Cristiano, Bugs Bunny y Florentino P¨¦rez
- "Una vez le pregunt¨¦ a un amigo italiano por qu¨¦ ve¨ªa tanto f¨²tbol ingl¨¦s y me contest¨®: 'Porque no paran
durante los 90 minutos".
Bobby Charlton, ex jugador del Manchester United e Inglaterra.
Ram¨®n Calder¨®n emergi¨® esta semana de la tumba que ¨¦l mismo se cav¨® para contarnos en la cadena SER que Cristiano Ronaldo fichar¨ªa por el Real Madrid en verano. El prop¨®sito del ex presidente del club fue dejar claro que su n¨¦mesis y probable sucesor, Florentino P¨¦rez, no deber¨ªa recibir las gracias en el caso de que el portugu¨¦s abandone el Manchester United por el Madrid. Porque fue ¨¦l, Calder¨®n, quien le at¨®.
Lo pat¨¦tico del caso es que, una vez m¨¢s, Florentino, sin mover un dedo, le ha ganado la partida. El pobre Calder¨®n nos recuerda a aquel obstinado cazador en los dibujos animados de Bugs Bunny. Una y otra vez, el cazador intenta pillar a Bugs, pegarle un tiro y acabar con ¨¦l, pero, una y otra vez, de manera infalible, Bugs, fr¨ªo como una zanahoria, se sale con la suya. El cazador vuelve y vuelve a intentarlo, no se rinde nunca, pero el tiro siempre le sale por la culata.
Con sus declaraciones sobre Cristiano, Calder¨®n ha hecho dos favores a P¨¦rez. Primero, si el jugador ficha por el Madrid, es posible que no d¨¦ el resultado esperado y, en ese caso, P¨¦rez tendr¨¢ una coartada. No fui yo. Esto se consum¨® en un acuerdo previo a mi llegada. Pero, segundo y m¨¢s importante (y m¨¢s en serio), Calder¨®n ha dado a P¨¦rez, sin querer, una sana advertencia. Le habr¨¢ hecho reflexionar sobre la viabilidad de fichar al bal¨®n de oro portugu¨¦s. Porque, como Calder¨®n demostr¨® durante sus dos a?os y medio en la presidencia, un fichaje suyo era una garant¨ªa de despilfarro. Donde pon¨ªa el ojo, fallaba, con pocas excepciones, el tiro.
Reflexionemos un poco sobre Cristiano, que se supone que costar¨ªa unas tres veces lo que cost¨® Fernando Torres al Liverpool. Una de las lecciones que Florentino puede haber extra¨ªdo de su ¨¦poca gal¨¢ctica es que hay que fichar jugadores que poseen una fuerte personalidad competitiva, adem¨¢s de un gran talento. En este terreno, con Cristiano, afloran las dudas.
Mete goles por un tubo contra los Bolton Wanderers, los Fulham, los Middlesbrough..., pero su trayectoria en los partidos de m¨¢xima presi¨®n, contra rivales de envergadura, no es buena. Para elegir algunos ejemplos entre muchos, hizo poco en la final de la Champions contra el Chelsea la temporada pasada y, encima, fall¨® un penalti. Hizo menos todav¨ªa para la selecci¨®n portuguesa durante la Eurocopa que gan¨® Espa?a con un gol de Torres en la final. Y, en el partidazo de la temporada en la Premier League, la derrota del Manchester contra el Liverpool por 1-4 hace dos s¨¢bados, meti¨® un penalti, pero, por lo dem¨¢s, no se le vio. A diferencia de Torres, que en aquel partido, al igual que en la humillaci¨®n del Madrid cuatro d¨ªas antes, fue un torbellino.
Tampoco hay que simplificar. Cristiano anot¨® 42 goles la temporada pasada. Tiene un disparo formidable, un regate potente y va muy bien de cabeza. Se mereci¨® su bal¨®n de oro, el primero que gana un jugador del Manchester desde los tiempos de George Best. Pero la diferencia con los que ser¨¢n dos de los grandes candidatos para el premio este a?o, Torres y Messi, es que el portugu¨¦s da la impresi¨®n muchas veces de no jugar para el equipo, sino para s¨ª mismo. Tanto Torres como Messi, en cambio, juegan como si estuvieran dispuestos a morir por la causa. Por eso Torres es m¨¢s querido por los fans de Anfield y Messi por los del Camp Nou que Cristiano por los de Old Trafford. Torres se desvive por la camiseta y Messi posee incluso m¨¢s habilidad natural que Cristiano, pero siempre da el ciento por ciento y nunca pasa inadvertido.
Cristiano ser¨¢ un buen chaval en privado, ?qui¨¦n sabe? Pero en el campo tiene toda la pinta de ser un tonto engre¨ªdo. Calder¨®n vio en ¨¦l mucho que le gust¨®, quiz¨¢ porque en parte le record¨® a s¨ª mismo. Pero no est¨¢ del todo claro que el portugu¨¦s sea lo que necesita el Madrid para la gesta que se le exigir¨¢ la temporada que viene.
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