El dise?o escandinavo en los genes

Mallorca ofrece todav¨ªa buenos argumentos para atraer al turismo europeo en las cuatro estaciones del a?o. Eso lo saben perfectamente los suecos Johanna y Mikael Landstr?m, propietarios rejuvenecedores de un antiguo hotelito frente al puerto de S¨®ller. El buen clima, las vistas al mar y el dise?o escandinavo en los genes bastan para asegurar el futuro de su negocio. Una torre de estilo mallorqu¨ªn recuerda lo que queda de mediterr¨¢neo en el primitivo edificio. Por dentro, un minimalismo colorista de pr¨ºt-¨¤-porter introduce el plus de fusi¨®n que pretenden sus nuevos due?os. El barniz culto corre a cargo de la galer¨ªa ?mells, de Estocolmo, que mantiene viva la Espl¨¦ndido Hotel Art Collection con pinturas de Torsten Esbj?rnsson y Mogens Lohmann.

Tras el mostrador de recepci¨®n, una composici¨®n abstracta de espejos circulares encuadra el movimiento del personal, muy joven y animoso, de blanco impoluto, aunque s¨®lo habla ingl¨¦s. Los espacios se suceden a un lado y a otro, luminosos, vitales. El lounge, en un extremo, se caracteriza por su buen ambiente nocturno, al igual que las terrazas de la calle. Cenar en el bistr¨® no resulta nada del otro mundo, pero s¨ª en esa magn¨ªfica atalaya que es la piscina, atendida a todas horas, con un simp¨¢tico chiringuito que mira de frente a un peque?o spa, nutrido de cosm¨¦ticos Kertin Florian. A sus pies se descuelgan unos jardines verticales especialmente floridos en primavera.

Bals¨¢micas, adem¨¢s de las aguas, son tambi¨¦n las habitaciones, en blanco y verde, luminosas, mediterr¨¢neas, vibrantes, de una est¨¦tica pop modernizada. Alegres estampados en las paredes, l¨¢mparas divertidas, sillones y butaquitas azules, naranjas y p¨²rpuras... Mobiliario de batalla para familias con ni?os, resueltas a pasar poco tiempo en ellas: la playa llama m¨¢s. De noche es una gozada dormir con las ventanas abiertas de par en par, arrullados por el oleaje marino. M¨²sica a¨²n m¨¢s downtempo que la mezclada en el CD elaborado para este hotel y el Portitxol palmesano, de venta en la recepci¨®n.

Si hubiera que elegir alguna nos decantar¨ªamos por las habitaciones de la segunda y tercera planta, con terrazas abiertas al mar y dos tumbonas en su extensi¨®n. Cada poco pasa el tren tur¨ªstico que recorre el paseo mar¨ªtimo, hoy convertido en peatonal.

Desde este mirador privilegiado sobre el puerto de S¨®ller, con los veleros fondeados en primer plano y la bocana detr¨¢s, refugio natural del turismo n¨¢utico en el norte de Mallorca, se tiene la percepci¨®n de vivir en un lugar ¨²nico. Espl¨¦ndido, como el hotel.