China e India se disputan el ?ndico
Pek¨ªn organiza su protecci¨®n en torno a la estrategia del "hilo de perlas", formado con el establecimiento de bases, instalaciones comerciales y puertosEE UU es el pa¨ªs que m¨¢s invierte en la seguridad de la zona
En los mapas euroc¨¦ntricos el oc¨¦ano ?ndico suele llamar la atenci¨®n bastante menos que el Atl¨¢ntico. El Pac¨ªfico, aunque aparezca entrecortado, siempre impresiona por su inmensa extensi¨®n. Y, sin embargo, es el ?ndico la masa de agua sobre la que las potencias mundiales est¨¢n tratando m¨¢s de proyectar su influencia. La toma de posiciones en la regi¨®n provoca fricciones entre los principales actores y un incidente naval protagonizado por un barco militar estadounidense y cinco nav¨ªos chinos ha evidenciado la semana pasada que Pek¨ªn no est¨¢ dispuesto a aceptar el statu quo en las aguas del sur asi¨¢tico.
Por el ?ndico transita el 70% del tr¨¢fico mundial de petr¨®leo. Todos los recursos de Oriente Pr¨®ximo y ?frica que alimentan el crecimiento de India y China pasan por ah¨ª, al igual que gran parte de las exportaciones de los dos gigantes asi¨¢ticos. Conscientes de la relevancia estrat¨¦gica del ¨¢rea y de sus rutas comerciales, Pek¨ªn y Nueva Delhi est¨¢n impulsando una significativa potenciaci¨®n de sus fuerzas navales.
Por el oc¨¦ano ?ndico transita el 70% del tr¨¢fico de petr¨®leo
Las exportaciones de los dos gigantes asi¨¢ticos utilizan las mismas aguas
Ambos pa¨ªses van a reforzar sus flotas con portaaviones en los pr¨®ximos a?os
China, adem¨¢s, lleva a?os desarrollando sin clamores una pol¨ªtica que parece inspirada en el hist¨®rico ejemplo de la Rep¨²blica de Venecia y bautizada como el "hilo de perlas": una serie de bases, instalaciones comerciales y puertos ubicados en el arco superior del ?ndico y concebidos para mejorar el control de las aguas de la zona y la protecci¨®n del comercio. India observa con recelo lo que algunos interpretan como un acorralamiento.
A las inevitables fricciones con el vecino indio, Pek¨ªn a?adi¨® la inusual diatriba con Washington. El incidente en las aguas del mar de China del Sur fue calificado por el director de Inteligencia Nacional de EE UU, Dennis Blair, como el encontronazo bilateral "m¨¢s grave en los ¨²ltimos ocho a?os". "China parece estar adoptando una actitud m¨¢s agresiva, m¨¢s militar", dijo Blair, al comentar el episodio en el Senado.
El asunto ha causado cierto revuelo. Washington elev¨® una protesta oficial frente a la "agresi¨®n" sufrida por su nav¨ªo, un buque de prospecci¨®n de submarinos, que navegaba a unas 75 millas de la importante base naval china de Yulin, en la isla de Hainan. Pek¨ªn, que tiene en esa base submarinos nucleares, rechaz¨® las acusaciones, alegando que neg¨® paso al buque de EE UU porque hab¨ªa violado su espacio mar¨ªtimo; oficiales chinos tildaron de "villanos" a los estadounidenses.
Un par de d¨ªas despu¨¦s, seg¨²n public¨® el peri¨®dico en ingl¨¦s China Daily, el presidente Hu Jintao llam¨® a sus militares a "defender firmemente" los intereses nacionales. El diario tambi¨¦n se hizo eco poco despu¨¦s de la intenci¨®n de la c¨²pula militar china de dotar de portaaviones a su flota, de los que actualmente carece. Y, el fin de semana pasado, EE UU envi¨® un destructor a la zona para proteger el barco acosado.
"La proyecci¨®n de China en el ?ndico est¨¢ motivada por la imperiosa exigencia de proteger y facilitar la importaci¨®n de recursos energ¨¦ticos necesarios para respaldar su crecimiento", afirma Robert Kaplan, investigador del Center for a New American Security, en una conversaci¨®n telef¨®nica desde EE UU. "?ste es un objetivo que China perseguir¨¢ con todas sus fuerzas", a?ade Kaplan, que est¨¢ escribiendo un libro sobre el oc¨¦ano ?ndico y que acaba de publicar un amplio an¨¢lisis sobre su relevancia en la revista Foreign Affairs.
De ah¨ª que Pek¨ªn, por un lado, ya no tolera ciertas maniobras estadounidenses en aguas del sur de Asia y, por el otro, centra su creciente esfuerzo militar en la Armada. "En la pr¨®xima d¨¦cada, la flota militar china tendr¨¢ m¨¢s buques de guerra que la estadounidense. El Pent¨¢gono conservar¨¢ la superioridad tecnol¨®gica, pero los n¨²meros, en mar, son importantes", dice Kaplan. En los ¨²ltimos a?os, Pek¨ªn ha adquirido, entre otros, ocho submarinos de fabricaci¨®n rusa.
"Es cierto que China, como India, ha estado invirtiendo de manera bastante masiva en fuerzas navales", opina Jason Alderwick, experto del Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos de Londres. "Pero habr¨¢ que ver c¨®mo la crisis afectar¨¢ esas ambiciones. En todo caso, incluso si China lograra tener un portaaviones en los pr¨®ximos 10 o 15 a?os y aumentara el n¨²mero de nav¨ªos militares, no creo que pueda anular la distancia con EE UU. Est¨¢n a generaciones de distancia".
Si el presupuesto militar chino crece ¨²ltimamente a tasas de entre el 15% y el 18%, m¨¢s ambicioso todav¨ªa es el plan del "hilo de perlas". "China avanza en esa estrategia de manera inexorable, met¨®dica", dice Kaplan. Ello naturalmente implica un profundo trabajo diplom¨¢tico de estrechamiento de relaciones con pa¨ªses de la zona, y un importante desembolso econ¨®mico para la construcci¨®n de infraestructuras como el puerto de Guadar, en Pakist¨¢n. Ubicado a escasa distancia del estrat¨¦gico estrecho de Ormuz, el gigantesco proyecto se funda en financiaci¨®n e ingenier¨ªa chinas. Para contemplar la importancia de esa perla, el primer ministro chino, Wen Jiabao, fue a visitarla cuando se complet¨® la primera parte del proyecto. Los trabajos siguen. Otras perlas est¨¢n en fase de planificaci¨®n, construcci¨®n o acabadas en varios pa¨ªses de la regi¨®n, como Sri Lanka, Bangladesh y Myanmar (la antigua Birmania), cuyas costas China plantea interconectar con su provincia de Yunnan.
El esfuerzo y la inversi¨®n indios tambi¨¦n son importantes. Nueva Delhi cuenta con a?adir a su flota tres portaaviones y tres submarinos nucleares para 2015. Pero Estados Unidos, con sus muchos aliados, sigue siendo el principal actor de seguridad en la zona, aunque Pek¨ªn no parece dispuesto a permanecer en un papel subalterno.
M¨¢s all¨¢ de qui¨¦n tuviera la raz¨®n jur¨ªdica, el incidente de la semana pasada es un mensaje novedoso y claro. "Los estadounidenses ven su conducta como leg¨ªtima, pero China parece haberla vivido como un desaf¨ªo a su autoridad", dice Alderwick. M¨¢s all¨¢ de los hechos, "hay una l¨®gica eminente detr¨¢s de la pol¨ªtica china. Pek¨ªn necesita proteger l¨ªneas de abastecimiento vitales. Creo que, fundamentalmente, lo que est¨¢n haciendo es leg¨ªtimo. No es nada que EE UU no haya venido haciendo desde 1946 en adelante", concluye Alderwick.
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