Camps se inspira en Pujol contra el acoso judicial
El presidente recupera a Blasco como estratega para recuperar la posici¨®n
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El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, est¨¢ sufriendo un calvario. Los trajes que supuestamente recibi¨® como regalo de Orange Market, empresa que ha obtenido diversos contratos de la Generalitat e instituciones controladas por el PP, han estropeado su impoluta imagen de pol¨ªtico ¨ªntegro en la Comunidad Valenciana. Pero tambi¨¦n en la estructura nacional del PP, donde ha pasado de ser el principal apoyo de Mariano Rajoy a depender de su apuntalamiento.
M¨¢s all¨¢ de su imagen, las suspicacias respecto al v¨ªnculo del Consell con la trama han sido subrayadas en fosforescente por la relaci¨®n del bufete de Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, hermano de su omnipotente jefa de Gabinete, con imputados en la operaci¨®n G¨¹rtel. Adem¨¢s, su n¨²mero dos en el partido, Ricardo Costa, est¨¢ en el mismo saco. Y si le faltaba algo, el amigo de uno de sus consejeros, Seraf¨ªn Castellano, ha engordado empresarialmente a la sombra de los departamentos que ¨¦ste ha ocupado desde el a?o 2000.
La c¨²pula del PP conf¨ªa en el efecto reparador del ataque al s¨ªmbolo
Otros, sin embargo, creen que Camps deber¨ªa recuperar la acci¨®n del Consell
La primera reacci¨®n de Camps frente a la situaci¨®n de noqueo en que le dej¨® el auto del juez Baltasar Garz¨®n fue el cierre de filas y la activaci¨®n de homenajes. Y en seguida, la ofensiva contra el PSPV. Es decir, contra sus presumibles flancos d¨¦biles: la torpeza del alcalde de Elche, Alejandro Soler, que "por error" pag¨® su promoci¨®n electoral con dinero del Ayuntamiento, as¨ª como la insinuaci¨®n de posibles sombras en la gesti¨®n municipal del secretario general Jorge Alarte y del portavoz adjunto del PSPV y alcalde de Morella, Joaquim Puig. Y en la rec¨¢mara, la relaci¨®n del s¨ªndic en las Cortes, ?ngel Luna, con el constructor Enrique Ortiz, al que asesor¨® antes de volver a la pol¨ªtica.
En la embestida contra la oposici¨®n empieza a aflorar el sello del consejero de Inmigraci¨®n y Ciudadan¨ªa, Rafael Blasco, pol¨ªtico ex socialista de larga experiencia y curtido en adversidades, que acaba de ser recuperado como estratega electoral tras haber sido alejado del entorno del presidente. Blasco recibi¨® el encargo de urdir una estrategia que le permita a Camps afrontar la situaci¨®n y le ha encontrado una a medida: personalizar en el pueblo valenciano el acoso judicial a Camps. Es lo que hizo Jordi Pujol en Catalu?a en 1984 ante la querella del ministerio fiscal como antiguo consejero en el caso banca catalana. "Con Catalu?a no se juega", advirti¨® Pujol, y a partir de ah¨ª llegaron los telegramas de adhesi¨®n enviados a la Generalitat, los autocares desde las comarcas para la manifestaci¨®n, los desagravios ofrecidos... Blasco s¨®lo ha tenido que copiarlo y adaptarlo.
A esa consigna le han hecho el coro diversas entidades afines, como el Consejo de C¨¢maras de la Comunidad Valenciana, presidido por Arturo Virosque, que en un comunicado de adhesi¨®n a Camps, afirm¨® que "estas calumnias no ofenden solamente al presidente de la Generalitat, sino a todo el pueblo valenciano, porque cuando se ofende al presidente, sea del color pol¨ªtico que sea, elegido libremente por el pueblo valenciano, se desprecia la inteligencia de los valencianos". Y lo mismo hizo la semana pasada el presidente de Feria Valencia, Alberto Catal¨¢, cuando en un acto de apoyo empresarial al presidente revestido de planes de medidas a la econom¨ªa, proclam¨® que "quienes tratan de ofender y da?ar" a Camps, "ofenden y da?an a todos los valencianos".
En los a?os del caso Banca Catalana, el PSC, como ahora el PSPV y el resto de la oposici¨®n, se exasper¨® ante "la utilizaci¨®n de las instituciones y de los sentimientos nacionales para interferir el curso de un procedimiento judicial", as¨ª como la apropiaci¨®n de la Generalitat y del nombre de Catalu?a (la "usurpaci¨®n al pueblo de Catalu?a"). Sin embargo, Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya no levant¨® el pie del acelerador. La c¨²pula del PP valenciano est¨¢ convencida de que con esto, las debilidades del adversario socialista y la tradicional galvanizaci¨®n del partido ante los ataques externos, Camps podr¨¢ capear el temporal como lo hizo Pujol.
Sin embargo, aunque Pujol hizo eso, ¨¦sta s¨®lo fue la mitad de su estrategia. Pujol tambi¨¦n pas¨® a la acci¨®n con la Generalitat como instrumento para recuperar el resuello con planes de gobierno, se oblig¨® a pactos con la oposici¨®n en Catalu?a (sobre todo con los socialistas enfrentados con Narc¨ªs Serra, a quien apunt¨® en su proa). Y tambi¨¦n con el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, del que obtuvo, entre otras, financiaci¨®n para trasladar el puerto de Barcelona. Ante la debilidad, exhibi¨® vitalidad e iniciativa pol¨ªtica ante el acoso de la justicia.
En ese sentido, no faltan voces del PP que consideran que lo que proceder¨ªa es que Camps pasara a la acci¨®n con un Consell que funciona bajo m¨ªnimos. Remodelar el gobierno de bajo perfil, concentrar ¨¢reas, reducir consejer¨ªas y abrir el mel¨®n del personal contratado y el de la sobredimensi¨®n de RTVV para reducir el gasto ante la profunda crisis. Incluso negociar un alto el fuego con los socialistas "intercambiando cromos" y alcanzar acuerdos de gobierno. Son algunas de las sugerencias que ofrecen.
Uno de los principales lastres para gestionar esta crisis, apuntan, es que la c¨²pula del partido ha crecido en la expansi¨®n electoral y carece de experiencias negativas. El mecanismo funcion¨® a la perfecci¨®n mientras el partido fue impelido por el movimiento uniformemente acelerado del ¨¦xito. Sin embargo, en el cambio de rasante se ha detenido. La c¨²pula desconoce c¨®mo actuar en una situaci¨®n adversa y ese desconcierto est¨¢ inscrito en la expresi¨®n de los colaboradores m¨¢s ¨ªntimos del presidente, cuya ¨²nica esperanza es que surta efecto "la reacci¨®n al ataque al s¨ªmbolo de la Comunidad Valenciana". "Si el presidente se queda en los homenajes, ser¨¢ m¨¢s vulnerable", mantiene una de las fuentes consultadas.
"Soy el se?or Lobo. Soluciono problemas"
Rafael Blasco, como Harvey Keitel (el se?or Lobo en la pel¨ªcula Pulp Fiction) siempre aparece como la soluci¨®n divina en el momento m¨¢s cr¨ªtico. La tarjeta de presentaci¨®n del personaje, especialista en gestionar embrollos muy pringosos, parece hecha a prop¨®sito para Blasco: "Soy el se?or Lobo. Soluciono problemas".
El candidato a la presidencia a la Generalitat, Eduardo Zaplana, fue el primero que en 1995 recurri¨® a sus servicios. Blasco, arrancado de cuajo de la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica del PSPV bajo la sombra de cohecho, conoc¨ªa como la palma de su mano la selva y la fauna que Zaplana aspiraba a ocupar y someter si, como le dec¨ªan las encuestas, ganaba las elecciones. El ex socialista obtuvo un pasaje a la rehabilitaci¨®n a cambio de ayudarle en la campa?a electoral y guiarle en el Palau de la Generalitat, en cuyo engranaje se convirti¨® en una pieza imprescindible. Lo fue tanto que se convirti¨® en el disco duro de Zaplana.
Pese a que su deuda hab¨ªa sido cancelada, en 2003 Francisco Camps lo nombr¨® consejero de Territorio y Vivienda en su primer gobierno, una de las de mayor protagonismo pol¨ªtico por la Ley de Ordenaci¨®n del Territorio. Pod¨ªa solucionarle problemas. Y no tardar¨ªa el momento. Blasco ser¨ªa el primero en referirse p¨²blicamente a la conveniencia de que la presidencia del PP en la Comunidad Valenciana correspondiera al presidente de la Generalitat, y no a Zaplana, cuya relaci¨®n qued¨® rota a partir de ah¨ª. Blasco abri¨® el fuego y ayud¨® a Camps a recomponer la estructura de un partido que todav¨ªa estaba en manos de zaplanistas. Ahora el se?or Lobo ha vuelto a ser requerido para marcar objetivos y argumentarios que rescaten a Camps del purgatorio en el que se ha metido.
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