El coro canta las cuarenta
Tras asistir al magn¨ªfico concierto que la Orquesta Sinf¨®nica de la Ciudad de Atenas ofrece en el Auditorio Nacional, organizado por la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid, veo en un telediario al coro del Teatro Real cantando en la calle -quien canta su paro espanta- para protestar por su situaci¨®n laboral. Comentemos, en primer lugar, la ira jupiterina del coro del Teatro Real. El tenor alem¨¢n Peter Seiffert se ha sumado a la protesta cantando en la calle fragmentos de la obra Tannh?user, de Wagner, que representan en el Real. La crisis va a por los coristas, que se defienden en la calle con sus maravillosas voces. Declara la corista Teresa Yerro que han trabajado en el Real diez a?os en r¨¦gimen de subcontrata. Y ahora la direcci¨®n del Real les propone que se conviertan en asociaci¨®n para poder as¨ª renovar su contrato, que vence -vaya iron¨ªa del lenguaje- en agosto.
?C¨®mo anda de bandas de m¨²sica Madrid? ?Y San Agust¨ªn de Guadalix? ?Y Villaconejos?
El coro se ha ampliado a 85 voces para cantar el Tannh?user. El Teatro Real pretende prescindir de 60 trabajadores. Los futuros contratos se firmar¨ªan por audici¨®n de obra. ?Se puede montar un coro de ¨®pera por audiciones, sin pisar la escena? Por supuesto, se puede. Tambi¨¦n se les puede amputar a los coristas las cuerdas vocales y ponerlos luego a hacer gorgoritos. Los coristas se indignan y responden que en los montajes del Real es fundamental moverse en la escena. Llevan a?os trabajando as¨ª, movi¨¦ndose en la escena. Seg¨²n el corista Manuel Cerezo, ¨¦ste es el ¨²nico coro subcontratado del mundo. Estos coristas nos han dado la m¨¢s exquisita lecci¨®n de protesta: han cantado para defender su trabajo. Si yo fuera poeta de estirpe plat¨®nica, como lo fue Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, que amaba hasta a los alcornoques m¨¢s que a las personas -es una caracter¨ªstica muy propia de plat¨®nicos-, dir¨ªa que sus voces han estremecido hasta a los m¨¢s p¨¦treos ¨¢rboles.
?Y qu¨¦ ocurri¨® en el concierto de la Orquesta Sinf¨®nica de la Ciudad de Atenas? Sucedi¨® lo esperado: que esta espl¨¦ndida orquesta obtuvo un ¨¦xito rotundo con el Concierto para clarinete y orquesta, K. 622, de Mozart, el Concierto para orquesta, de Gershwin, y la Sinfon¨ªa n? 2, Op. 27, de Rachm¨¢ninov. Dirigi¨® la orquesta el maestro Nicos Azinaos. Solistas: Janis Vacarelis, un espl¨¦ndido pianista nacido en Sal¨®nica, y Dionisios Gramenos, un clarinetista de 19 a?os nacido en Corf¨². ?C¨®mo anda de bandas de m¨²sica Madrid? ?Y San Agust¨ªn de Guadalix, ahora tristemente c¨¦lebre por dos cr¨ªmenes recientes? ?Y Villaconejos, un municipio famoso en el mundo entero por sus liebres? Lo ignoro. Pero por lo que respecta a Corf¨², la helenista Alicia Villar Lecumberri, que residi¨® en esta isla, me cuenta que la isla de Corf¨² tiene... ?18 bandas de m¨²sica! En ese ambiente musical se cri¨® el clarinetista Dionisios Gramenos. Do?a Sof¨ªa, que lleva la m¨²sica inyectada en vena, asisti¨® al concierto. Tambi¨¦n acompa?¨® a la orquesta en su noche de gloria Nikitas Caclamanis, a quien nosotros llamamos "alcalde de Atenas", pero a quien los griegos llaman "alcalde de los atenienses". Hay una gran diferencia.
?Qu¨¦ dice la tarjeta de visita de Nikitas Caclamanis, un vital¨ªsimo y triling¨¹e m¨¦dico onc¨®logo, ex parlamentario europeo y ex ministro de Salud y Solidaridad Social, que ven¨ªa de intervenir, en Barcelona, en el Foro del Banco Europeo de Inversi¨®n 2009 con la ponencia Coming together: metropolitan and urban infrastructure? (Viniendo juntos: ?infraestructura metropolitana y urbana?). La tarjeta dice: "D¨ªmarjos ton Azineon" ("Alcalde de los atenienses").
El embajador de Grecia, Yorgos Gabrielidis, explica que en toda Grecia, desde la antig¨¹edad, se mantiene para el alcalde la denominaci¨®n de los habitantes y no la de la ciudad porque el d¨ªmarjos, el alcalde, es el arjos, el soberano del demos -pronunciado "dimos" en griego moderno- , o sea, del pueblo.
El alcalde de Atenas cen¨® en La Favorita, un restaurante navarro de la calle Covarrubias donde los camareros, para deleitar a los clientes, cantan ¨®pera. Y son magn¨ªficos cantantes. Esta polivalencia laboral del, por ejemplo, cantante de ¨®pera y camarero Sergio Bulat la explica muy bien en su excelente libro El arte de inventarse profesiones. Destacar en un mundo laboral en crisis.
Y que el coro del Teatro Real siga cantando las cuarenta de oros, copas, bastos y espadas. Y, por supuesto, hoy, que vuelve la primavera, que cante Espadas como labios, un t¨ªtulo de un libro de poemas de Vicente Aleixandre, nuestro premio Nobel cuya vivienda se va a derruir para verg¨¹enza del alcalde de Madrid y de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Queda demostrado que al alcalde y a la presidenta este templo de la inteligencia les ofende lo mismo que le ofende al arzobispo de Madrid, Rouco Varela, que sigue directrices -seamos muy suaves- del irresponsable Papa de Roma, el uso de los preservativos.
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