"Almussafes ya tiene peso en Ford"
Pino y Naranjo reconstruyen el proceso del acuerdo de 2007 y su desbloqueo
El proceso que ha llevado a la asignaci¨®n del C-Max y el motor de gran cilindrada por parte de Ford a la factor¨ªa de Almussafes se inici¨® hace varios a?os. Y tiene dos protagonistas que han participado en todas las negociaciones con la direcci¨®n de la compa?¨ªa en Europa: Gonzalo Pino, 23 a?os al frente de la secci¨®n sindical de UGT en Ford, y Juan Luis Naranjo, responsable de Acci¨®n Sindical del mismo sindicato desde hace 18 a?os.
Uno de los problemas de la planta, seg¨²n Pino, era que no estaba presente en los foros de debate de la compa?¨ªa para incidir en las grandes decisiones. "Quienes pod¨ªan hacerlo no lo hicieron", refiere. UGT se plante¨® dar a conocer las condiciones en las que se estaba trabajando a la direcci¨®n de Europa para conseguir inversiones y, en consecuencia, productos. "Aqu¨ª no hab¨ªa nada que hacer y nos fuimos all¨ª", explica Pino. De acuerdo con los estudios realizados por el sindicato, exist¨ªa un gran desfase entre Almussafes y el resto de plantas.
"La supresi¨®n del tercer turno no es una contrapartida, se debe al mercado"
"En ese momento pod¨ªamos perderlo todo: terminaba la vida del Fiesta, la del Ka, el Mazda y el Focus ten¨ªan que renovar...", enumera Pino, quien recuerda la oposici¨®n de los sindicatos europeos a que accedieran a esa esfera. Las exposiciones del sindicato ante la direcci¨®n europea "demostraron unas capacidades que no conoc¨ªa el presidente de la compa?¨ªa". "No sab¨ªa tampoco del abandono de la factor¨ªa, con partes que se ven¨ªan abajo. Nos est¨¢bamos quedando anticuados y no pod¨ªamos cumplir ni el nivel de productividad que exig¨ªa Ford", expone.
La participaci¨®n de la direcci¨®n de Ford Almussafes, afirma Pino, fue "testimonial" en las negociaciones: "La compa?¨ªa los puso en la mesa, pero no participaban". Un grupo de ingenier¨ªa de la compa?¨ªa, junto al vicepresidente de Europa, visit¨® la planta y se puso a trabajar con el sindicato. La direcci¨®n de la planta no se incorpor¨® hasta el final.
Este trabajo, tras muchas horas de vuelo y muchas verificaciones por parte de la compa?¨ªa, culmin¨® en 2007 con un acuerdo firmado por el presidente de Ford Europa, John Fleming, y el propio Pino, que supon¨ªa una inversi¨®n de 425 millones y garantizaba el mantenimiento del empleo a los 7.500 trabajadores de la planta, as¨ª como una producci¨®n m¨ªnima anual de 350.000 unidades durante cinco a?os.
El deterioro de la econom¨ªa mundial estrope¨® ese escenario y la direcci¨®n europea congel¨® el acuerdo durante un a?o, hasta definir una estrategia, que se desvel¨® el pasado lunes: plataformas que hagan un solo producto para venderlo en el mundo. "Es un planteamiento puramente econ¨®mico", explica Naranjo. "Si preparas varias plantas para hacer lo mismo tienes que hacer varias veces la inversi¨®n", razona.
UGT temi¨® en ese lapso por el acuerdo. Adem¨¢s, lleg¨® el bloqueo del convenio por parte de Ford Almussafes. El sindicato puso en marchas medidas suaves para presionar. "Esas medidas son las que han provocado la reciente reuni¨®n con Fleming [el jueves 12]. Nos explic¨® que no hab¨ªa ning¨²n problema, sino s¨®lo un cambio debido a algo externo", revela Pino. "El acuerdo se va a cumplir en todas sus partes excepto en la que tiene que ver con el producto cuando se manda al mercado", subraya.
El C-Max es un coche exclusivo para Valencia que se va a exportar a los Estados Unidos. "Es un mercado muy fuerte y un producto prototipo en el mercado americano, por tanto, se abren unas expectativas tremendas", ampl¨ªa el secretario general. Pino incide en que Almussafes ser¨¢ la ¨²nica planta en el mundo que har¨¢ dos productos: el C-Max y el Fiesta, y, adem¨¢s, no descarta que pueda seguir fabricando una variante del Focus, ya que tiene la instalaci¨®n hecha. "Ser flexible es la garant¨ªa de futuro: somos la ¨²nica planta que, sin inversiones, puede aceptar todos los productos que tiene Ford en el mercado. Hoy tenemos un peso espec¨ªfico en la compa?¨ªa", remarca.
Pino considera dolorosa la supresi¨®n del tercer turno, pero rechaza que sea una contrapartida. "La consecuencia de pasar de tres a dos turnos la marca el mercado, no tiene nada que ver con el acuerdo", puntualiza, ya que a ca¨ªda de ventas est¨¢ alterando todas las plantas. "Queremos que el tercer turno se vuelva a poner en marcha cuando las exigencias del mercado lo requieran", postula. Pino apela al acuerdo, cuya filosof¨ªa es mantener el empleo. Fleming, se?ala, ha puesto en manos del sindicato la b¨²squeda de soluciones, y Pino apunta varias soluciones porque cree que manteniendo el n¨²mero de trabajadores podr¨¢n optar a aumentar en un momento dado la producci¨®n.
Entre ellas, reubicar trabajadores hacia el C-Max, que tiene mayor carga de trabajo (dos hora m¨¢s) debido a su complejidad, frenar la pol¨ªtica de subcontrataci¨®n y, para el resto, un expediente de regulaci¨®n temporal. Pino tambi¨¦n considera muy importante el plan de jubilaciones, ya que en los pr¨®ximos cinco a?os se producir¨¢n 1.500 jubilaciones en la planta. El impacto de la supresi¨®n del tercer turno puede afectar entre 6.000 y 7.000 trabajadores (unas 2.500 en el pol¨ªgono Juan Carlos I) en las industrias de la Comunidad Valenciana. Pino llama a utilizar todas las f¨®rmulas al alcance para que ese empleo no se pierda y se pueda recuperar en el momento en que la econom¨ªa repunte.
Cambio de mentalidad
La planta de Almussafes vive una situaci¨®n compleja. Mientras tiene un expediente de regulaci¨®n de empleo temporal en aplicaci¨®n y otro anunciado para la planta de motores (que afectar¨¢ a 455 trabajadores durante 75 d¨ªas) la empresa ofrece dos jornadas de trabajo con horas extra para satisfacer la demanda del nuevo Fiesta en Alemania. El secretario general de UGT en Almussafes, sindicato que posee el 80,63% de la afiliaci¨®n en la planta, considera que ¨¦sa es la situaci¨®n a la que hay que acostumbrarse.
Seg¨²n augura, el sector se va a mover en demandas de pico de sierra y ese va a ser el funcionamiento del mercado, tambi¨¦n en el resto de la industria hasta que se recupere la confianza y se reactive el mercado. "Tiene que haber un cambio de mentalidad en los sindicatos, en la empresa y en los trabajadores", defiende, ya que "no aceptar eso es renunciar a que la empresa tenga liquidez para mantener la producci¨®n". Seg¨²n explica, Alemania est¨¢ vendiendo un 24% m¨¢s de lo que se vend¨ªa el a?o pasado porque el Gobierno da 2.500 euros por la compra de un veh¨ªculo. "Este pico de demanda puede durar dos meses m¨¢s y hay que hacerlo ahora para mantenerlo", anota.
Ante el rechazo a trabajar el s¨¢bado del resto de sindicatos y la posibilidad de que la empresa desv¨ªe a otra planta esa producci¨®n, Pino llama a CC OO a hacer una reflexi¨®n sobre "una situaci¨®n de la que no se sale con la confrontaci¨®n". "El mundo ha cambiado y toca que los sindicatos, sin perder, asumamos una realidad para que en el futuro podamos hacer m¨¢s cosas".
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