Ibarretxe se muestra herm¨¦tico con el PNV sobre su futuro personal
El partido desconoce sus planes, que condicionar¨¢n el estilo de la oposici¨®n
Juan Jos¨¦ Ibarretxe mantiene, tres semanas despu¨¦s de las elecciones, el mutismo m¨¢s absoluto ante los dirigentes de su partido sobre sus intenciones futuras en caso de que finalmente pierda el Gobierno. ?Permanecer¨¢ en la pol¨ªtica activa, y en ese caso en qu¨¦ papel, o la abandonar¨¢, como hizo hace diez a?os su antecesor, Jos¨¦ Antonio Ardanza, hoy presidente de Euskaltel? Los miembros de la ejecutiva del PNV no tienen la menor pista sobre las intenciones del lehendakari en funciones y candidato a la reelecci¨®n el 1-M. Ese desconocimiento bloquea la posibilidad de abordar el debate pendiente sobre c¨®mo, con qu¨¦ discurso, en qu¨¦ registros y con qu¨¦ rostros en primera fila debe encarar el PNV su probable futuro en la oposici¨®n que dibujan las negociaciones entre socialistas y populares. Si Ibarretxe contin¨²a, lo l¨®gico es que la cara p¨²blica del PNV en la C¨¢mara sea ¨¦l mismo -las incompatibilidades internas impiden al presidente del partido, I?igo Urkullu, ocupar ese lugar-, con la perspectiva de volver a repetir como candidato en los siguientes comicios.
La candidatura a la investidura se ver¨¢ tras la constituci¨®n del Parlamento"
Me volver¨¦ a Llodio con mi mujer", ha dicho en el pasado Ibarretxe
Si decide quedarse, Urkullu tendr¨¢ que conciliar su liderazgo con ¨¦l
El pronunciamiento de Ibarretxe sobre sus preferencias supone un requisito previo inexcusable y lo que ¨¦l decida hacer determinar¨¢ muchas cosas. As¨ª lo admiten abiertamente significados dirigentes del partido, en el que hay opiniones para todos los gustos, empezando por la decisi¨®n de si se le debe presentar o no a la investidura en caso de que ¨¦sta se presente de antemano abocada al fracaso por el acuerdo entre PSE y PP para apoyar al socialista Patxi L¨®pez. "?l tiene mucho que decir", tanto en la cuesti¨®n concreta de la investidura como en la de su futuro personal, apunta uno de los consultados.
La juventud de Ibarretxe (52 a?os), su gusto por el trabajo ejecutivo, que le llevar¨ªa a rechazar cualquier oferta en t¨¦rminos puramente representativos, as¨ª como la dificultad de encontrar un encaje adecuado a su condici¨®n en el mundo privado son elementos que juegan un importante papel. Si decide continuar, el partido dif¨ªcilmente puede negarse a que ejerza su liderazgo, que deber¨¢ conciliarse con el de Urkullu.
Fuentes de la ejecutiva peneuvista indican que el debate y la decisi¨®n no se abordar¨¢n hasta despu¨¦s del 3 de abril, una vez que la constituci¨®n del Parlamento y la elecci¨®n de su Mesa pongan de manifiesto las primeras intenciones del PSE y el PP. La inc¨®gnita sobre la presentaci¨®n o no de la candidatura de Ibarretxe a la investidura se mantendr¨¢ hasta el ¨²ltimo momento, seg¨²n las mismas fuentes. Las candidaturas deben ser registradas 72 horas antes del pleno, que se celebrar¨¢ previsiblemente en la primera semana de mayo. Tampoco se descarta que la presente y la retire luego en la misma sesi¨®n.
En todo caso, concurrir o no a la investidura no es la cuesti¨®n de m¨¢s trascendencia, sino si Ibarretxe se marcha o sigue. En este segundo caso, el PNV tendr¨¢ las manos m¨¢s atadas y estar¨¢ sujeto a permanente negociaci¨®n con ¨¦l.
"Me volver¨¦ a Llodio con Begotxu [su esposa, Bego?a Arregi]", han sido sus palabras cuando en el pasado se le ha preguntado por su actitud ante un eventual fracaso de sus planteamientos pol¨ªticos. Sin embargo, Ibarretxe no tiene para nada la sensaci¨®n de que ese fracaso se haya dado. Por un lado, Ibarretxe le ha cogido gusto a la pol¨ªtica pura. Por otro, se siente fortalecido personalmente por la victoria electoral, con la que cosech¨® para su partido los ocho esca?os que perdieron juntos EA y EB, sus socios en el Ejecutivo los ¨²ltimos ocho a?os.
Aunque invalidada por los resultados electorales como f¨®rmula de Gobierno, Ibarretxe puede a?adirla ante su partido a su predicamento ante las bases y su condici¨®n de junta de uni¨®n entre las dos almas del PNV: ha sido el manantial de un crecimiento en esca?os como nunca ha tenido en solitario en toda la historia de la autonom¨ªa. S¨®lo Carlos Garaikoetxea le supera, con sus 32 esca?os y el 42% de los votos en 1984, tambi¨¦n en un momento de conflicto con la direcci¨®n del partido, frente a los 30 parlamentarios y el 38% de las papeletas logrados por Ibarretxe esta vez. En su anterior medici¨®n en solitario, en 1998, el PNV se qued¨® en 21 esca?os y diez puntos por debajo, lo que supone que la d¨¦cada de Ibarretxe ha rendido claros beneficios a su partido, hasta el punto de casi haber enjugado las p¨¦rdidas de la escisi¨®n de la que naci¨® EA.
La discusi¨®n est¨¢ abierta sobre qui¨¦n ha puesto m¨¢s en esa recuperaci¨®n, si el partido o el candidato; si ha jugado un papel m¨¢s importante la rectificaci¨®n ¨²ltima del discurso -el abandono de la consulta y el soberanismo- inducida por el partido o la imagen que Ibarretxe ha fraguado durante el ejercicio de su cargo haci¨¦ndole atractivo para un espectro electoral m¨¢s nacionalista que el del PNV, como prueba el trasvase de voto desde EA. Es decir, si Ibarretxe ha ganado a pesar del PNV o el PNV a pesar de Ibarretxe.
"Aita', la gente te quiere"
Las se?ales emitidas hasta ahora por Ibarretxe parecen apuntar m¨¢s en la direcci¨®n de su permanencia en la pol¨ªtica. "Aita, la gente te quiere", ha relatado repetidas veces que le dijo una de sus hijas la noche electoral. "Con eso me quedo", apostilla ¨¦l. Su modo de reivindicar que es "el ¨²nico que tiene 30 esca?os" o su convencimiento de que, aunque pierda el poder por un pacto entre el PSE y el PP, tiene el encargo de la sociedad vasca de "dirigir el pa¨ªs", "sea desde donde sea" -es decir, oposici¨®n o Gobierno-, parecen orientar en igula direcci¨®n. El ¨²nico que puede tener alguna pista es el presidente del partido, I?igo Urkullu, quien ha dialogado a solas con ¨¦l, seg¨²n fuentes del partido.
"No vamos a estar mucho m¨¢s de lo debido mirando al 1 de marzo. Tenemos proyecto como abertzales, pese a que no estemos en el Gobierno vasco y el lehendakari no sea el del partido m¨¢s votado", escribi¨® el l¨ªder peneuvista el pasado jueves en su blog. Urkullu apunta con esa frase a una aceptaci¨®n normalizada de su salida del poder. Sin embargo, otra frase se escucha tambi¨¦n en los pasillos de Sabin Etxea, sede central del PNV: "Ahora, a gobernar desde los territorios". Los "territorios" son las tres diputaciones, todas ellas en manos peneuvistas, y la afirmaci¨®n puede interpretarse en un doble sentido: como intenci¨®n l¨®gica de rentabilizar ese liderazgo con gesti¨®n, demostrando la imprescindibilidad de su partido, o como anuncio de que desde ellas har¨¢n oposici¨®n al Gobierno de Patxi L¨®pez.
"Vamos a chocar", advirti¨® tras las elecciones el propio Urkullu en una entrevista con EL PA?S. Las importantes competencias de las diputaciones, entre ellas la fiscalidad, les dan instrumentos de sobra para condicionar la acci¨®n del Ejecutivo. El Consejo Vasco de Finanzas, que decide el reparto de los recursos, tiene una composici¨®n paritaria entre diputaciones y Gobierno. Por el momento, las dos leyes m¨¢s importantes -la del Cupo y la de Aportaciones- est¨¢n aprobadas para el quinquenio 2007-2011, lo que supone una garant¨ªa de paz en lo fundamental.
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