Sin Freire pero con Armstrong
El c¨¢ntabro, con dos costillas rotas, ver¨¢ por la tele el regreso del tejano en 'la Sanremo'
Es viernes, acaba de llegar la primavera y ?scar Freire no est¨¢ en Mil¨¢n, una incongruencia casi tan incongruente como el hecho de que se haya roto un hueso -bueno, dos; dos costillas- por primera vez en su carrera ahora que tiene 33 a?os y ya lleva m¨¢s de diez jug¨¢ndose el tipo. La Mil¨¢n-San Remo, la Sanremo como se la conoce popularmente por el nombre en italiano, una sola palabra, de su ciudad de destino; la cl¨¢sica fetiche del ciclismo espa?ol, cumple 100 a?os y Freire, que la ha ganado dos veces, la ver¨¢ por televisi¨®n desde su casa de Suiza.
A Freire le quedan dos grandes objetivos que se le resisten: convertirse en el corredor espa?ol con m¨¢s sanremos (est¨¢ empatado a dos con Miguel Poblet) y el ¨²nico en el mundo con cuatro t¨ªtulos mundiales (lleva tres). El primero se retrasar¨¢, al menos, un a?o. Lo suficiente para deprimir al m¨¢s optimista. Pero no al c¨¢ntabro de Torrelavega. "He tenido suerte de no haberme roto nada antes cuando otros casi se rompen un hueso al a?o", dice Freire, de buen conformar, una filosof¨ªa vital que la experiencia no ha hecho m¨¢s que ratificar. "No hay mal que por bien no venga. Y prefiero romperme ahora que no a final de a?o. En 1999 gan¨¦ mi primer Mundial despu¨¦s de haberme pasado lesionado casi toda la temporada. Y ¨¦sta, en la que no s¨¦ cu¨¢ndo volver¨¦, posiblemente ya en mayo, seguramente llegue con m¨¢s ilusi¨®n que otros a?os al Tour para tratar de repetir el maillot verde [al mejor por puntos, por regularidad, en las llegadas]. Porque el cansancio no se nota en las piernas, sino en la cabeza, y as¨ª estar¨¦ m¨¢s fresco", a?ade.
Su calma, inhabitual en un deportista, una especie que se comporta como un le¨®n enjaulado llegado el momento de la rehabilitaci¨®n, la refuerza su esposa, Laura, que tambi¨¦n rompe el t¨®pico que quiere que la mujer de un deportista no le aguante en casa m¨¢s de lo estrictamente necesario. "Ella misma me dice que me lo tome con calma, que no regrese hasta que est¨¦ totalmente recuperado", explica Freire; "y yo estoy de acuerdo. Si fuera m¨¢s joven, volver¨ªa la pr¨®xima semana misma a la Vuelta a Castilla y Le¨®n, pero lo ¨²nico que puedo ganar es que una ca¨ªda me reabra las fracturas. Si no estoy bien para vencer, no tiene sentido correr. Y lo mismo me planteo para la del Pa¨ªs Vasco y las cl¨¢sicas de abril. Si no estoy bien, no voy con mentalidad para pasar el peligro s¨®lo por sobrevivir. Y me encantar¨ªa correr el Giro, pero s¨®lo si me veo con posibilidades de ganar etapas".
Su experiencia como espectador -"he visto la Tirreno-Adri¨¢tico, mi especialidad, y la Par¨ªs-Niza de Alberto Contador", dice- le permite aventurar un an¨¢lisis sobre lo que ocurrir¨¢ hoy en los casi 300 kil¨®metros que llevan desde el castillo Sforzesco del centro de Mil¨¢n hasta el lungomare (paseo mar¨ªtimo) Italo Calvino, en el florido Mediterr¨¢neo de San Remo. "Como yo no estoy", dice Freire, "la carrera va a ser m¨¢s loca. Mi equipo, el Rabobank, no estar¨¢ para controlar y no veo a muchos otros con capacidad o voluntad de hacerlo, por lo que es probable que no haya sprint, que Bennati o Petacchi se queden con las ganas. Una escapada de siete u ocho, no m¨¢s, puede llegar".
Cobrar¨¢ entonces protagonismo la Cipressa, la pen¨²ltima subida, tras los Cabos y antes del Poggio. Y all¨ª, subiendo y, sobre todo, bajando, podr¨ªan marcar diferencias dos espa?oles, Juan Antonio Flecha, compa?ero de Freire, y Luis Le¨®n S¨¢nchez, reciente ganador de la Par¨ªs-Niza. "Flecha necesita ser m¨¢s vivo, menos generoso, y Luis Le¨®n tiene fuerza de sobra, pero le falta experiencia para colocarse bien", matiza Freire.
No habla Freire de Lance Armstrong, que hace seis a?os que no disputaba la Sanremo y que regresa a Europa en una cl¨¢sica que nunca le ha ido bien. "Va a ser muy peligrosa", dice el tejano, que se mostr¨® feliz por volver a Italia, aunque s¨®lo se ve con fuerzas para sobrevivir: "Mi ¨²nica ambici¨®n es tener un d¨ªa seguro".
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