela pol¨ªtica exigir¨ªan del principal partido de la oposici¨®n un apoyo sin reservas para que el sumario siguiera su curso, a fin de determinar por otras v¨ªas de prueba la responsabilidad que corresponde a cada una de las personas que aparecen en ¨¦l.

Por m¨¢s que los populares traten de desviar la atenci¨®n sacando a escena a dirigentes como Federico Trillo -el peor ejemplo en cuanto a asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas se refiere-, lo que se sigue ventilando es la conexi¨®n que pueda existir entre un cargo electo, Francisco Camps, y una trama de corrupci¨®n desarrollada al amparo de Gobiernos y ayuntamientos gobernados por el PP. Ni se puede minusvalorar la dimensi¨®n de este asunto por la cuant¨ªa de los obsequios presuntamente aceptados por el presidente de la Generalitat valenciana, ni son de recibo explicaciones tan inveros¨ªmiles como la de que ¨¦ste tiene por costumbre desde hace a?os realizar sus pagos en met¨¢lico. El solo recurso a estos argumentos, como ha hecho Trillo, son prueba palpable de la escasa consideraci¨®n que merecen los ciudadanos al PP. Sobre todo porque, al llamar artificialmente la atenci¨®n sobre se?uelos tan inconsistentes, intenta ocultar que Camps no ha ofrecido hasta el momento la ¨²nica respuesta que se espera de ¨¦l y que dejar¨ªa a salvo su responsabilidad pol¨ªtica.

Puede que el PP est¨¦ considerando proteger a Camps hasta las elecciones europeas con la esperanza, en caso de victoria, de regresar a la letan¨ªa de que las victorias en las urnas equivalen a una absoluci¨®n ante la justicia. El propio Camps recurri¨® a este razonamiento al conocerse los hechos. S¨®lo que, sea cualquiera que sea el resultado de esos comicios, ning¨²n extremo quedar¨ªa zanjado. No s¨®lo porque esta estrategia pondr¨ªa en evidencia una instrumentalizaci¨®n del sistema democr¨¢tico como garant¨ªa para la impunidad, sino porque, en el trayecto, las eventuales responsabilidades pol¨ªticas de Camps se habr¨ªan proyectado sobre Rajoy, que lo habr¨¢ respaldado sin reparar en el coste para las instituciones, su honorabilidad y su prestigio.