?A la 'mani'!
Desde que la revoluci¨®n industrial cambi¨® la cara del mundo, la manifestaci¨®n ha sido el ¨²ltimo recurso obrero, generalmente unido a la huelga. Pero ahora eso ha cambiado.
En los tiempos cl¨¢sicos, la desesperaci¨®n empezaba en casa, cuando la mujer le dec¨ªa al marido que ganaba poco y no pod¨ªa mantener a los hijos. La mujer del obrero era entonces la primera sirena social y la que lanzaba la primera bronca (eso no ha cambiado tanto: lo que pasa es que ahora los obreros son ambos). El abroncado se encontraba en la f¨¢brica con otros m¨¢s abroncados a¨²n, se creaba un comit¨¦, se celebraban asambleas, se hablaba con el patrono, el patrono dec¨ªa que le acababan de operar del o¨ªdo y al final todo desembarcaba en la calle, entre adoquines, banderas rojas, barricadas y a veces muertos. Hubo una poes¨ªa social que nac¨ªa justamente de eso: el poeta aparec¨ªa desnudo en la barricada, para devolver a los muertos la dignidad y la memoria, cuando entre los adoquines ya no quedaba nadie con vida, ni lanzando un grito, ni alzando una bandera. El poeta escrib¨ªa para la memoria popular y los hijos de los muertos.
En tiempos de Franco los h¨¦roes de las 'manis' llevaban las banderas ocultas bajo la americana
La manifestaci¨®n cl¨¢sica, la que hizo nacer el Primero de Mayo en el mundo, no s¨®lo ten¨ªa dignidad humana y po¨¦tica, sino tambi¨¦n dignidad pict¨®rica. Los a?os nos han dejado grandes cuadros en los que vemos a los obreros avanzando con la chaqueta sobre el hombro, a veces acompa?ados de sus mujeres, alzando una bandera roja y con la mirada perdida en un futuro que, al parecer, s¨®lo ve¨ªan ellos y la Historia. El gran Ramon Casas nos ha legado tambi¨¦n la visi¨®n de la calle, el obrero en el suelo, la bandera rota, el caballo del guardia civil y el sable del guardia civil, s¨ªmbolo del pa¨ªs en orden. En fin, la huelga y la manifestaci¨®n cl¨¢sicas siempre fueron obreras, angustiosas, valientes y, por lo general, de mal pron¨®stico.
Luego las cosas empezaron a cambiar, en el sentido de que las manifestaciones tuvieron que transformarse en maravillosos ejercicios de estrategia. Por suerte, la mayor¨ªa de ustedes no lo han vivido, pero en tiempos de Franco las manifestaciones estaban prohibidas y las autoridades dec¨ªan que hasta las maldec¨ªa el Papa. La mani ten¨ªa que organizarse a base de boca a oreja, panfletos clandestinos y h¨¦roes que llevaban las banderas ocultas bajo la americana. Los grupos se iban formando en el lugar acordado, la poli los disolv¨ªa a porrazos, los grupos se rehac¨ªan m¨¢s all¨¢ y lograban organizarse a saltos, como quien corre un marat¨®n obrero, con conatos de manifestaci¨®n que a veces acababan en una iglesia como ¨²ltimo refugio. Las autoridades franquistas lograron el milagro de unir por primera vez a los obreros y a los curas, y ese ¨¦xito espiritual ya no se lo quita nadie.
Tambi¨¦n pertenec¨ªan -y pertenecen- al mundo cl¨¢sico las manifestaciones de estudiantes, siempre dispuestos a mirar hacia arriba y ver que algo no va bien en las nubes de Espa?a. Creo que las manifestaciones de estudiantes no cambiar¨¢n nunca y que con raz¨®n o sin ella, como en la Legi¨®n, siempre ser¨¢n m¨¢s o menos idealistas, o sea, defender¨¢n cosas que no pasan por caja. Los se?ores biempensantes -cajeros- siempre han dicho que los estudiantes se curan con la edad, pero siempre vienen otros que no se han curado todav¨ªa.
Como he dicho antes, las cosas son distintas ahora. ?Qu¨¦ co?o es eso de que s¨®lo se manifiesten los obreros pidiendo pan? Hoy vemos a los homosexuales pidiendo amigo, a lesbianas pidiendo amiga, a agricultores pidiendo subsidios (en compa?¨ªa de sus corderos y vacas, que les dan la raz¨®n), a bomberos pidiendo regulaciones y a se?oras embarazadas que piden abortos sin que se entere su m¨¦dico. Hasta los guardias civiles se han manifestado, tras o¨ªr que el Gobierno les ped¨ªa que, al menos, no llevaran uniforme ni armas. No han faltado ni los magistrados y jueces, aunque al menos no han arrastrado por los adoquines sus togas de Se?or¨ªas. Pero alerta, porque la cosa no va a terminar aqu¨ª. Se dice que van a manifestarse los peque?os empresarios porque no les dan cr¨¦ditos, o sea que ahora tendremos, al menos, manifestantes con corbata. Y si el Gobierno obliga a dar cr¨¦ditos, lo mismo se manifiestan los se?ores banqueros Gonz¨¢lez y Bot¨ªn diciendo que no tienen un euro para ayudar al pr¨®jimo. Y lo mismo al Gobierno le suena mal y me los corre a porrazos.
Amigos, ?quedan manifestaciones cl¨¢sicas, a base de banderas rojas, obreros en camiseta y esposa de obreros dando de mamar al hijo? Seguro que lo de hoy es el progreso, seguro que es la libertad. Seguro que es que ya no nos conoce nadie.
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