Trabilla Camps
Imagino al se?or Camps recorriendo en calzoncillos y calcetines su amplio vestidor, abriendo y cerrando cajones, eligiendo camisas, extendi¨¦ndolas sobre la cama, sacando luego el surtido de corbatas, coloc¨¢ndolas sobre las camisas, deteni¨¦ndose a reflexionar: ¨¦sta ps¨¦, ¨¦sta no, ¨¦sta...
Lo han pillado ustedes, si es que lo han pillado. La escena pertenece a la pel¨ªcula American gigolo, de Paul Schrader, y sirve para definir el personaje del chulo encarnado -muy bien, sobre todo por detr¨¢s- por un joven y lozano Richard Gere, que hallaba al final su redenci¨®n. Remont¨¢ndonos, podr¨ªamos incluso decir que la secuencia se inspira en la novela de Scott Fitzgerald, El gran Gatsby. La veneraci¨®n de Jay Gatsby por sus camisas forma parte de la imaginer¨ªa del Sue?o Americano, actual pesadilla para todos.
Gere evolucionaba por la habitaci¨®n con sus m¨ªticos andares, mientras escuchaba m¨²sica de la ¨¦poca, los ochenta. Al se?or Camps le veo m¨¢s cl¨¢sico, con un fondo de Nino Bravo, que en paz descanse, y maldiciendo en arameo porque su sastrecillo valiente no le ha enviado a tiempo el pantal¨®n con la trabilla italiana que le ci?e por detr¨¢s, permiti¨¦ndole unas posturitas impecables. ?Puede un caballero as¨ª presidir una Comunidad tan importante como la valenciana? Puede. Es m¨¢s, posiblemente le votar¨ªan de nuevo, por salao.
Confieso que lo de la trabilla es lo que menos entiendo de todo este enredo. S¨ª s¨¦, no obstante, que el Partido Popular, como si viera llover dentro de casa y no le importara, va a convertir las importantes manifestaciones callejeras contra Todo Esto, que se anuncian para la reuni¨®n del G-20 en Londres, en estricta responsabilidad de Zapatero. Y de ah¨ª a que tengamos una oposici¨®n antisistema y al propio tiempo tolerante con sus esc¨¢ndalos, y que, encima, no est¨¦ loca, sino lela, no hay m¨¢s que un paso.
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