Mangouras "agrav¨® la magnitud del siniestro"

Toda la responsabilidad de una de las mayores cat¨¢strofes ecol¨®gicas jam¨¢s ocurridas en Espa?a recae, en el auto de la juez Carmen Veiras, en el anciano y enfermo capit¨¢n del Prestige. Apostolos Mangouras es acusado no s¨®lo de desobediencia a las autoridades espa?olas por dificultar y demorar las operaciones de amarre del barco tras su accidente, lo que "agrav¨® las consecuencias del siniestro", sino del lamentable estado de un petrolero monocasco que, cuando estaba destinado al desg¨¹ace, emprendi¨® la ruta desde San Petersburgo cargado con 77.000 toneladas de fuel-oil.

En el auto que cierra la instrucci¨®n del caso, la juez destaca que Mangouras fue en sucesivas etapas, entre los a?os 2000 y 2002, capit¨¢n del viejo petrolero, "conociendo por tanto el estado de la nave". "Se ha acreditado que el estado de mantenimiento del buque no era el m¨¢s adecuado" y es responsabilidad directa del capit¨¢n "el no asegurarse de la operatividad de los dispositivos del remolque de emergencia y mantenimiento de las dem¨¢s instalaciones".

Al anciano capit¨¢n se le imputan adem¨¢s las deficientes inspecciones que pas¨® el petrolero y, sobre todo, que no se revisase en Dubai, unos meses antes de su ¨²ltima traves¨ªa, el tanque de lastre n¨²mero tres en el que hab¨ªa mayor "riesgo de corrosi¨®n". ?se fue el que se rompi¨® cuando se accident¨® frente a Fisterra. El Prestige, escorado y a la deriva, perdi¨® desde un principio miles de toneladas de fuel.

ABS, exculpada

"El inspector Sr. Kim dijo que no se inspeccion¨®" porque se lo coment¨® el capit¨¢n, rese?a la juez. En este sumario qued¨® libre de cualquier responsabilidad la compa?¨ªa norteamericana ABS que certific¨® la navegabilidad del Prestige. Sin embargo s¨ª consta como prueba un fax remitido a esa sociedad en agosto de 2002, tres meses antes de la cat¨¢strofe, en el que el anterior capit¨¢n alerta de que su tanque n¨²mero tres "estaba afectado por una alarmante corrosi¨®n".

Para la juez de Corcubi¨®n, Apostolos Mangouras, y en menor medida sus dos mandos, no mantuvieron operativos los medios de remolque del petrolero y no facilitaron que fuese amarrado. El capit¨¢n tard¨® m¨¢s de seis horas en aceptar la orden de las autoridades espa?olas para que el Prestige, herido, vertiendo fuel y a la deriva "con riesgo de embarrancar" cerca de la costa, fuese remolcado. Una operaci¨®n de amarre, que de noche y en medio de un fuerte temporal, tard¨® m¨¢s de doce horas, debido al mal estado de los medios a bordo. "Otras decisiones posteriores al siniestro contribuyeron a su magnitud", insiste la juez en las imputaciones.